Dayán Viciedo, el regreso y… ¿la esperanza?

 Por Alexander García 

   Si un nombre suena en el universo beisbolero actual es el de Dayán Viciedo, pues el cubano viene quemando la Liga Japonesa desde hace años y en esta temporada ha seguido tomándole el pulso a la pelota asiática, dando palos como solo él sabe hacer. 

   Hace unos meses atrás, hablar de Viciedo en los medios oficiales era casi un sacrilegio, por política editorial, por capricho, por censura, por lo que sea pero después de que se anunciara con bombos y platillos el posible regreso de hombres como él a la selección cubana… bueno, ya saben, ahora es el rey; ni en su mayor momento de gloria fue reverenciado, allá cuando estaba con los Medias Blancas pero hoy, cuando los cañones truenan, hasta una banda presidencial le pudieran poner. 

   La cuestión como siempre tiene un trasfondo maquiavélico, el maniqueísmo de moda pone de héroes a los traidores de ayer y demás cuestiones subyacentes que se saben de antemano. 

   En este punto vale acotar que el hecho de darle prominencia a Viciedo es algo positivo, muy bien visto, lo que un sentido de contrariedad invade el pensamiento y nos lleva desde el ofuscamiento hasta la burla, ya que se muestran muchos matices que hacen parecer un show el asunto. 

PRIMERO 

   Cuando Dayán Viciedo debutó en las Series Nacionales, todos lo comparaban con Omar Linares. Muchos decían incluso que superaría a Kendrys también, no por llegar con 16 años, sino por su fuerza, por su biotipo impactante, por su versatilidad, en fin, el chico estaba en boca de todos y en Villa Clara lo aclamaban como la joya de la corona. 

   Hubo un instante en el cual Dayán llegó a jugar tres partidos en el día con Villa Clara, desde la categoría 15-16 años, la instancia de juveniles y el equipo de mayores. ¡Todo un tren! Y así mismo rendía, lucía bien, cumplía, todos seguían cifrando esperanzas en él. 

   En su momento, Viciedo fue la esperanza de su equipo, del mismo Víctor Mesa pero, en verdad jamás se logró consagrar, de pronto desapareció, su estela se difuminó y nadie hablaba de él. 

   Luego cuando reapareció comenzó a robarse el show, la mística se imponía, Orestes Miñoso, Alexei Ramírez, los Medias Blancas de Chicago… Le tocaba el turno y no lo hizo mal; aún recuerdo la cara de Joe Girardi mirando como Dayán la perdía bien lejos por el left field en el Yankee Stadium.

   Y otra vez, cuando muchos pensaban que su historia terminaba, en Asia volvió a renacer, a tomar un segundo o un tercer aire, recobró sus sueños; con Viciedo siempre ha sido así, matices más, matices menos, se pierde, reaparece, es luz, luego se esfuma, pero en esta ocasión los hechos parecen revertir esta dinámica, pues el villaclareño es todo un consagrado en la NPB con los Dragones de Chunichi. 

   ¿El eterno retorno? ¿Patrias encontradas? ¿Qué será? Lo cierto es que Dayán Viciedo hoy retorna a la palestra nacional con más brillo, con una excelente hoja de vida a cuestas y unos cuantos creen otra vez en lo imposible. 

   Nos vemos a la vuelta. 

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