CRUZANDO FRONTERAS llegó este boxeador cubano a Estados Unidos: «Sufrí mucha humillación en Cuba»

Por José Alejandro Rodríguez Zas

Como es conocido, muchos cubanos realizan una larga travesía desde Centroamérica rumbo al norte de México, tratando de cruzar la frontera que limita al territorio azteca con los Estados Unidos, el país más desarrollado del mundo, en busca de cumplir su «sueño americano». Muchos no lo consiguen y fracasan, o incluso hasta mueren, pero otros como el boxeador cubano Ricardo Agüero , logran ver premiado su esfuerzo.

«Gracias a Dios estoy aquí ya. Es una oportunidad maravillosa que me está dando la vida», confesó Ricardo en una entrevista realizada para el canal de YouTube Boxeo de Colombia. «Quiero agradecer al entrenador Germán Caicedo por esta oportunidad. Él me esta ayudando mucho para crecer en este deporte.»

Caicedo es un experimentado preparador de boxeo que ha integrado el cuerpo técnico de prestigiosos peleadores a nivel mundial, incluyendo al cubano Luis Ortiz, a quien entrena continuamente es su gimnasio de Miami.

«The Real King Kong», como se le conoce a Ortiz dentro del mundo de los puños, fue el primer peso pesado cubano de la historia en ganar un titulo mundial de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y a sus 36 años, presenta un excelente récord de 32 peleas ganadas (27 KOs) y solamente dos derrotas»

Sobre el campeón cubano del boxeo profesional, Agüero expresó:

«Ortiz fue el primer entrenador que yo tuve en la EIDE en Cuba. Los primeros pasos en el boxeo, él fue el que me los inculcó. Luego el tomó su destino y yo tuve que seguir trabajando con mi segundo entrenador, Lázaro Noa, quien me ayudó a seguir en este lindo deporte.»

Según cuenta Ricardo en la entrevista citada, salió de Cuba rumbo a Nicaragua el 21 de noviembre de 2019, para demostrar que tiene calidad en el boxeo y que puede conseguir buenos resultados en el ring profesional.

«Nicaragua fue un país que me enseñó a sobrevivir, a reforzar mi madurez y a llenar ese león que tengo dentro de mi corazón. Gracias a Dios ya estoy aquí (en Estados Unidos). Yo tuve que cruzar varios países. No fue nada fácil y sufrí bastante. Pero siempre hubo personas que, gracias a Dios, me ayudaron. De Nicaragua crucé a Honduras, luego a Guatemala, donde me tocó estar preso por migración. Luego, de ahí, pude llegar a México.»

«A México entré por Tapachula y ahí las personas siempre me ayudaron. Luego, pude salir para Tuxla Gutiérrez, la capital de Chiapas y ahí volví a estar detenido, porque no tenía papeles. Supuestamente, me iban a deportar para Guatemala, pero gracias a Dios, me dejaron ahí.»

Ricardo cuenta que logró salir de esa situación, gracias al apoyo de muchas personas a las cuales él agradece y, bordeando los retenes policiales y de las autoridades migratorias, en una suerte de aventura muy peligrosa y arriesgada, puedo viajar hacia Monterrey, estado fronterizo al norte de México.

«En Monterrey me tocó dormir en el aeropuerto. Luego, tomé un bus hasta Acuña (frontera con Estados Unidos)», explica el atleta. Ahí en Acuña, tuvo que dejar todas sus pertenencias y entregarse a las autoridades fronterizas.

«Estuve cuatro días preso. Todo el que ha pasado la trayectoria del emigrante, sabe como son las cosas ahí. Pero uno debe tener fuerzas, decisión y una familia que te apoye. Lo demás que ocurra, no importa», confesó Ricardo, aún con el rostro preocupado, mientras rememoraba los acontecimientos vividos.

Ricardo es un boxeador que tiene 28 años y hubo un motivo especial que lo alentó a salir de Cuba.

