10 HECHOS TRASCENDENTALES de padres e hijos en el béisbol cubano

Por Yasel Porto

Este domingo es el «Día de los Padres» en parte del mundo occidental y no he querido dejar a un lado el momento como sucedió el pasado mayo con las madres. Para eso les traigo aquí más que historias de vida, diez hechos trascendentales en los que se relaciona a padres peloteros cubanos cuya numeración no responde a un orden de preferencia o significación.

No son estos los únicos ejemplos importantes, está claro, sobre todo en un béisbol con tanta trascendencia a lo largo del tiempo. Pero estos fueron los que en mi análisis merecieron citarse en esta lista, lo que no quiere decir que en otro momento le de un toque a situaciones «paternales» que se ganaron el reconocimiento.

Sin más dilación aquí les va este top ten tan particular deseándole a todos los que lo lean y se vinculen directa o indirectamente con esa fecha, mi más sincera felicitación.

10-Padres de Grandes Ligas por partida doble
Arnaldo «El Duque» Hernández y Lourdes Gurriel tienen la excluisividad de haber sido los únicos peloteros con más de un descendiente en las Grandes Ligas después de haber tenido ellos una trayectoria destacada en Cuba. El exlanzador, ya fallecido, contó con la alegría de una trayectoria formidable de los también monticulistas Liván y Orlando. Gurriel, por su parte, aparte de la brillantez de Yulieski como campeón colectivo con Houston en 2017 y campeón de bateo en 2021, hay que agregar el talento demostrado por Lourdes Jr. con los Azulejos. De más está decir la contribución imprescindible de los dos padres en el desarrollo deportivo de sus hijos.

Por desgracia, Arnaldo «El Duque» Hernández no pudo vivir desde el lugar de los hechos, los grandes triunfos de Liván y Orlando Hernández en las Grandes Ligas

9-Punto y aparte con «El Duque»
Después de haber sido un lanzador muy efectivo con los equipos Azucareros y Las Villas, más lo realizado luego como entrenador y manager en Isla de la Juventud, a «El Duque» padre le tocaron a través de sus hijos, varias alegrías originales y que hasta exclusivas varias de ellas a día de hoy. Nadie tuvo tres hijos en tres distintos equipos de Serie Nacional (Liván-Isla de la Juventud, Orlando-Industriales y Arnaldo-Metros), y hasta la actualidad ninguna otra pareja de hermanos cubanos ha ganado en Grandes Ligas, mucho menos con el protagonismo de ellos y en años consecutivos. Liván ganó en 1997 con los Marlins y fue elegido MVP de la Serie Mundial, mientras «El Duque» vástago lo hizo con los Yanquis entre 1998 y 2000, así como en 2005 con los Medias Blancas.

8-Gurriel y su distinción adicional
Aparte de lo expresado antes con las Grandes Ligas, Lourdes Gurriel cumple con otros récords en lo relacionado a sus hijos. Además del nivel de estelaridad que éste logró como pelotero, está lo que tiene que ver con su etapa como manager en la Serie Nacional con Sancti Spíritus. Ahí tuvo que dirigir varios años a Yuli, Yunito y al mayor del trío, Yunieski. Eso no había pasado jamás en una liga de consideración, ni se ha repetido tampoco. Como el hecho de la presencia de ellos tres en un equipo nacional cuando todos intervinieron en el primer torneo Premier efectuado en 2015. Ni siquiera por separado se ha dado un caso igual.

Lourdes custodiado por dos de sus hijos, los que llegaron y han triunfado en Grandes Ligas

7-Los Padres fundadores
Esteban Bellán y Nemesio Guilló son las figuras más importantes de la pelota cubana en su etapa de génesis (siglo XIX), y su contribución al origen y desarrollo inicial de este deporte en la entonces colonia española les avala sin dudas para ser considerados como los grandes patriarcas del béisbol en la isla caribeña. Bellán ayudó en el perfeccionamiento del juego tras su experiencia como único cubano en el circuito profesional de Estados Unidos, mientras Guilló fue quien llevó desde Mobile, Alabama, los primeros implementos del juego para realizar las demostraciones iniciales junto a su hermano Ernesto y Enrique Porto. Tanto Bellán como Nemesio participaron en varios de los hechos deportivos más notables de los años sesenta y setenta dentro de Cuba.

6-Todos con el mismo nombre
En la historia del béisbol profesional no ha habido dos hermanos con el mismo nombre y apellidos. Y a eso le agregamos que así mismo se llama su padre entonces el panorama se torna más interesante. Me refiero lógicamente a los Víctor Mesa. El polémico exjugador y entrenador decidió ponerle igual a sus descendientes, con la única diferencia que el mayor de los dos tiene como segundo nombre el mismo que el primero. Otro hecho bastante particular entre peloteros. Los dos jóvenes se han mantenido dentro de la organización de los Marlins de Miami, sin una opción real todavía para ascender a Grandes Ligas.

