Cuba continuó de fracaso en fracaso: La Liga Élite no será la solución

Por Jesús Pérez Vichot (Chuchi)

Un amigo me comentaba luego de la cuarta derrota y eliminación de la selección cubana (Alazanes de Granma con refuerzos) de béisbol en la semana beisbolera de Haarlem, que si no se crea una Serie Nacional con cuatro equipos, nunca se podrá ganar en torneos internacionales. Pues, yo particularmente era de la opinión que se debía hacer algo parecido a lo que mi amigo plantea. Sí, reunir a los mejores jugadores en un torneo donde los protagonistas fueran solamente cuatro conjuntos.

Es indudable que la calidad sería superior a la de una Serie Nacional con 16 equipos participantes. Sin embargo, en estos momentos desde mi punto de vista la solución para volver a tener los resultados esperados en certámenes internacionales, tampoco sería esta. En mi modesta opinión, la solución es: «cambiar todo lo que debe ser cambiado».

Antiguamente eran cuatro los equipos que integraban la Liga Cubana de Béisbol (Cienfuegos, Marianao, Almendares y Habana). Estos clubes tenían miles de seguidores y no necesariamente representaban a una provincia específica. Ah, pero estaban compuestos por jugadores talentosos, los mejores del país e incluso algunos peloteros foráneos. Esto le daba al torneo la calidad necesaria para que los aficionados se identificaran con el conjunto de su simpatía.

Ahora bien, cada uno de estos equipos tenía un presidente, un tesorero y un secretario. Además, el ejecutivo de la Liga contaba de igual manera con hombres que asumían estos cargos, más el delegado de cada club. ¿Cómo se las arreglaban? Pues lo hacían y de tal forma que la liga era un éxito.

Mi criterio es que se debería privatizar los equipos, nunca va a frenar el éxodo de peloteros si no se les paga o estimula lo suficiente. De igual manera no todos pueden percibir el mismo salario. Más de 150 peloteros cubanos forman parte hoy de diferentes organizaciones de las Grandes Ligas (cualquier nivel). Si estos jugadores tuvieran la posibilidad de jugar en su país, seguramente el nivel de la SNB aumentaría.

Países como Venezuela, Nicaragua y Colombia, tienen su liga profesional. No serán de las mejores pero sí superiores a lo que pudiera ser si sus protagonistas no recibieran el estímulo necesario. En el caso de Cuba todo es más complicado, pero se puede mejorar con nuevas iniciativas. Por ejemplo, quizás empresarios extranjeros puedan invertir en una Liga Profesional Cubana, con cuatro conjuntos. Así como se hace con inversionistas foráneos en otros sectores de la economía, como el turismo (hoteles y más).

Está demostrado que cuando el dinero invertido es particular, las cosas salen mejor. Desgraciadamente aquello de «sentido de pertenencia» no siempre funciona. No quiero decir con esto que no existan personas conscientes, capaces y dedicadas a su trabajo. Pero no lo son todos, ni todos «halan parejo» y ahí «se traba el paraguas».

Sería muy grato para la afición cubana poder contar con una Liga Profesional de Béisbol. Que los fanáticos puedan comprar souvenirs de sus equipos favoritos, que la gastronomía funcione como debe ser en los estadios y lo más importante, poder disfrutar del talento de los mejores jugadores nacidos en la isla. Que los jugadores jóvenes quieran llegar a Las Mayores es algo normal, pero que sea mediante un proceso legal, sin necesidad de abandonar su país en cualquier circunstancia. Sí, porque es tanto el desespero (se entiende), que muchas veces ni siquiera esperan que culmine el evento en el que participan e incluso representando a su nación.

No puede ser que seamos el único país del mundo que presente problemas de esta índole. El «bloqueo» puede que incida y sea un obstáculo en algunos casos. Pero no es la principal causa del deterioro del pasatiempo nacional de los cubanos (ya fue nombrado hasta Patrimonio….). Se ha intentado de todo, diferentes personas ocupando cargos importantes en la FCB y CNB, sin resultados positivos (aunque hagan su mayor esfuerzo).

Hay que escuchar a Rodolfo y a Evyán narrar los juegos de la Selección Nacional o del torneo doméstico, se puede percatar el televidente que les resulta incómodo justificar o al menos intentar dejar una explicación de tantos fracasos (los considero). Ya esa frase de Rodolfo: «Se sufre pero se goza» pasó de moda. Ahora se sufre de principio a fin, nunca llega el momento de gozar. Ahora mismo en el discreto torneo de Haarlem, en Países Bajos, nuestro equipo no pudo ganar ni un desafío.

No me refiero a este nuevo fracaso en particular, no, es que se ha convertido en algo constante. Antes de asistir a cualquier evento fuera del país, ya los aficionados predicen el resultado: «Otra vez vamos a perder»…. ¡y acertan! La situación económica por la que atraviesa el país no es favorable, es por ello que desde mi perspectiva se debe buscar soluciones mediante la inversión extranjera para levantar nuestro béisbol. Trabajar desde la base, pero con los recursos necesarios, que los inversionistas creen academias.

Nos hemos quedado atrás, muy atrás. No debería ser que países con menos tradición y desarrollo beisbolero que el nuestro, cuenten hoy con mejores ligas y que logren mejores resultados internacionalmente. No es que no puedan lograrlo, claro que sí y es admirable lo que están haciendo, ahí está el caso de Colombia. Solo que nosotros no podemos seguir estancados, creyendo que el «Hada Madrina» de los cuentos nos va a salvar con una varita mágica. Hay que actuar, la afición cubana necesita una liga de calidad, el nivel de la SNB actual es pésimo.

Tener que escuchar año tras año las mismas declaraciones: «Nos enfrentamos a un pitcheo que nunca lo vemos». Señores, eso es inaceptable en pleno siglo XXI. ¿A qué planeta pertenecemos? ¿Cómo uno de los países con más historia y jugadores reconocidos a nivel global se van a sentir inferiores a rivales con muchísima menos tradición beisbolera? Nos hemos quedado bien atrás, verdaderamente es triste.

Ahora se experimentará con una «Liga Élite». Sí, estará más concentrada la calidad. ¿Pero de qué calidad estamos hablando? Así, con lo mejor que contamos en el patio, tampoco tenemos el nivel suficiente. Por lo que en el próximo evento foráneo nuevamente nos enfrentaremos a lanzadores que cuentan en sus repertorios con envíos que no ven nuestros bateadores durante todo el año. ¿Entonces? ¿Será beneficiosa la creación de esta Liga Élite para nuestro béisbol? Particularmente no lo creo, será «el mismo perro con diferente collar», nada más. No se trata de pesimismo, sino de objetividad y realismo, los hechos hablan.

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