EXCELENTE: En día trascendental del béisbol cubano, Armando Capiró, Rogelio García y «El Haitiano» inmortalizaron su fama

Por Yasel Porto

Sin entrar ahora en el interminable debate histórico de qué fecha es más importante en la historia del béisbol cubano entre el 27 y 29 de diciembre de 1874 y 1878 respectivamente, la realidad es que de nuevo el Palmar de Junco de Matanzas rinde tributo a la historia y a aquel memorable partido efectuado en esos terrenos hace prácticamente ya siglo y medio. Aquel encuentro que pasó a la posteridad como el primero oficialmente documentado (algunos lo señalan con sus razones como el primero oficial), con el box score y toda una detallada información salida en la prensa de la época del triunfo conseguido por el Habana sobre Matanzas 51×9 el cual muchos consideran un punto de partida para este deporte en la Isla .

Como se ha hecho costumbre en los últimos tiempos el día es aprovechado para dar a conocer los nuevos integrantes de un proyecto que ha venido a suplantar de algún modo al Salón de la Fama del béisbol cubano, el cual desde 2015 sigue sin activarse. Algo tan inexplicable como vergonzoso.

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Pero en Matanzas ha habido un grupo de personas con ideas más desprejuiciadas y altruistas con respecto al deporte patrimonio nacional, luego de crear la pasada década el proyecto “Salón de la Fama Palmar de Junco”. Si bien al principio sirvió para “inmortalizar” figuras del béisbol del territorio matancero de antes y después de la etapa profesional (1961), posteriormente se fue expandiendo completamente al entorno nacional.

Es por ello que no es de extrañar la exaltación este lunes de grandes luminarias de nuestra pelota sin vinculación directa con la llamada “Atenas de Cuba”. Son los casos de dos colosos de las Series Nacionales como el jardinero capitalino Armando Capiró Lafferté y el lanzador pinareño Rogelio García Alonso, además de un hombre con grandes resultados en la MLB y el béisbol profesional cubano como lo fue Antonio González, “El Haitiano”. El Comité de Veteranos eligió al Mariano Álvarez igualmente, mientras recibieron mención el recientemente fallecido exlanzador y entrenador Andrés Ayón y el comentarista deportivo Roberto Pacheco.

Capiró fue considerado el pelotero más completo en más de una década, y entre los más sobresalientes contando cualquier etapa. Tuvo un protagonismo extremo en los equipos habaneros desde finales de la década del sesenta y hasta comenzados los años ochenta donde trascendió entre otras cosas por un formidable poder al bate y en su brazo.

En cuanto al llamado “Ciclón de Ovas” sigue teniendo el récord de más ponches en los clásicos cubanos además de mantenerse entre los máximos triunfadores. El veloz pitcher pinareño fue el pitcher con más presencia en el equipo nacional durante los años ochenta y hoy muchos lo ubican entre los cinco mejores monticulistas que ha habido en Series Nacionales.

El “Haitiano” por su parte, primero brilló en la Liga Profesional de casa con el Cienfuegos y posteriormente lo hizo en Grandes Ligas con varios clubes, entre ellos los Filis. El jardinero natural del antiguo Central Cunagua, hoy Bolivia, desarrolló una defensa excepcional que lo llevó a capturar el premio Guante de Oro junto con una ofensiva muy integral que lo hizo perdurar por dos décadas en el mejor béisbol del mundo.

Con respecto a Mariano primero tuvo realce dentro de la desaparecida Liga de Pedro Betancourt, certamen efectuado en Matanzas hasta 1960 y que servía para los peloteros que no tenían cabido por racismo y otros factores elitistas o de rendimiento dentro de la Liga Nacional Amateur. Luego fue uno de los que estuvo presente en las primeras Series Nacionales.

En cuanto a los que obtuvieron mención en esta nueva entrega de premios de “inmortalidad” al “Salón de la Fama Palmar de Junco”, Ayón figura entre los principales lanzadores cubanos de todos los tiempos. Pertenece al recinto paralelo en México donde dejó números que lo ubican en la élite histórica. También destacó en Estados Unidos y tuvo un paso interesante en los años finales de la liga profesional de nuestro país. Como entrenador y manager tuvo méritos de sobra, conjuntamente con el aporte que dio al béisbol casi hasta el momento de caer en cama con 83 años. En el caso de un hombre como él, que además tuvo su relación con este proyecto matancero no entiendo el por qué no fue considerado para ser elegido como miembro pleno máxime cuando su muerte fue hace tan poco tiempo.

Las ceremonias de inducción se han acostumbrado hace unos dos meses después de dar a conocer los resultados de la votación de un grupo de historiadores y periodistas. Esta vez acontecerá el 6 de febrero próximo en el que se harán también las inducciones oficiales de los elegidos en 2020. Y allí se incluirá la confección de una bonita placa que es colocada eternamente en el interior del pequeño museo en el propio Palmar de Junco.

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