Agustín Marquetti… la lucha contra la desmemoria

Por Alexander García

Aquel jonrón en 1986 es quizás el momento más simbólico de la pelota cubana, el instante sublime, el antes y después en el imaginario social del cubano respecto al beisbol; aquel jonrón de Agustín Marquetti que hace tragar en seco a muchos todavía mientras se escucha la voz cortada del narrador, aquel jonrón es historia viva y el protagonista es uno de los más ilustres peloteros de la Isla…

En un momento fue así, ese uniforme azul con ese número 40 imponente, una cara de ébano que intimidaba con la sordidez de esa mirada pero Marquetti para ese instante era una figura en el béisbol capitalino, uno de los grandes, ahí ya todo un veterano imponía la mística particular de los Industriales y cuando Rogelio dominaba a placer, cuando la Habana incólume tras el paso de los años parecía perder los atisbos de grandeza…! Pumm!; la bola se perdió en la inmensidad de la noche.

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La memoria, la desmemoria, los recuerdos; todo se funde en un crisol donde las pasiones se desbordan; en 3 y 2 la vida tiene un sabor diferente, unos tonos distintos más allá del blanco y del negro; Agustín Marquetti se la sacó a Rogelio aquel día en el Latino y la tierra tembló…años atrás, en Nicaragua, la había botado de foul para después largarla bien lejos y sentenciar un memorable partido de pelota vistiendo la franela del Cuba.

https://www.youtube.com/watch?v=KLBCq_z2sYE&feature=youtu.be
EL JONRÓN MÁS POPULAR de la historia de la pelota cubana, Agustín Marquetti 1986

El nombre de Agustín Marquetti está más allá del de Rocky Nelson, Tony Taylor o Ángel Scull, algunos de sus ídolos… Cuando Marquetti debutó en la V Serie, muchos profetizaron lo que Ramón Carneado concretó- ¡ese es un grande!- y el legendario manager capitalino logró explotar el poder ofensivo del recio toletero hasta convertirlo en leyenda…

El tiempo otra vez hace de las suyas y Don Agustín como un capo siciliano recoge en sí mismo la magia y el pedigrí del industrialismo.

Siempre riendo, Marquetti conecta 19 jonrones en la VIII Serie Nacional e impone una marca histórica hasta entonces, una jamás vista entre profesionales y amateur en la pelota criolla.

Esa combinación letal, ese one-two con Armando Capiró, es algo digno de las más sentidas crónicas, de un gran libro, de un profundo perfil.

La mirada de Marquetti se esparce entre sutiles flashazos que pedacitos de historia beisbolera nos da, hoy es casi un extraño, un desconocido, un paria porque decidió darle sentido a su vida del modo que eligió y si el verbo se vuelve dúctil, es algo justo rendirle homenaje de esta manera.

Hoy, una vez más con los inmortales me quito el sombrero…! Pase usted Don Agustín Marquetti!

Nos vemos a la vuelta.

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