Por Jesús Pérez Vichot (Chuchi)
Siempre es necesario resaltar las buenas acciones que realizan los atletas fuera del ámbito deportivo. En este caso quiero referirme al lanzador dominicano de los Houston Astros Framber Valdez. El estelar pitcher zurdo de 28 años de edad cumplió una promesa que había hecho hace aproximadamente una década.
El pasado año Framber en una entrevista para el sitio de MLBPA (Sindicato de Jugadores de Grandes Ligas) dijo: «Siempre le había pedido a Dios que siguiera ayudándome y bendiciéndome, que yo a cambio construiría una iglesia en Guayacanes para el pastor Antonio». Pues resulta que Dios no lo defraudó y él también cumplió su parte.
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Cuando Framber contaba con tan solo 14 años de edad comenzó a ir a la Iglesia «Camino al Cielo» ubicada en su localidad (Sabana Grande de Palenque, en San Cristóbal). Pero la misma era de madera y estaba muy deteriorada, por lo que el joven prospecto le prometió al pastor Antonio que algún día llegaría a las Grandes Ligas y ayudaría a la comunidad construyendo una nueva Iglesia.
El periodista dominicano Héctor Gómez publicó recientemente en las redes sociales (Facebook) varias fotos y videos relacionados con esta acción de Framber, donde se puede observar la inauguración de la nueva iglesia y momentos en los que el pelotero también contribuyó con su trabajo en la construcción de la obra.
En estos post subidos por Gómez se pueden leer varios fragmentos en los que el lanzador de los Astros agradece a los pastores Antonio y Edwin por la ayuda que le brindaron: «Ellos siempre me daban dinero para mi pasaje y para comer en el tiempo que estuve en Guayacanes. Ya yo tenía 20 años y no encontraba salida, no había podido firmar. Gracias a Dios cumplí mi promesa cinco años después y me sentí muy feliz y satisfecho. Dios ve y exalta al humilde. Cuando tú haces las cosas de corazón, sin esperar nada a cambio, Dios te da muchas bendiciones».
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Realmente es admirable que un deportista después de haber logrado el éxito al máximo nivel se acuerde de las personas que lo ayudaron y de su lugar de origen. En el caso de Framber, haber cumplido aquella promesa de que construiría en su pueblo natal una iglesia linda y grande, es un hecho digno de reconocer.
