El director del equipo Cuba y las sombras de un nuevo papelazo

Por Alexander García

La idea un nuevo papelazo es lo que queda en el aire después del anuncio de Armando Ferrer como director del equipo Cuba que ira al preolímpico de Florida; digo el anuncio pero es la ratificación de Armando Ferrer al frente de la selección nacional.

No es contradicción, no, es válido aclarar que en lo personal creo es una buena opción, pues sí pienso que Ferrer puede hacer las cosas diferentes y al menos dejar un buen sabor de boca ya que ha demostrado sapiencia beisbolera no solo en las Series Nacionales, con un título y un subtítulo, sino en su amplia hoja de servicios en el extranjero.

Con el manager yumurino puede llegar la redención, tal vez hasta clasificar entre los tres primeros, incluso llegar a la final y al menos asegurar un puesto en el último certamen eliminatorio de Asia; es real pero… ¿Que pasó con la figura de Carlos Martí?

La pregunta queda flotando en el aire y la sensación de falta de respeto no solo con Martí, también con la afición es colosal; pues hay matices que ponen al granmense como una especie de títere, algo asi como una breve puesta en escena para disipar las criticas; llamamos a Martí, lo ponemos con Ferrer a entrenar y luego ya con un tono más democrático ratificamos a Ferrer.

Estimados lectores, no hablamos de un advenedizo, no; hablamos del hombre que en cinco años, en los últimos cinco años del beisbol cubano ha ganado tres títulos, ¿Dónde queda eso?

El asunto otra vez es simple, hubieran dejado a Ferrer y ya desde el comienzo, era la decisión, a defenderla, a mantenerla desde el comienzo; no hacer otra charranada tratando de enmendar lo mal hecho o lo hecho a medias.

En este punto emerge otro aspecto importante, la inestabilidad, la inseguridad para tomar decisiones, también la sensación de que se trabaja a retazos, a como vayan saliendo las cosas y eso no deja buena impresión.

Si se han cosas positivas por mejorar la imagen de la pelota cubana, creo que es necesario acentuarlas, mas cuándos se trata de situaciones como estas, donde se elige un equipo Cuba de béisbol y su director; no bastan con buenas acciones o el querer hacer bien, no, se trata de concretar propuestas.

Aunque lo quieran tapar con un dedo, la noticia no ha calado muy bien en una parte de la fanaticada, pues el secretismo y el misterio una vez más marcaron la pauta para dejar bien claro que los lastres de ayer aún  persisten.

Ahora, solo espero que Armando Ferrer, al menos por 2 años, sea el director del equipo Cuba.

Nos vemos a la vuelta.

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