Los aficionados al béisbol han conocido por diferentes vías que el torpedero guantanamero que jugó sus dos últimas campañas con los Cocodrilos matanceros, Dayner Moreira, está tratando desde la temporada pasada de reincorporarse a la Serie Nacional después de cinco años de ausencia.
Moreira, quien este año estará cumpliendo 36 años, había abandonado la selección nacional en febrero de 2015 en San Juan, Puerto Rico, en plena Serie del Caribe, lo que lo convierte en el primer pelotero con este agravante (el mal llamado «desertor») que hace público su deseo de retornar a jugar al máximo espectáculo deportivo de Cuba.
Según la política gubernamental indicada a los organismos del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) y al Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER); la prohibición de entrada al país de las personas que abandonan misiones médicas, diplomáticas y delegaciones deportivas en el extranjero se extiende a ocho años.
Sin embargo, en este caso específico (desconozco si ha habido otros fuera del deporte), se flexibilizó la directiva por problemas humanitarios ante una delicada situación familiar y el atleta ha viajado varias veces al territorio nacional, y acorde con su deseo de incorporarse a la Serie Nacional completó sus trámites migratorios de repatriación, según nos aseguró Armando Ferrer, director de los Cocodrilos matanceros.
Varios sitios en las redes sociales han reflejado que su llegada a los entrenamientos del equipo Matanzas es cuestión de tiempo, incluida una publicación en el perfil de los Cocodrilos matanceros de hace 12 días atrás donde aseguraba que el pelotero estaba muy cerca de lograrlo y “se espera que en las próximas horas se haga oficial la noticia y que el torpedero se incorpore a los entrenamientos de los Cocodrilos cuanto antes”
Ante estas noticias, SwingCompleto contactó al Comisionado Nacional de béisbol Ernesto Reynoso, quién reconoció estar al tanto de todo este proceso pero dejó claro que esta es una decisión que está en manos de instancias superiores.
El caso es atípico y complejo y en nada se parece a otros como los de Erisbel Arruebarrena y Leslie Anderson por considerarse el abandono del equipo en competencia una falta grave, por lo que ahora mismo está en discusión aún y aunque su director Ferrer confía en que los directivos quieren ayudar a Moreira, no hay nada concreto sobre el asunto y está en dudas que se resuelva en los próximos días.
“Eso está en manos del gobierno”, nos declaró el jugador, quien hasta hace unos días se encontraba en la isla esperando que le dieran el visto bueno para vestirse de rojo y amarillo, algo que nunca llegó a suceder.
Moreira dejó un average ofensivo en sus nueve temporadas en Cuba de 314 y solo le restan 33 imparables para arribar a la cifra de mil. En su periplo por otras tierras llegó a un acuerdo de Liga Menor con los Marineros de Seattle aunque fue dejado libre dos meses después, para luego jugar una campaña con los Cangrejeros de Santurce (2015-2016), dos en la American Association (2016 y 2017) y una última con los Indios del Bóer de Nicaragua en 2017.
Esperemos que esta historia tenga un final feliz y que el atleta pueda terminar su carrera deportiva en Cuba para beneplácito de los aficionados y para bien de nuestro deporte favorito. Ojalá los decidores en este caso se muevan en las aguas del perdón y la reconciliación y obren con inteligencia para unir más a los cubanos de todas las latitudes, algo que puede ir creando las bases sólidas que tanto necesita el futuro de nuestro béisbol.
SwingCompleto NO aprueba el uso de la palabra desertor para los civiles. La hemos utilizado en este trabajo con tal de ilustrar la trascendencia del mismo.
