Gran tarde de Dairon Blanco comandó a Industriales sobre Pinar

Por Boris Luis Cabrera

La historia de este partido de martes ya estaba escrita desde hace 24 horas. Desde el mismo momento en que los Vegueros de Pinar del Rio dejaron abierta la reja de los Leones capitalinos, y estos, hambrientos y enfurecidos, salieron a la grama en el final del noveno episodio para borrar una desventaja de siete carreras y arrebatarles el juego, el guion estaba escrito.

Daba igual que subiera al box de los visitantes un veterano como Yosvany Torres y que los anfitriones encaramaran a un bisoño como Pavel Hernández. Hoy no importaba el empuje de la fanaticada, ni las estrategias del “Rey”, ni probabilidades ni estadísticas. Era una apuesta fácil, una movida irremediable del destino.

En el terreno, no estaba Alfonso Urquiola para sacar conejos y victorias de un sombrero de copas con su magia sorprendente y la motivación, esa fuerza tremenda que mueve montañas, crea mitos y construye leyendas, se movía inquieta por la banca de tercera vestida de azul, empujando las aspiraciones de los Industriales.

Nadie lo pudo evitar, hoy la bandera de las letras góticas ondeaba más alto en el coloso del Cerro y cuando cayó el telón después del out 27, un 8-2 en el marcador a favor de los de casa, reflejó la importancia que tiene en el deporte los factores subjetivos y los estados mentales.

Todos los regulares se anotaron al menos un imparable, pero hoy le tocó a Dairon Blanco el protagonismo y la gloria disparando un par de bambinazos y remolcando cinco carreras para su tropa.

El primero llegó cerrando el quinto episodio y encontró a un compañero en circulación para darle un vuelco a la pizarra, y el otro, a la altura del octavo con dos hombres en las almohadillas, fue un mazazo violento que dejó inconsciente los sueños vegueros y apagó de golpe las escasas lucecitas de esperanza que todavía andaban encendidas por los rincones de la banca de primera.

Del resto se encargaron los relevistas Erick Christian González, Eddy Abel Garcia, y Andy Rodriguez; uniendo esfuerzos para silenciar los bates rivales, permitiendo entre ellos apenas un par de incogibles en seis capítulos y dos tercios de labor.

Con esta victoria, la manada de Leones capitalinos inclina la balanza a su favor en la serie particular contra los pativerdes y los desplaza de la zona de comodín faltando apenas un tercio de competencia para concluir la etapa clasificatoria.

Ahora que los azules han tomado el impulso que tanto pedían sus fieles y mirando los rivales que se mueven en el horizonte, ya no hay quimeras. Nos vemos en el estadio.

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