El equipo campeón más intrascendente y olvidado de las Series Nacionales

Por Yasel Porto

Aunque este criterio está sustentado por una serie de argumentos que considero bastante sólidos, es solo una consideración muy personal la que intenta generar un análisis primero y finalmente un debate sobre un tema tan suigéneris.

Posiblemente sea la primera ocasión que se escriba algo sobre el equipo campeón de Series Nacionales que menor importancia haya dejado en la gente, empezando por los fanáticos, jugadores, entrenadores y periodistas de la misma provincia con la que se identificó.

No estoy refiriéndome a un equipo dentro de una temporada, sino a un nombre en general. O sea, que no hablo de tal Santiago de Cuba o más cual Industriales que ganó en una Serie determinada y a ese resultado muy pocos le dan alto valor. Pero es que incluso aunque fuese así, creo que de todos modos mi candidato tendría mucho a su favor para llevarse este desdichado premio.

Casi que por lógica tendríamos que decantar a cada una de las provincias que han alzado la corona al menos una vez, pues ni el ya lejano título espirituano de 1978-79 podría pasar inadvertido para la afición de los Gallos. Sobre todo, porque todavía sigue siendo su gran resultado.

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En el caso de los que más tienen, sus triunfos más distantes en el tiempo si bien no se equiparan a los más recientes (salvo excepciones), son citados frecuentemente cuando se habla de los méritos de los actuales equipos. Ya sea para entrar en comparaciones colectivas o por la simple mención histórica de periodistas y aficionados.

Bajo estas y otras realidades quedarían descartados 10 de los 20 equipos que como nombre han sido campeones en Series Nacionales, entre ellas el estar todavía en existencia dentro de nuestro béisbol. Por lo tanto, los principales candidatos serían aquellos ya están extintos que por lógica corren mayor riesgo de olvidarse.

En la lista tendríamos entonces a Occidentales (1962), Habana (1968 y 1974), Agricultores (1975), Ganaderos (1976), Citricultores (1977 y 1984), Henequeneros (1970, 1990 y 1991), Azucareros (1969, 1971 y 1972), Orientales (1967), Vegueros (1978, 1981, 1982, 1985, 1987 y 1988) y La Habana (2009).

A los primeros que saco de competencia son Citricultores y Henequeneros (Matanzas), y Vegueros (Pinar del Río), toda vez que para matanceros y pinareños todos esos lauros son bien recordados y más que eso, sumados como si hubiera sido el mismo equipo que luego se unificó en 1992-93.

En el caso de Azucareros, Orientales y La Habana (Vaqueros) se produjo el proceso inverso. Representaban a un territorio que luego se disgregó en varias provincias. Pero el impacto dejado en los campeonatos que ganaron y lo que significaron para mucha gente de manera más general, los mantiene distantes del olvido pese a su inexistencia.

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Otro que pasa con creces la prueba del ostracismo es Ganaderos. Aquella victoria de 1975-76 ha trascendido con fuerza hasta la época actual por ser la única de un elenco relacionado con Camagüey en Series Nacionales (mi artículo no incluye las Selectivas y por ende el título de los camagüeyanos en 1977). Pasa más o menos como con lo que reflejé antes con Sancti Spíritus, que es lo más importante que tienen como resultado colectivo.

Dicho esto, el grupo quedaría en un trío cuyo punto en común es que fueron representantes de cierta o de gran manera a la misma provincia. Occidentales, Habana y Agricultores tenían un vínculo bien estrecho con la capital cubana, especialmente los dos últimos.

En el caso de Occidentales, si bien se nutrían de una mayoría de peloteros habaneros salidos de los Industriales de aquella Serie Regional de 1961, también estaban integrados por matanceros y pinareños (los mejores jugadores de los que ocupaban del 2do. al 6to. lugar conformaba esa nómina).

Lo que pasa con los dirigidos por Fermín Guerra en aquella justa inaugural en 1962, es que lo que estamos discutiendo aquí es quién es más olvidado e intrascendente en la mente de la mayoría, y sinceramente no me parece que el primer campeón de Series Nacionales entre en esa categoría. Es el primero y con eso es más que suficiente.

La pelea quedaría definitivamente entre Habana (no confundir con los Vaqueros) y Agricultores, y en la misma los segundos tendrían las de perder por múltiples razones.

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Los llamados marrones habanistas no solo fueron campeones dos veces, sino que implantaron récord de victorias en una misma temporada (74 en 1968). Además de ser fundadores de las Series Nacionales por ganar la I Serie Regional de 1961 y durar más de una década dentro del sistema. Se mantuvieron como uno de los equipos más competitivos hasta que llegó al béisbol la nueva división político-administrativa desde la campaña 1977-78. Ahí Ciudad Habana y Habana (campo) se convirtieron en territorio independientes por geografía y en el campeonato beisbolero tradicional.

La huella que dejó aquel Habana, los peloteros que allí jugaron más tiempo que en Industriales, y la rivalidad que sostuvieron estos marrones con los azules capitalinos, los encumbra por encima de Agricultores y de muchos de los participantes en esa primera etapa. Cuando se hable de leyendas como Armando Capiró y Rodolfo Puente el equipo habanista es el primero al que asociarán los que vivieron aquella etapa.

Es una verdad manifesta que hoy no son muchos los que recuerdan el título conseguido en 1974-75 por los Agricultores de Orlando Leroux. Incluso unos cuantos se confunden a la hora de mencionar el nombre de aquel equipo, que surgió precisamente del Industriales de la temporada precedente. La cuestión fue que en un nuevo cambio de estructura los entonces cinco veces monarcas de Cuba (1963-66, 1973) pasaron a jugar las nacientes Selectivas (1975-77) hasta que regresaron definitivamente al principal evento beisbolero en 1977-78.

Con el liderazgo desde el box de los estelares Santiago «Changa» Mederos y Walfrido Ruiz (MVP y líder en PCL y JG), más jugadores de posición que aportaron con el bate o defensivamente como Rey Vicente Anglada, Arturo Linares, Julián Villar, Germán Águila, Eulogio Osorio, Ramón Luna y Lázaro Martínez, entre otros, la escuadra azul se impuso con balance de 24-15 y solo un juego de ventaja sobre Vegueros y Constructores.

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Aquellos Agricultores duraron tres temporadas y están entre el reducido grupo de tres debutantes que se han erigido reyes de Cuba (Occidentales, Industriales), además de su liderazgo en efectividad de cantidad de participaciones y títulos (1 en 3) que comparten con los Ganaderos agramontinos.

En la actualidad mientras casi todos le unen a Pinar y Matanzas los triunfos de sus antecesores, no sucede lo mismo con Industriales. Todo el tiempo se habla de 12 títulos y por tanto, lo acontecido con Agricultores no es algo que las nuevas generaciones tengan muy presente.

Claro está, habrá quien diga y con toda razón que solo se debe contar lo alcanzado con igual nombre, pues independientemente a que la esencia era la misma, la gran variedad de estructuras y nomenclaturas pudiera traer un gran desorden si se empieza a unificar lo que pasó cuando había otro sistema.

Usted dirá si concuerda con mi consideración que titula este artículo, y quizá lo dicho en la parte final también lo impulse a emitir su criterio sobre algo que sí se ha debatido bastante y desde hace mucho tiempo.

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