Por Yasel Porto
El lanzador cubano Pedro Álvarez hizo su ansiado debut como profesional en Japón y su estreno no pudo ser de mejor forma para el espirituano que desde esta última Serie Nacional pertenece al equipo Industriales de La Habana. El diestro llevaba en la espalda el número 26, y sobre este (algo a lo que no estamos acostumbrados en Cuba) su nombre y su apellido.
Según reseñó primero el entusiasta Joan Carlos Carlos de la plataforma «Por la Goma», Álvarez hizo una primera presentación exitosa en la Shikoku Island League (liga independiente) con su club Tokushima Índigo Socks.
El «Gallo Azul», como le dice mi colega, ponchó a los tres bateadores a los que se enfrentó cuando lo trajeron a lanzar en el sexto capítulo. Ahí apeló el mezclar muy bien su reportorio con un excelente control que sacó de paso a todos sus adversarios.
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Como hemos comentado en otras oportunidades esta es una liga profesional al margen del primer nivel nipón, aunque no pocas veces peloteros con buen rendimiento en el circuito de Shihoku han recibido ofertas en la principal competición asiática.
En esta liga además del equipo de Pedro Álvarez, que fueron los campeones de 2021, intervienen otros tres planteles. Son los casos de Ehime Mandarin Pirates, Kagawa Olive Guyners y Kōchi Fighting Dogs, quienes juegan desde la temporada fundacional en 2005.
Aquí los detalles del contrato de Pedro Álvarez
Álvarez llegó a fines de la semana anterior a Japón y se incorporó poco después de iniciado el certamen. Su labor como relevista pudiera ser importante para las aspiraciones de Tokushima de retener la corona en un año donde la polémica ha caminado pareja con los buenos resultados para el pitcher de 27 años de edad.
En la 61 Serie Nacional fue la gran figura del staff de Industriales y uno de los monticulistas con mejor rendimiento en el certamen. Eso fue lo que llevó a la directiva del club japonés de interesarse por contratarlo por primera ocasión. Y aunque queda un camino por delante aún, la primera impresión no pudo ser mejor.