EXCLUSIVA: El día que Víctor Mesa LLORÓ en un terreno de beisbol

Por Migue Guerra

Uno de los peloteros más polémicos de la historia del beisbol cubano es, sin duda alguna, el villaclareño Víctor Mesa. Enérgico defensor del jardinero central en la Serie Nacional y el equipo Cuba, pimentoso con el bate y luego un director exigente con sus discípulos y siempre «dando de qué hablar», dentro y fuera del terreno, la figura de Víctor aparece en cualquier conversación entre especialistas o aficionados a la pasión de todos los cubanos.

Durante 19 temporadas, el explosivo pelotero acumuló un promedio de bateo de .317, con dos mil 172 indiscutibles, incluyendo 351 dobles, 47 triples y 273 jonrones, además de mil 174 carreras impulsadas y mil 283 anotadas, con una línea ofensiva de .383/.502/.885 (OBP(SLU/OPS), números todos de alta envergadura para el beisbol cubano.

Por si eso fuera poco, Víctor sumó un total de 589 bases robadas en 820 intentos, para un excelente 71.1% de efectividad. En el plano defensivo, el jardinero dejó un average de .963 guante en mano, con 150 errores en cuatro mil 57 lances, además de 136 asistencias y participación en 24 jugadas de doble play.

Víctor dejó el deporte activo en la pelota cubana en el año 1996, luego de jugar la I Copa Revolución, como parte del conocido proceso de retiro masivo de «jugadores veteranos» que ocurrió en la Serie Nacional a finales de la década de los noventa, en el cual muchos peloteros de excelente calidad vieron truncadas sus carreras por decisión de las autoridades del país.

«Las cosas de Cuba son inexplicables. Cómo tú sacas del béisbol a un hombre como Orestes Kindelán que le faltan 13 jonrones para ser el primer cubano en llegar a 500 en Series Nacionales, eso es una falta de respeto», expresó el expelotero capitalino Alexei Hernández, durante una de sus visitas a «El Show de Swing Completo».

«Uno toca ese tema y se pregunta: ¿a quién se le ocurre acabar con una carrera, con una leyenda como Kindelán, que en quince días podía dar esos 13 jonrones», agregó Alexei, quien fuera miembro de los equipos de Industriales y Metropolitanos en la Serie Nacional.

El expelotero, cuestionado por los motivos que pudieron llevar a la dirección del deporte en Cuba para tomar esa radical decisión que afectó a decenas de peloteros, contó una interesante anécdota relacionada con el mismísimo Víctor Mesa, muy afectado por dicha medida.

«Recuerdo que nosotros entrenábamos todos los días por la mañana en el estadio y Víctor Mesa (ya retirado), quien se había mudado para La Habana, entrenaba con nosotros en el equipo. Todos los días, Víctor llegaba al estadio y hacíamos infield con él. Por cierto, el propio Victor llevaba las pelotas y nos enseñaba», explicó Alexei.

«Esto que les voy a contar, es para que la gente sepa qué clase de hombre es Víctor Mesa, porque casi todos los comentarios hablan de sus cosas malas y es que las personas nos volvemos fanáticos de hablar sólo sobre las cosas malas de los demás. Pero, Víctor Mesa, es un gran hombre, intentó levantar lo poquito que pudo de la debacle del béisbol que tenemos actualmente en Cuba», continuó el expelotero.

«Recuerdo un día en que Víctor estaba con nosotros entrenando y, de momento, se puso a llorar en el terreno», confesó Alexei. «Decía Victor: ¿Ustedes creen que yo no pueda seguir jugando béisbol?», narró Alexei.

«¡Oye, estás hablando de Víctor Mesa! A Víctor Mesa lo botaron de la pelota, Víctor Mesa corría más que todos nosotros que estábamos activos, tiraba igual o más que nosotros. Pregúntenle al propio Víctor Mesa, quién lo retiró, a ver si él sabe», expresó el exjugador capitalino, quien llegó a intervenir en las Ligas Menores del beisbol profesional estadounidense, dentro del sistema de la franquicia de los Marineros de Seattle.

«No se sabe quién fue el cirujano que hizo esa operación en Cuba, pero operó a una persona que estaba saludable y acabó con el béisbol en Cuba», concluyó Alexei su intervención sobre un tema que, sin duda alguna, fue un lastre para el desarrollo de la pelota cubana.

Hoy en día, varios peloteros incluso con más de 35 o 40 años, brillan en la Serie Nacional, en la pelota profesional y hasta en el mejor beisbol del mundo, las Grandes Ligas. Sin embargo, en aquellos tiempos, justo al doblar la curva de los 30, ya eras «mal mirado» por los que tomaban de decisiones, al punto de forzar a los atletas al retiro.

En el caso específico de Víctor Mesa, quien la nostalgia de jugar beisbol, aún en plenas condiciones físicas, lo hizo llorar un día entrenado a las nuevas generaciones, según contó Alexei Hernández, ya a los 39 «febreros» le pusieron fecha de caducidad a su carrera como pelotero.

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