Sergio Barthelemy: “A un muchacho que tiraba 97 millas y medía lo mismo que yo le dieron 5 millones”

Por Andy Lans

Quizás ya no hablemos de él como un prospecto, pero la firma de Sergio Barthelemy Correoso con los Piratas de Campeche en la Liga Mexicana de Béisbol causa no poca expectativa.

El nacido en 1994, representado por Carlos Paulino y Optimun Baseball, salió de Cuba hace dos años con el objetivo de integrarse a la mejor pelota del mundo. Zurdo, de 6’4 pies de altura, capaz de jugar los jardines y primera base, Barthelemy impresiona por su versatilidad, rapidez y soberana paciencia en el cajón de bateo.

En seis Series Nacionales de su país, el oriundo de la provincia Santiago de Cuba bateó para .281 en 606 turnos oficiales con 41 extrabases y 157 carreras producidas. Sin embargo, logró un promedio en base (OBP) de .405 producto de 114 boletos. Vale destacar que en su último campeonato cubano (SNB 58), Barthelemy pegó para .313/.435/.401 en 81 partidos al servicio de las Avispas santiagueras y los Gallos de Santi Spíritus. Despachó cuatro vuelacercas e impulsó a 33 compañeros en el tramo regular de la campaña.

Sergio ¿Cómo describes tus inicios en la pelota?

Comencé en el municipio Songo la Maya con el entrenador José Díaz. A los 9 y 11 años de edad participé en los respectivos torneos nacionales de las categorías. Con 12 años, entré a la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) y pasé por toda la pirámide establecida hasta mi debut con las Avispas a los 19 años.

Jugador favorito

Me identifiqué en la infancia con José Julio Ruiz porque era un gran bateador, y además, zurdo igual que yo.

Ganaste dos Series Nacionales Sub-23 con las Avispas. ¿Qué recuerdas de aquellos títulos?

─En ese equipo nos tratábamos como familia, nos ayudábamos mutuamente y todo el mundo aportaba. Recuerdo todavía mi jonrón en la final contra Azucareros de Villa Clara, el batazo más importante de mi carrera. En cada uno de esos campeonatos promedié .347, y en el segundo, quedé como mejor left field defensivo.

Lanzador que más te sorprendió en Cuba.

El relevista de los Piratas de la Isla de la Juventud Héctor Mendoza, por su velocidad.

Lecciones extraídas del máximo circuito cubano

Desde niño siempre soñé jugar con Santiago, y allí coincidí con grandes peloteros. En la Serie Nacional de Cuba la afición exige mucho, no importa si eres novato o veterano.

A pesar de su condición de siniestro, Barthelemy no deslució en Cuba frente a lanzadores de la llamada “mano equivocada”. Ante estos, rindió para .336 con tres cuadrangulares y 15 remolques en 172 comparecencias al plato.

Con corredores en circulación, Sergio compiló para .283/.423/.386 con ocho dobles, un triple y seis esféricas desaparecidas del parque en 272 turnos oficiales. Empujó empate o ventaja en 14 oportunidades y trajo al 17.3% de los compañeros que encontró en posición anotadora. No obstante, su mejor virtud con hombres a bordo yace en las pocas veces que conectó para double play (solo en 16 ocasiones de 264 posibles).

¿Por qué razones decides salir de Cuba?

Siempre quise probarme en Japón, incluso realicé una exhibición en La Habana para Chiba Lotte Marines donde lo hice bien, pero todo quedó ahí. Cuando anunciaron el convenio Cuba-MLB sentí enorme motivación por firmar sin irme de Cuba. Me pusieron en la lista de 30 peloteros aptos para Grandes Ligas, sin embargo, el acuerdo cayó. Ya me sentía demasiado animado como para abandonar mi sueño, y pensé en salir como sea para cumplirlo. También quería ayudar económicamente a mi familia.

¿Cuánto progresó Sergio Barthelemy durante su estancia en República Dominicana?

Crecí mucho en el ámbito mental porque, como extranjero al fin, entendí que el futuro mío y el de mi familia depende de mí. Debí prepararme para superar cualquier adversidad.

Posibilidades de firmar en el Big Show.

─Desde mi llegada a Dominicana causé mucha expectativa. Sin pisar un terreno de béisbol, ya tenía agente. Pero al pasar el tiempo, demoraron tanto mis papeles como la agencia libre, y a la hora de realizar mi Showcase en Estados Unidos, llegó la pandemia.

››Cuando me di cuenta, cumplí 26 años. Hacía los tryout, y aunque los scouts me decían “buen trabajo”, al final contrataban a los más jóvenes. A un muchacho de 14 años que tiraba 97 millas desde los jardines, corría 6.3 segundos de home a primera y medía lo mismo que yo le dieron cinco millones. Ahora el mercado es más complejo. Los cubanos no van y firman como antes. En mi caso, a pesar del interés de Minnesota Twins y San Diego Padres, prefirieron jugadores que pudieran formar.

¿Cómo te sientes de incorporarte a los Piratas de Campeche?

─Gracias a Dios, obtuve una oportunidad de oro para demostrar mi calidad profesionalmente. Aquí creceré como atleta y reharé mi carrera.

¿Aspiras todavía a MLB?

Sí, todavía mantengo la esperanza. Vengo a México a jugar, que no es lo mismo que hacer tryout. Todo depende de mis resultados. Y si no aparece el contrato en Grandes Ligas, trataré de brillar en otras ligas de nivel como Japón, Corea o Taiwán.

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