5-René Sánchez, el patriarca mayor
No ha habido un padre con más descendientes en Series Nacionales que René Sánchez Morúa, quien jugó en distintos circuitos amateurs de la década del cincuenta. El matancero le aportó cinco jugadores de los equipos de la provincia, dos de ellos entre los mejores que ha habido en la pelota cubana como Fernando y Wilfredo. Fueron los primeros casos de hermanos jugando juntos en un equipo nacional de la mayor ínsula caribeña (el primer pelotero de Serie Nacional que tuvo a sus dos hijos en el team Cuba fue Fidel Linares, a través de Omar y Juan Carlos). Pero con los Sánchez no solo se trata de lo cuantitativo, pues aunque un poco menos también hizo lo suyo Arturo, mientras Armando llegó a ser Novato del Año. El único que pasó sin ruido alguno fue Felipe.

4-En tiempos diferentes, pero en el mismo lugar
La grandeza histórica del béisbol cubano ha hecho que también se incluyan parejas de padre e hijo en Grandes Ligas, aún cuando es algo que hace tiempo no se da. Han sido tres los casos en tal sentido desde que Gilberto Torres debutó con Washington en 1940 (su padre Ricardo jugó entre 1920 y 1922). Después de eso llegó Jack Aragón-Ángel Aragón y René Monteagudo-Aurelio Monteagudo. Solo Jack llegó a estar por debajo del nivel de su padre, pues tanto como Gilberto como Aurelio tuvieron mayor trascendencia que sus progenitores.

El emotivo reencuentro de los Tiant en 1975

2-Juntos como nunca antes
En la inauguración de la Serie Nacional 2003-04 se dio el acontecimiento que por primera vez en estos clásicos padre e hijo jugaban juntos, al materializarse el debut con Villa Clara de Orlando Acebey, en un equipo donde cumplía década y media de participación el tercera base Rafael Orlando. Hasta hoy no se igualado tal hecho en este nivel de la pelota cubana. Enrique Díaz y su hijo estuvieron a punto de conseguirlo, pero no pasaron de la Serie Provincial con Centro Habana. Volviendo a los Acebey, ambos tuvieron protagonismo en la temporada, incluso en el juego decisivo contra Industriales (el del doble de Enriquito), el padre dio jonrón y el hijo un hit que trajo la segunda carrera de los anaranjados. En México había pasado algo similar con Orestes Miñoso y su hijo a finales de los setenta.

Acebey, padre e hijo el día que hicieron historia en el béisbol cubano

1-Continuidad deportiva por varias generaciones
Han sido muchos los ejemplos de peloteros padre-hijo en el béisbol cubano, y ya va por cinco casos de abuelo-padre-hijo en los campeonatos importantes de la isla. Los Correa (Erol, Iván y Lisbán), los Soto (Cecilio, Roberto e Israel), los González (Raúl), los Portilla (Julio, Julio y Freddy), y los Linares (Fidel, Omar-Juan Carlos y José Carlos) .

Pero el mayor destaque hay que dárselo nada menos que a un cuarteto, pues con el debut del jardinero capitalino Randy Linares se dio un suceso inédito en la pelota cubana con una línea generacional bisabuelo-abuelo-padre y el hijo. Rogelio fue el primero en llegar con su papel notable en Ligas Negras de Estados Unidos y la Liga Cubana, y después llegaron sus descendientes Juan Rogelio y el gran jardinero central Reinaldo «Mantecao» Linares. Ambos tuvieron hijos muy talentosos, pero Doelsis fue el único que llegó a Series Nacionales donde sobresalió por varios años. Y precisamente el «Tigre» es el papá del último de los Linares habaneros. Impresionante sin dudas.

Los Linares, mérito más que especial
Ciertamente lo sucedido con los Linares obliga a incluirlos en este listado. Primero, porque Fidel fue el primer pelotero estelar de la provincia Pinar del Río en Series Nacionales. De hecho, ofensivamente fue el único con la categoría de estelar en estos primeros clásicos, y luego llegó la era dorada de sus dos hijos: Omar y Juan Carlos. El primero considero por muchos el mejor pelotero que ha tenido Cuba en el llamado «béisbol revolucionario», con resultados y condiciones que lo llevó a liderar una generación brillante en aquellos años ochenta y noventa. Juan Carlos, por su parte, su bien no fue fijo en la selección nacional, tuvo que batallar duro contra lesiones, estigmas y la figura de su hermano, fue uno de los mejores bateadores zurdos de sus tiempos. Y contar lo mencionado con ellos anteriormente con lo que tiene que ver con las tres generaciones tras el debut de José Carlos.

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