Industriales en la Serie 60: ¿Se hunde el barco?

Por Katherin Rios (estudiante de periodismo)

La Serie Nacional número 60 estará comenzando en poco más de un mes aunque los directivos aun no acaban de oficializar la nueva estructura y mucho menos han dado a conocer un calendario competitivo.

Desde el final de la campaña pasada se han suscitado varios escándalos que involucran a peloteros y directivos relacionados con posibles traslados a otras provincias, quejas, inconformidades, intentos de fichajes y hasta abandonos vergonzosos; que le han dado a la temporada muerta un movimiento inusual y-tenemos que reconocerlo-un morbo extra que nos mantiene ocupados y entretenidos.

A mi querido equipo Industriales (no me escondo para reconocer mi simpatía) también lo han sacudido las ondas expansivas desde el mismo instante que Rey Vicente Anglada, aun inmerso en sus afanes clasificatorios de la serie pasada, anunciara su retiro después del último out de la contienda.

La llegada de Guillermo Carmona a la dirección azul, un hombre de poco verbo y bajo perfil pero muy dedicado a la labor que realiza, no puede ser más desafortunada. Al nuevo timonel, despojado una vez de su derecho a comandar el conjunto ante la llegada del polémico Víctor Mesa, le han entregado la clásica “papa caliente” y tendrá que hacer maravillas y orar mucho si quiere tener una actuación decorosa con el equipo dinamitado que le han entregado en las manos.

Según varios comentarios de personas cercanas a la dirección de los Leones, bastó su designación para que un grupo de atletas de la provincia solicitaran en masa la baja del equipo para buscar titularidad en otras selecciones.

El comisionado provincial y la dirección de deportes tuvieron que ponerse duros y negar todas las solicitudes, cuando hombres como el “torito” Barcelán, Wilfredo Aroche, Joasan Guillén, Andy Vargas, entre otros; quisieron abandonar el barco capitalino.

Inevitable a pesar de su tremenda calidad, fue la no convocatoria de Yordanis Samón a la preselección, un emigrado inconforme con el trato recibido, quien desafió públicamente a las autoridades, dejando sin opciones a los encargados que confeccionaron la nómina del equipo, a sabiendas que perderían al mejor toletero de la escuadra.

El regreso a su tierra de Vladimir Baños (primer lanzador del staff de Industriales en la pasada temporada), la contratación en México de Andy Rodriguez, cerrador por excelencia y jugador más valioso del equipo, y el abandono del país de Marcos Ortega, fueron otros de los golpes duros a las aspiraciones industrialistas para esta serie que se avecina que mantienen en ascuas a los aficionados.

Por otra parte, ya se baraja en los pasillos de la Federación Cubana la posible contratación de Bryan Chi, único serpentinero confiable dentro de un grupo de jóvenes que no acaban de cuajar en el montículo o que simplemente están acabados, para darle un toque funesto a las opciones de los que una vez fueron fieros leones en el terreno.

La guerra casi perdida para dejar a Alberto Calderón en el conjunto de Industriales ante la negativa de los Piratas, la también casi segura contratación de Frank Camilo Morejón, la ausencia en gran parte de la campaña de Oscar Valdés a causa de una operación impostergable, la incógnita por la recuperación de Juan Carlos Torriente y el peso de la ofensiva cayendo sobre las espaldas de peloteros veteranos que inevitablemente están llegando al final de su carrera como Yoandry Urguellés y Stayler Hernández, nos deja un ambiente desolador y forma parte de un panorama complejo donde será muy difícil encontrar las claves para al menos, lograr la clasificación a la segunda etapa del torneo.

El equipo más ganador de nuestros clásicos nacionales, es ahora mismo solo una sombra de lo que fue o de lo que pudo haber sido al ser golpeado-como nadie-por una emigración fuerte que ha roto la pirámide deportiva y ha dejado vacío el saco de los sustitutos.

Con un picheo sumamente débil, una línea central deteriorada, sin un claro capitán y una defensa que nada tiene que ver con la impronta que dejaron sus antepasados, veo el futuro de Industriales incierto lleno de continuas decepciones y siento una sensación de barco a la deriva que se hunde, inevitablemente.

Disculpen mi franqueza amigos industrialistas.

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