DESCONOCIDO: Visita del gran Pedro Chávez a Fenway Park y contrato con Yankees que RECHAZÓ

Por Yasel Porto

Pedro Chávez González es uno de esos peloteros que yo siento mucho no haya sido parte de la representación cubana en Grandes Ligas. Y no solo fue la ruptura de relaciones entre Cuba y Estados Unidos y la eliminación del profesionalismo en la isla, la causa principal para que una de las estrellas de las primeras Series Nacionales no llegara y hasta triunfara en el mejor béisbol del mundo.

La primera razón no también la menos conocida para la mayoría de la gente. Se trata fue el contrató que él mismo rechazó en 1957 de los mismísimos New York Yankees, luego de que Tom Greenwade emitiera un informe lleno de elogios a la directiva de la franquicia más exitosa del deporte estadounidense. Este hombre fue quien descubrió a varias de las figuras de los Bombaderos, entre ellos Mickey Mantle.

«Era una época difícil para mí. Tenía solo 21 años y tenía que encargarme de mi casa. En aquel tiempo no es como ahora, y firmar con un equipo de Grandes Ligas no te garantizaba demasiado porque primero ibas a las Ligas Menores donde la situación era compleja. Y eso te obligaba a separarte de tu familia por mucho tiempo», dijo Chávez en una entrevista años después. Para él no hubo una mejor oportunidad que esa para jugar en ese béisbol.

Su carrera ascendió dentro del nuevo sistema totalmente amateur en el que no había chance de cambiar el estatus como profesional y probar fortuna en otro país, sobre todo en la MLB. Ese talento que lo llevó a ser quizá el beisbolista más completo de los años sesenta dentro de Cuba, nunca pudo mostrarse en lugares tan emblemáticos como Fenway Park.

No sería hasta 2014, muchos años después de su desvinculación del máximo nivel de la pelota cubana, que «El Gago» visitó la casa de los Medias Rojas de Boston.

Fue la primera ocasión en la que el ídolo de millones de cubanos estuvo de verdad en un estadio del conocido «big show». Y no era cualquiera, pues se trataba del más antiguo de todos los que son parte de este escalón supremo. (En 1999 estuvo en el estadio de los Orioles cuando el tope pero solo desde las gradas en la comisión de apoyo).

Él estuvo en el terreno y disfrutó desde la zona del «Monstruo Verde», de un juego con participación del entonces estelar jardinero de los locales Yoenis Céspedes. Con él había compartido un momento, recibiendo su firma en la gorra que portaba con orgullo. Además de haber sido presentado ante los miles de fanáticos presentes en la instalación.

Y no solo pasó con Chávez, sino con muchos otros veteranos destacados del béisbol cubano como Tony González, Rodolfo Puente y Rey Vicente Anglada, quienes formaban parte de un equipo que año tras año viajaban a Estados Unidos para jugar softbol. La gestión principal venía de la Liga Senior Eastern.

Mas fue Pedro quien captó mayor atención de la prensa, que incluyó una entrevista nada menos que al prestigioso «Boston Globe» perteneciente a una de las ciudades más importantes de los Estados Unidos como lo es sin dudas la gran urbe de Nueva Inglaterra.

La visita fue quizá una de las más especiales en toda una década de intercambios en los dos países. Además del mítico Fenway Park y de la participación en un torneo de mayores de 60 años, los veteranos cubanos fueron a otros sitios de la ciudad como Barnestable High School en Cap Cod, el Complejo Kennedy, el Teatro Harwich Junior y el centro educacional Cod Astro Park.

La cancelación de trámites consulares de la Embajada de Estados Unidos en La Habana y el impacto directo de la pandemia durante dos años interrumpió estos encuentros tradicionales. Tengo entendido que existe la intención de retomarse esta iniciativa dentro de algún tiempo, aunque quizá ya no sería con Chávez como uno de sus líderes.

Natural del poblado de la Salud, en Mayabeque, y residente en el poblado habanero de Santiago de las Vegas por largo tiempo, fue parte de varios momentos trascendentales del béisbol cubano. La mayoría lo ubica como uno de los mayores exponentes dentro de la etapa amateur. Su desempeño como jugador (primera base y jardinero) y luego como entrenador le ganaron gran respeto y popularidad.

Fue protagonista en títulos internacionales muy importantes como el Mundial de 1961, los Panamericanos de 1963 y los Centroamericanos del «Cerro Pelado» en 1966. También uno de los íconos de aquellos Industriales campeones por cuatro años consecutivos bajo la dirección de Ramón Carneado.

Tras su retiro como jugador activo se convirtió en uno de los grandes managers de Cuba, y sobresalen en su trayectoria las victorias con los Leones en 1973 y 1986, además del certamen del orbe de 1984 en La Habana y los triunfos internacionales de 1985 y 1986. Lo último que hizo fue dirigir al equipo nacional juvenil en los años noventa y tras la Serie 1994-95 se retiró definitivamente de esa función.

La última aparición pública de Chávez fue en la semifinal del año 2020 entre Industriales y Camagüey. Entre él y otra leyenda como Miguel Cuevas protagonizaron la antesala del juego inicial de aquel playoff, recibiendo de nuevo el aplauso de miles aún cuando muchos de los allí presentes nunca vieron sus grandes dotes como pelotero.

Con 84 años de edad y un corazón que le ha exigido tratamiento en los últimos tiempos, además de imponente, la imagen de portada de este artículo también sea irrepetible. Al menos de volver a acompañar a los veteranos a estas aventuras tan particulares en las que solo debe haber espacio para los buenos sentimientos y momentos.

Es la ley de la vida que suele ser frustrante, tanto como el sentimiento de no tener el orgullo hoy que su calidad haya sido demostrada también en las Grandes Ligas, como tantos otros de su generación y de las que vinieron después. Y que así se puedan mostrar otras fotos y videos todavía más especiales y trascendentes para él y para la pelota cubana y mundial.

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