Higinio Vélez veta tope beisbolero en Cuba con norteamericanos

Por Enrique Rey

El Presidente de la Federación Cubana de Béisbol Higinio Vélez Carrión volvió a hacer de las suyas, como si no fueran suficientes tantas acciones controvertidas de su parte. En esta ocasión el funcionario santiaguero negó el permiso para utilizar un terreno para un tope entre un equipo cubano y otro norteamericano.

El enfrentamiento estaba pactado para este sábado 15 de febrero en el estadio Camilo Cienfuegos (antiguo Hershey) situado en el poblado del mismo nombre dentro del municipio Santa Cruz del Norte, de Mayabeque.

Se trataba de un juego amistoso entre veteranos de Estados Unidos y del territorio mayabequense como parte de las actividades pactadas por los visitantes bajo el auspicio de la agencia “Amistur”, conjuntamente con una importante fundación de béisbol estadounidense que ha desarrollado una intensa labor desde hace tiempo en función de la pelota cubana.

El equipo foráneo bajo el nombre de “Los Chéveres” ha venido a Cuba desde más de una década para realizar topes similares en lugares tan tradicionales como el estadio “Palmar de Junco” de Matanzas.

En esta ocasión había iniciado su periplo amistoso en la provincia de Cienfuegos para finalizar con el mencionado desafío a pocos kilómetros al este de la capital cubana. 

Una fuente que labora en la Comisión Nacional nos confirmó que poco después de llegar el permiso a manos de Higinio por las vías establecidas con el objetivo de poder utilizar sin problemas la instalación, el directivo respondió a los organizadores que era imposible celebrar la actividad porque el estadio “no tenía las condiciones idóneas”.

Vale señalar en primer lugar, que el estadio del antiguo Hershey posee mejores condiciones que varios de los que se utilizan actualmente en las Series Provinciales del país, porque a pesar de las dificultades es atendido celosamente por algunas personas, entre ellos el activista Ángel Perera.

Pero además, ese inmueble no fue edificado ni por el INDER, ni por la Comisión de Béisbol y mucho menos tuvo el aporte constructivo de Higinio. Fue Milton Hershey, el mismo que a principios del siglo XX edificó y desarrolló el pueblo que llevó su nombre a través de la producción de los chocolates que hoy siguen en la élite norteamericana. 

El equipo del central azucarero fue uno de los más destacados que tuvo la Liga Nacional Amateur hasta la desaparición de este circuito en 1960.

La actitud de Higinio Vélez es mucho más cuestionable porque es solo ahora que le importa lo que se va a hacer en ese lugar, pues la mayor parte del tiempo lo que allí sucede es ignorado completamente por el mandamás del béisbol cubano, incluido el mantenimiento de este parque.

¿A qué condiciones se refería el Presidente de la FCB? ¿Acaso pretendía que hubiese colchones en los muros para proteger a los visitantes, un mayor graderío y parqueo para albergar a una mayor cantidad de aficionados, dogouts mejor equipados con baño incluido o una grama con el nivel de un terreno de Serie Nacional con la hierba pintada con algún tipo de mensaje de bienvenida?

En medio de tanta tensión generada entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba por las más recientes medidas de la administración Trump, con esta negativa del federativo cubano se perderá una nueva oportunidad de tender puentes entre el pueblo de ambos países con el béisbol como protagonista.

Ciertamente no es algo trascendental en cuanto al evento en cuestión, pero sí es importante el hecho al tratarse de una nueva acción de quien cada día pierde más respeto y ya no solo entre los cubanos, pues ya son varios los extranjeros de buena voluntad que han tenido que regresar decepcionados por las decisiones unilaterales de este personaje.

Y todavía hay quienes dicen que Higinio solo se ocupa de atender los contratos internacionales desestimando lo que pasa internamente.

No importan las buenas intenciones con que vengan proyectos de este tipo, ya es suficiente con el lugar de donde viene y porque es algo además donde la Federación no tiene parte protagónica sino para autorizar algo que parecía simple pero que se volvió más que complejo, imposible.

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