COSA DE LOCOS: Lanzadores que tiraron ¡20 entradas! y NO ganaron el juego

Por Robiel Vega

En el béisbol moderno, donde el picheo es regulado y los abridores no exceden, en la mayoría de las ocasiones, los 100 lanzamientos por apertura, es difícil creer que un lanzador pueda lanzar durante 20 entradas sin necesidad de un relevista.

En Series Nacionales, sólo en dos partidos ha ocurrido tal anomalía, y son un total de tres lanzadores los que lo han logrado. El 21 de marzo de 1984, durante el desarrollo de la X Serie Selectiva, el villaclareño Mario Véliz y el tunero Félix Núñez, se batieron en el duelo de picheo más largo de la historia en cualquier evento nacional después de 1959.

Los lanzadores, representantes de los conjuntos Las Villas y Orientales, luego de 20 entradas de ardua labor, tuvieron que retirarse al sellarse el partido con empate a una carrera. Al día siguiente, el juego se reanudó y los del centro del país se llevaron el éxito 3×2,con sonrisa para el villaclareño Isidro Pérez. Ninguno de los abridores se llevó la victoria.

Dos años, ocho meses y dos días después, el 23 de noviembre de 1986, el yumurino Roberto Domínguez lanzó el relevo más largo de la historia de las Series Nacionales, aún así, se llevó el fracaso ante los Azules de la Capital después de caminar, igualmente, durante dos decenas de capítulos.

Pero para hacer la curiosidad aún mayor, existió un cuarto lanzador que también lanzó 20 entradas, pero durante la I Serie de las Estrellas, y fue nada menos que El Héroe de Cartagena, José Antonio Huelga, el líder en PCL en Series Nacionales, quien, el 19 de mayo de 1968, ante la selección de Estrellas de Occidentales, lograra la hazaña por vez primera luego de 1959.

De nada valió que en aquella histórica jornada, Huelga sacara su último out, el número 60 del encuentro, ni más ni menos que ponchando al hombre que no se ponchaba, Urbano González; pues la igualdad entre ambas selecciones era tal, que el choque concluyó empatado a tres carreras.

Como hemos visto, curiosamente, el esfuerzo de lanzar 20 entradas en el Béisbol Cubano, nunca se ha visto premiado con el éxito en el partido.

En los 20 episodios en que trabajó el espirituano enfrentó a 69 bateadores, toleró diez incogibles, admitió tres anotaciones, una sola limpia, recetó una decena de ponches y otorgó otras tantas transferencias.

Su gran verdugo resultó Eulogio Osorio, quien le sonó cuatro cañonazos y el yumurino Félix Isasi, de 9-2, además de remolcar la única carrera limpia que aceptó.

Con información tomada del Libro «Casos y cosas de la pelota» de Osvaldo Rojas Garay. Segunda Edición

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