Campeón olímpico Dayron Robles sumó NUEVO NEGOCIO en Cuba y pide que lo visiten

Por Yasel Porto

Desde hace ya unos cuantos años que el estelar deportista Dayron Robles se convirtió en empresario particular y dentro de la misma Cuba con un crecimiento que solo la pandemia lo limitó a un éxito aún mayor.

El guantanamero, campeón olímpico en Beijing 2008 y exrecordista mundial en 110 metros con vallas, comenzó con el negocio de renta de apartamentos en Centro Habana aprovechando el auge de visitantes estadounidenses durante la segunda parte del mandado de Barak Obama.

Como parte del sistema Airbnb dentro de la Isla, su fama como deportista se unió a la calidad de los servicios y a las ventajas indiscutible en cuanto a la ubicación de los lugares. Sobre todo para los extranjeros.

Después de dos años y medio en situación difícil a consecuencia del virus, Dayron retomó su proyecto empresarial sumándole un nuevo componente al mismo como lo fue la creación de una paladar con el nombre «Impulsa Bar Café».

El lugar se sitúa como los apartamentos, en el mismo corazón de La Habana, el barrio de Cayo Hueso (Virtudes 613 entre Escobar y Gervasio) y desde el principio ha captado la atención de cubanos y algunos residentes fuera de la Isla que han hecho travesía recientemente.

Con variedad de productos, entre ellos la comida italiana, está abierto entre viernes y lunes (de 3 pm a 3 am de viernes a domingo, y de 1 pm a 1 am los lunes), según refleja el propio Robles en su página de facebook.

El caso de Dayron fue bien particular, y cuando muchos pensaban que sus diferencias con el INDER y Alberto Juantorena depararían en una emigración en Europa para competir por otro país o para un club profesional de forma estable, el titular mundial de 2007 tomó la decisión de mantenerse en la Isla y dentro de la misma buscar nuevos horizontes.

Luego de no poder recuperar la forma deportiva que un día lo convirtió en el mejor vallista del mundo decidió invertir parte del dinero ganado como deportista (no fue poco, sobre todo por las competencias internacionales).

Fue entonces que probó suerte en medio del boom que se produjo cuando el conocido deshielo en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos a mediados de la pasada década, con un éxito indiscutible hasta que llegó el COVID-19. Incluso no se trataba solo de norteamericanos, sino que de Europa y Asia también había un flujo notable de clientes.

Esta afirmación la hago con conocimiento de causa, pues recuerdo cuando tenía mi revista «Jonronazo» en la que estuvo incluido su negocio por unos meses y en esa interacción con él y los otros que lo ayudaban en la administración se podía comprobar el resultado positivo de su iniciativa.

Dayron junto a dos clientes en el «Impulso Bar Café»

En Cuba hay varias figuras conocidas del deporte que han llevado adelante negocios particulares, peloteros y no peloteros, pero posiblemente Dayron haya sido el más importante de todo. No solo por su nivel como atleta sino por la cantidad de tiempo ya en estos menesteres, el resultado y la variedad que ya está implementando con el nacimiento de Impulso Bar Café.

Otro campeón olímpico y recordista planetario, Javier Sotomayor, retomó hace un tiempo su bar-restaurante en el municipio playa. Jugadores de béisbol como Orestes González y Rogelio García Jr., entre algunos más, también han buscado esta alternativa en lo que tiene que ver con servicios gastronómicos o de hospedaje.

Pero después llegaron lesiones, el retiro de la corona en el Mundial de 2011 por interferencia al chino Liu Xiang, y más tarde sus contradicciones con las autoridades del deporte cubano que deparó en una baja temporal del equipo nacional y la imposibilidad de que pudiera competir por el club profesional Mónaco tras la acción legal de Juantorena y la Federación Cubana de Atletismo.

Todo eso minó una trayectoria con solo 26 años que pudo haberlo llevado mucho más allá de la trascendencia a nivel interno, y situarlo en la élite más exclusiva de los 110 metros con vallas sin importar época. En 2016 fue aceptado de nuevo para competir por Cuba pero sus condiciones físicas no eran las mismas lamentablemente.

Ya en ese momento Dayron llevaba tiempo en su nueva profesión, la que hoy trata de sacar adelante a pesar de la dura situación económica que vive Cuba y que sin dudas constituye el principal reto para muchos de los que tienen cualquier tipo de negocios en la Isla. De momento para él no solo el resultado ha sido positivo, sino ascendente.

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