Carlos Benítez… más que un eco (de los mejores en el Equipo Cuba)

Por Alexander García Milián

Debo comenzar por el principio, Carlos Benítez, sin la parafernalia que les ponen a otros peloteros, sin mucha bulla, es uno de los peloteros más seguros, más hechos, más curtidos de profesionalismo y valga el calificativo, es uno de los mejores peloteros que hay actualmente en Cuba- solo por detrás de Gracial y Despaigne-.

Cuando Granma le ganó el campeonato a Ciego y fue a la Serie del Caribe, muchos se preguntaron como el gordito de segunda base mando al ostracismo a un tipo como Danel Castro; fue así y entonces el gordito, Carlos Benítez dio palo en tierras mexicanas y a pesar de quedar por debajo en el Clásico Mundial- solo Gracial lució bien-  a pesar de esto, ya comenzó a ganarse el respeto.

Al año siguiente, Benítez era otro, el mismo gordito, la misma risa, pero con actitud diferente, más calmado, paciente, seguro; eso de darla a la hora buena, a quien fuese, Vladimir García, Yoannis Yera, eso de ser oportuno fue más allá que la pura casualidad.

Flash…

En el banco todos miran a Pablo Civil, todos, desde Higinio Vélez y Aragón, hasta los peloteros que esperan ansiosos su oportunidad; todos miran a Civil menos uno, Carlos Benítez.

Estamos en febrero, a comienzos de 2019, hace unos seis meses ya, es la Serie del Caribe en suelo panameño, Cuba a puro pulmón va a la final contra los locales, los Toros de Herrera.

En la isla, por todos lados los reclamos aumentan, debía haber ido Stayler, Denis Peña, debían de haberle dado más oportunidad a Carlos Benítez y a Yurién Vizcaíno.

Las cámaras enfocan el banco de Cuba, todos siguen mirando a Civil, Carlos Benítez mira hacia el terreno, enarca las cejas, comprime sus labios, la ansiedad lo roe…Unas horas después conecta sencillo por encima de segunda e impulsa carrera en el partido por el oro… Una vez más, a la hora buena la da.

Cuando Civil se enfrascó en Danel Castro y en Jorge Aloma, ninguno bateo, todos clamaban por Benítez, Civil quemó a sus piezas, tuvo que ceder y los hechos dictaron sentencia.

Hoy,  a comienzos de julio, cuando las estadísticas hablan y dicen que Carlos Benítez es uno de los mejores bateadores de la preselección cubana que se prepara rumbo a los Panamericanos de Lima, pensamos en el pasado, buscamos los precedentes y asentimos con la cabeza, es un tipo duro en verdad, tiene que estar; cuando en la Can Am nadie bateaba, el pegaba dos por juego, al menos uno.

Sí un día se escuchó un eco sordo y extendido, un eco que pocos notaron, un eco que parecía escurrirse entre penumbras, hoy, la vida, las nuevas circunstancias denotan que aquello, aquello que empezó una tarde o una noche cualquiera en Bayamo, aquello, lo del gordito Carlos Benítez, fue más que un eco.

Nos vemos a la vuelta.

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