Por Daniel de Malas / swingcompleto@gmail.com
Las Grandes Ligas de Beisbol anunciaron este martes 3 de septiembre que Aroldis Chapman fue seleccionado nuevamente como el Relevista del Mes en la Liga Americana.
Según MLB.com “Chapman fue dominante en agosto, limitando a los bateadores rivales a apenas tres sencillos en 36 turnos, con 20 ponches y cinco boletos. El zurdo convirtió las nueve oportunidades de salvar que tuvo, ayudando a los Yankees a hacerse con el mejor récord de Grandes Ligas cuando terminó el mes. De acuerdo con Statcast, Chapman tiró ocho de sus 11 pitcheos más rápidos de la temporada en agosto.”
Esta es la segunda vez en el año que el holguinero se ha llevado la distinción.
Aroldis anda comandando el nuevo circuito en rescates este 2019 con 36 y pudiera llegar a 40 salvados por primera vez en su carreras de 10 años, donde ha conseguido 272 juegos salvados, 877 ponches y 248 bases por bolas, además de efectividad de 2.24, 1.026 de whip y 6 Juegos de Estrellas.
Bravo por Aroldis, pero quiero aprovechar este hecho para comentar algo. Mucho se habla de los resultados adversos del beisbol cubano en los últimos tiempos y de lo desmotivados que parecen los peloteros cubanos; pero, como todos sabemos, en la MLB hay un sistema de estímulos constante. Hay estadísticas que destacan el rendimiento de los jugadores en todas las facetas del juego cada semana, cada mes, en cada franquicia, lo cual constituye sin dudas un estímulo para que los peloteros se esfuercen por obtener mayores resultados a nivel individual, aun cuando la filosofía que les inculcan es la de que todo lo que haga cada uno sea para ayudar a que el equipo gane. En beisbol cubano es una máquina de desmotivación. Hace treinta o cuarenta años los peloteros luchaban por integrar el equipo Cuba, porque en esos tiempos salir al extranjero a comprar un poco de pacotilla era muy estimulante. Ahora la realidad es otra. Ahora se sabe que con un contrato en ligas menores o en una liga en México se vive mejor que jugando en Cuba. Eso desmotiva. Pero, además, la ineficacia de las autoridades deportivas, presas entre los aficionados (que exigen y merecen un beisbol de calidad) y el gobierno (preocupado por el costado político) no pueden armar un modelo deportivo coherente. A esto hay que agregarle los métodos para evitar que los atletas abandonen el equipo en cualquier país. Hay que ver la cantidad de policías de civil que viajan con los equipos cubanos y que vigilan a los peloteros como si fueran presos. Esto crea una presión. De manera que las desmotivaciones a las que están sometidos los peloteros son tan grandes que es imposible que jueguen bien. Entonces, alegrémonos de la motivación que tiene Aroldis, aprendamos de la MLB y nuestros peloteros estarán muy motivados.