«Apareció» Osvaldo Fernández el holguinero, uno de los grandes del pitcheo cubano

Por Yasel Porto

Entre los muchos peloteros cubanos que han trascendido que hoy generan alto interés en los aficionados aparece el ex lanzador derecho holguinero Osvaldo Fernández Rodríguez.

Y uno de los elementos de peso para que haya muchos que pregunten por él, es que muy poco se ha sabido o visto de quien en un momento determinado fuera una de las grandes estrellas del pitcheo cubano.

Osvaldo fue de los pocos que pudo acceder a las Grandes Ligas cuando se retomaba la presencia de los nuestros en el mejor béisbol del mundo en la década del noventa.

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Cada cual tiene sus características personales, y no pocos peloteros y no peloteros están aislados de lo que tiene que ver con las redes sociales. A eso incluirle otros dos factores para que no aparezcan entrevista recientes del campeón olímpico de Barcelona 1992.

Está el hecho de ser un tanto cortado a la hora de hablar en público, como muchos más que conozco, y a eso sumarle que el trabajo que ha desarrollado en los últimos años le demanda un tiempo considerable que lo priva de socializar en planos más privados con amigos y compañeros de equipo del pasado. Al menos en comparación con otras figuras del deporte y el béisbol en particular.

Por eso la publicación que vi ayer me llamó tanto la atención, además de alegrarme lógicamente, y enseguida decidí compartir el tema con ustedes en función de lo que dije al inicio sobre la cantidad de aficionados que pregunten y se preocupan por el hombre que posiblemente haya abandonado un equipo Cuba de la manera más graciosa.

De manera casual Osvaldo se encontró con un jugador de los Industriales de la misma época del natural de Banes, el carismático Jesús Ametller, quien luego subió la foto que se tiraron a su página de Facebook.

Ambos coincidieron en un Home Depot de Miami de forma totalmente casual, y luego compartieron un rato en el parqueo del centro comercial.

“Estaba en la caja y de repente lo veo ahí también y me doy cuenta que era Osvaldo Fernández. Él enseguida me reconoció y nos saludamos con mucha alegría. Después estuvimos afuera del Home Depot como por diez minutos, conversando un poco de los dos. Fue un momento muy bonito la verdad”, me comentó “Chully”.

Osvaldo tiene actualmente un trabajo bastante movido y carente de tiempo para estar en tierra y poder emular con otros peloteros de jugar torneos populares o participar en reuniones y fiestas. Su oficio se relaciona con el mantenimiento en una compañía de cruceros y el que conoce del tema sabe bien que con eso prácticamente no se para y el descanso es más en el barco que el que se tiene cuando éste regresa a su punto de salida.

El “guajiro” como le decían varios de sus amigos lanzó en Grandes Ligas entre 1996 y 2001 con los Gigantes de San Francisco y Rojos de Cincinnati. En esta lapso tuvo marca de 19-26, con 4.93, 208 ponches y 67 aperturas de las 76 salidas que hizo. De sus cuatro campañas la única con balance positiva fue en 2000 (4-3, 3.62), mientras que en su debut fue cuando alcanzó su cifra récord en triunfos (7).

Si bien sus resultados no fueron los que algunos esperaban dado el nivel mostrado en Cuba cuando la Serie Nacional tenía un nivel muy superior a años posteriores, las lesiones fueron su gran enemigo en Estados Unidos.

Entre 1992 y 1995 llegó a estar entre los tres mejores pitchers de la Isla a criterio de muchos especialistas y aficionados, en una etapa donde también sobresalían nombres como Rolando Arrojo, Omar Ajete, Orlando “El Duque” Hernández y Lázaro Valle, entre muchos más.

El no tener una trayectoria tan amplia en comparación con otros no le permitió alcanzar cifras cerradas tradicionales, como las cien victorias y los mil ponches, pero Osvaldo obtuvo varios liderazgos importantes en la mayor parte de las temporadas que lanzó y en la Serie 1992-93 se apuntó un no hit no run frente a uno de los equipos más ofensivos de aquel momento como lo era Metropolitanos.

En medio del tope contra Estados Unidos en Millington, en 1995, Osvaldo decidió romper con el béisbol cubano al quedarse en ese lugar e iniciar luego su carrera como profesional. Su salida del hotel fue bastante temeraria, pues el holguinero se fue sin tanta escondedera, todo lo contrario. Abandonó la instalación con total tranquilidad despidiéndose de parte de los responsables del equipo que estaban en el lobby con un saludo a media distancia.

Después de su estancia en la MLB se supo muy poco de “Ossie”, como le decían mientras estuvo activo en ese béisbol. Solo algunos de sus compañeros de equipo tenían conocimiento de su vida bien reservada, aunque ellos y otros que lo conocen bien de cerca coinciden en sus excelentes cualidades como persona. O sea, que esto de no verse casi y estar aislado de la prensa no tienen nada que ver con algún tipo de resentimiento u orgullo.

Ojalá y alguna vez se pueda tener acceso al principal lanzador de Holguín hasta la llegada de Aroldis Chapman. No solo lo que representaría personal y profesional para este servidor, sino para que los millones que tanto se interesan por él puedan acercarse mucho más a sus grandes historias y momentos.

Con respecto a Ametller muy pronto le dedicaré unas merecidas líneas en función de la labor que hoy lleva a cabo en el sur de la Florida y que bien vale la pena compartir con todos.

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