«Yo era un peleador que, como muchos, estaba engañado. Yo sufrí mucho en Cuba, quizás no el que más, pero sufrí mucha humillación. Yo fui sancionado 12 veces en Cuba, por la simple razón de que a la gente no le gusta que le digan la verdad en su maldita cara. En Cuba tú no puedes decir la verdad, porque llega un momento que a los jefes les molesta. Nadie quiere buscarse problemas, pero yo estaba en la disposición de buscarme problemas con cualquiera, porque la verdad es una sola.»

«Yo tuve un problema en un hombro y la gente decía que era mentira mía, que yo lo que estaba era acobardado y tenía miedo. Una persona con miedo se va de este deporte, porque no le gusta coger golpes y todos saben que el peso completo que más golpes ha cogido soy yo.»

Ricardo confesó que a él nunca lo cuidaron como atleta en Cuba, sino que lo metieron a la candela, casi sin saber, para que aprendiera a boxear arriba del cuadrilátero.

«Al año y tres meses de yo empezar en el boxeo, ya estaba peleando contra Erislandy Savón, que era la primera figura de mi división en Cuba. Pero bueno, allá arriba hay un Dios…», dijo Agüero.

Según cuenta este boxeador cubano, con más de 300 peleas en su récord, jamás participó en ningún evento de importancia. «Yo siempre fui un peleador del montón», expresó.

Sin embargo, su objetivo lo tiene bien claro: triunfar en el boxeo profesional. Para ello, hasta sobrenombre tiene…

«Quiero que me llamen «El Aparecido», porque llegué de pronto a este país (Estados Unidos) y quiero hacer las cosas bien para poder triunfar. Después de toda la travesía que hice, llegué y quiero demostrar quién soy yo. Pero, a mí, no me gusta estar hablando mucho, las cosas se hacen arriba del ring.»

«Como todo peleador cubano y camagüeyano que soy, mi estilo de pelea va a ser el que mi profesor Germán me inculque. En Cuba nos enseñan a pelear de riposta, pero el boxeo profesional no tiene nada que ver con eso. Si él me dice que le meta la cabeza a una piedra, yo lo haré, porque a eso vine, a aprender y a demostrar quién soy cuando se me dé la oportunidad.»

Luego de más de 20 meses de travesía, desde que salió de Cuba, Ricardo Agüero pudo llegar a Estados Unidos para cumplir su sueño de ser boxeador profesional.

«En Cuba nos engañan y no dicen que esto es malo, pero me he dado cuenta que no es así. Aquí hay comodidad, buen trato, todo lo que necesitas y te da la oportunidad de poder crecer en la vida para ayudar a tu familia.»

Ahora, a Ricardo, solo le queda trabajar duro para debutar en el boxeo grande y, además, cumplir con su otro sueño…

«Toda mi familia se quedó en Cuba. Espero, algún día, poderla tenerla a toda aquí conmigo. Ese es mi otro sueño», confesó.

Ricardo envió un mensaje a todos los boxeadores cubanos y a la afición amante del boxeo.

«Les digo a todos que, si me pueden apoyar, que lo hagan. A los boxeadores veteranos como Ugás, Rigondeaux, Dorticós y todos los que yo no conozco, les pido que, si me pueden dar algún consejo, yo estoy en toda la disposición de recibirlo.»

«Espero no ser criticado, porque vengo aquí a «comerme el mundo», como aquel que dice. A todo el que pueda apoyarme, se lo agradezco y, al que no, al menos que me dé su bendición. Tengo una familia, hace cuatro meses perdí a mi papá y estoy aquí, luchando. Espero me den las fuerzas para seguir guerreando, que es lo que se necesita», concluyó.

Le deseamos el mejor de los éxitos a este peleador cubano, Ricardo Agüero, y el mayor deseo de que todos sus sueños se cumplan, dentro del ring profesional y en su vida personal.

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