Los Marcianos LLEGARON YA: Crónica de una destrucción anunciada

Por Luis Alberto Martínez (tomado de su perfil)

Ya sabía yo que de un momento a otro el hombre descubriría vida en otro planeta, lo que no sabía yo era que pronto nos harían la visita, mucho menos que escogerían a nuestro país y a nuestro terreno de pelota, el histórico Vedado Tenis, o club 500 como recién le pusieron, aunque para nosotros siempre será el Echeverría.

Lo cierto es que el mundo se conmovió cuando el San Remo escogió a Cuba como sede pero nosotros nos alarmamos cuando vimos la invasión marciana en nuestro terreno. Indiscutiblemente los marcianos no tienen idea o no les importa que el béisbol sea patrimonio cultural de la nación cubana, aunque en cualquier caso si sabemos que no les gusta la pelota porque pronto decidieron transformar el longevo terreno y hacerlo a imagen y semejanza de la superficie lunar, lo cual nos hizo presumir que en realidad son habitantes «lunarcianos».

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Llegaron en naves de todo tipo, algunas bien pesadas, las marcas de sus motores quemaron la hierba en algunos sitios, en otros hicieron profundos cráteres pero lo bueno estaba por llegar, durante cinco noches los lunarcianos estuvieron realizando movimientos danzarios en su nueva superficie lunar e invitaron a cuánto habitante terrícola quiso asistir, los cuales pronto aprendieron los movimientos extraterrestres y se convirtieron en pieza clave en la transformación de nuestro querido estadio en ciudad alienígena.

Nosotros mientras tanto estábamos sufriendo, Yhosvani, quien había cuidado ese terreno por mucho tiempo, a pesar de sus 86 años, no hacía más que lamentarse, pero a los marcianos eso le resultó indiferente, querían conquistar el planeta y escogieron el Echeverría para imponer su cultura por encima del béisbol.

Al parecer los marcianos o lunarcianos, quisieron llevarse unos souvenirs a su regreso porque el box, ese sitio donde se coloca el pitcher para lanzar, desapareció, el Home no existe, se lo llevaron con media luna y todo, el terreno tiene más hoyos que la superficie lunar, y al parecer para atracar sus naves clavaron tubos de hierro en el terreno que olvidaron recoger y ahora amenazan la seguridad de los niños y adultos que jugamos en ese terreno.

Nuestro terreno ahora podrá ser utilizado por los centros docentes aledaños, los maestros podrán ilustrar en clases prácticas la fauna cubana a nuestros pequeños. Al parecer atraídas por restos de alimentos o combustibles descompuestos dejados por los marcianos han comenzado a habitar en nuestro terreno un gran número de tiñosas, nunca antes ví tantas reunidas, espero que no quieran también jugar pelota.

No he visto en las noticias que se haya documentado nada acerca de la visita extraterrestre, solo escuchamos que se pretendía dar unos conciertos en el terreno del club 500, el que por demás se cuidaría pero al parecer los músicos nunca estuvieron allí sino habitantes del mundo exterior, los cuales a su retirada nos han obligado a jugar en un estadio lunar. Qué alegría ayer al pasar ver a los niños jugando, a sus profesores preparando a los futuros integrantes de nuestros industriales o de nuestro equipo nacional, o sencillamente jugando pelota, al fin y al cabo un terreno de béisbol es para jugar béisbol, no una pista de baile.

A los amantes del béisbol, a los cubanos que aún lo sienten como su deporte nacional solo les digo que tranquilos, ya el profe Yhosvani Gallegos, trabaja en eso, a él no le importa que hayan incumplido las promesas, que la destrucción del terreno donde practican niños y adultos le sea indiferente a quienes debieron cuidarlo, él ya pone sus añejas manos para sanar las heridas, ya vertió concreto en el box para repararlo, ya busca tierra para tapar los huecos, ya marcó la media luna para que renazca la hierba que los marcianos arrasaron.

Pronto un grupo de abogados y padres nos sumaremos a la tarea de reparar lo que otros insensibles destruyeron. Los Azules, el equipo de abogados de la capital, volverá al terreno, él nos recibirá con el amor con el que siempre lo hace y nosotros sanaremos sus heridas pero cada vez que miremos los destrozos nos acordaremos de la popular canción, y por qué no, también la tararearemos, al igual que el béisbol forma parte de la cultura cubana. Bueno los dejo, me voy al terreno cantando….

¡LOS MARCIANOS LLEGARON YA…!

Nota: Dedico la presente a Yhosvani Gallegos, y al equipo de abogados de la capital, Los Azules de la ONBC. Espero que alguien se haga eco de esta crónica, espero que todos mis amigos la compartan a ver si alguien la ve y se da cuenta cuanto daño se ha hecho, cuanto daño se le ha ocasionado a un terreno en el que practican béisbol niños y adultos, y quizás impidan una nueva oleada marciana.

Acompaño una imagen del terreno antes de la invasión para que comparen el verdor que tenía, cuanto se había logrado, y cuánto se destruyó por el error de convertirlo en sitio de conciertos. Apréndanlo de una vez, en un terreno de béisbol se juega béisbol.

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