Por Álex Fernández Fernández
Habrá quien aún ponga en duda el contrato salvaje de Francisco Lindor con el equipo de la Liga Nacional de la Gran Manzana. Fueron 341 millones de dólares que lo convirtieron en el short stop mejor pagado de la historia, y el de más ingresos por desempeño deportivo en la MLB entre los boricuas.
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Así que el ambidiestro no podía tener menos luces y reflectores sobre él. Tenía que justificar su rendimiento sí o sí. Entonces, desde su irrupción con los Mets en marzo de 2021, le era obligatorio demostrar su valía si pretendía ser la cara de la franquicia, en un equipo que tiene además a Pete Alonso, Max Scherzer o Jacob DeGrom como súper estrellas.
Y le fue terrible de inicio. Según artículo publicado en MLB.com “su primera campaña terminó con una línea de .230/.322/.412 y un OPS+ de 99, con cada una de esas cifras representando su peor marca en un año».
Pero mucho ha llovido desde entonces y el boricua va desatado desde la pausa por el Juego de las Estrellas, que por cierto tiene cuatro en su haber.
Línea ofensiva desde entonces de: .359/.434/.576, 5 2B, 5 HR, 17 RBI, 1.8 fWAR, la segunda producción más alta en 25 partidos desde esa fecha en todo el sistema de las Grandes Ligas. ¡Tremendo!
Francisco Lindor in 25 games since the All-Star break:
— Michael Mayer (@mikemayer22) August 18, 2022
.359/.434/.576, 5 2B, 5 HR, 17 RBI, 1.8 fWAR that is 2nd highest in MLB
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De acuerdo a un análisis realizado por ESPN, “desde que debutó en 2015, Lindor ha registrado la tercera mayor cantidad de fWAR (29.2) entre los jugadores activos detrás de Mike Trout (46.4) y Mookie Betts (38.4). El campocorto estrella restó importancia a la presión que viene con el contrato y dijo que planea jugar con «mucho orgullo».
Evidentemente nada lo detiene a sus 27 años. Ni las malas vibras, ni las opiniones infundadas, ni las especulaciones fuera de lugar. El infielder a lo suyo: jugar al béisbol. Por cierto, lo hace de forma espectacular, y podríamos tenerlo de vuelta en unos play-off que de seguro tendrá a los dos equipos neoyorquinos en esa etapa conclusiva.
