Por Yasel Porto
En mis días de compartir en tiempo y espacio durante el Spring Training 2022 con el gran Ernesto Jeréz y parte del equipo de ESPN, tuve la dicha de estrechar vínculos personales fuera del área de trabajo y enterarme así de algunas cosas sorprendentes.
Entre ellas, la relacionada a una pequeña frase muy utilizada por él y por su par Luis Alfredo Álvarez, cuya autoría es nada menos que de un narrador comentarista deportivo de Cuba.
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En medio de una conversación el estelar cronista dominicano me preguntó qué era de la vida de Roberto Pacheco, y al responderle que seguía en activo pese al impacto de algunos problemas de salud, luego de alegrarse por ello me contó la interesante relación entre el «sabroso» de Pacheco y el que ellos usan en su narración.
Ese adjetivo expresado tantas veces en las transmisiones de béisbol de ESPN con un tono bien emotivo, está inspirado precisamente en el del miembro en activo de la prensa oficial cubana con más edad y reconocimiento de distinta índole.
«Luis Alfredo llega un día a decirme que se había enamorado de la narración de Pacheco por lo jocoso que era. Por las cosas que dice y de la manera que lo dice. Porque es muy al estilo nuestro, caribeño. Esto es béisbol y gozadera, y entonces en honor a él empezamos a decir eso de sabroso en los juegos que transmitimos», comenzó diciéndome Jerez.
«Mucha gente pensaba que era por Oscar de León que decía sabroso también, pero es por Pacheco en realidad», dijo completamente sonriente una de las voces deportivas más populares de toda Latinoamérica.
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Jerez recalcó la simpatía que sienten él y Luis Alfredo por el cubano, por la filosofía de narración que hace años ha caracterizado al natural de Caimito pese a que hay quienes prefieren un estilo más enfocado en lo que pasa dentro del terreno de juego.
Con respecto a la parte personal, el hombre que se ha inmortalizado con la frase de «a lo profundo… díganle que no a esa pelota», me comentó que tiene excelentes relaciones con él, con quien ha compartido en varias ocasiones fuera de Cuba y hasta han bromeado con el tema de «sabroso».
Roberto Pacheco es el más experimentado de la actual prensa deportiva oficial de la Isla y en su aval iniciado en la década de los sesenta aparecen todo tipo de eventos internacionales de primer nivel que lo sitúan a la cabeza entre los cronistas cubanos en activo.
Ha sido una de las figuras simbólicas de la emisora Radio Rebelde en sentido general, y pese a detractores y enemigos ha contado con un apoyo de fanáticos bastante grande. Entre sus distinciones más importantes están el Premio Nacional de Periodismo por la obra de toda la vida y el Abelardo Raidi, que responde a buena parte de la región continental.
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Yo no voy a entrar ahora en un análisis profesional y mucho menos personal de Pacheco, con quien no me ata ni el más mínimo vínculo. No viene al caso y no es mi filosofía cuestionar a mis colegas trabajen donde trabajen, por muy cuestionado que muchos crean que pueda ser por esto o por aquello. A mí no me toca ese juicio.
Pero fueron varias razones creí interesante compartir esta confesión en privado de Jerez, la que él mismo se encargó de hacer pública en la entrevista que le hice el último día que estuvimos juntos en Arizona.
Lo que me demuestra eso es que al margen de los defectos y errores profesionales que tenemos los cubanos que ejercemos el periodismo, no no solo no somos tan malos sino que profesionales de tanto prestigio por el lugar donde trabajan y por lo que ellos mismos se han ganado de forma individual, son capaces de reconocer lo positivo de alguno de mis colegas al extremo de adoptar una de sus frases.
Está claro que en ningún aspecto estamos viviendo la mejor etapa en nuestro béisbol, y que salen a la luz todo tipo de equivocaciones. Pero en ocasiones la afición se crea una imagen totalmente negativa de los narradores cubanos en general, sin querer mirar el lado bueno.
Por eso me decidí a hacer este artículo, porque a diferencia de lo que algunos sugieren prefiero escribir de cosas positivas, de hechos que debieran satisfacernos a todos, desechando por ética cuando es un colega, y por respeto en el caso del resto, que tengamos motivos para cuestionar dentro y fuera de su labor profesional a ese u otros colegas.
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Han sido muchas las frases y palabras de colegas míos que han trascendido el tiempo, gracias a una mezcla de la importancia de él, su alcance y la originalidad de su creación.
Pero tal vez Pacheco quede en la historia como el único colega cubano que fuera de su tierra que sido «copiado» por otros, en el mejor sentido de la expresión, para quedar ligado por largo tiempo con la cadena de deportes más importante de todo el mundo. Y eso por encima de todo, me parece que es digno y justo de reconocer como colega, y hasta admirar como cubano.