Por Alejandro Varela
Quizás nunca sepamos a ciencia cierta si el cuadrangular que despachó el cubano Jose Barrero este martes fue antes o después de conocer la noticia de su inminente regreso a la MLB con los Cincinnati Reds.
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El paracortos habanero desapareció su novena pelota con los Louisville Bats en la parte alta de la décima entrada para igualar el partido ante Indianapolis Indians, aunque más tarde los dejarían al campo 5×4 en la baja de ese capítulo.
Momentos más tarde, su promoción al primer conjunto de la organización se hizo pública, lo que lleva a preguntarse si el vuelacercas lo dio como festejo, o fue precisamente el descomunal batazo el que llevó a la directiva de la franquicia a tomar la decisión final.
Algunos reportes desde Cincinnati apuntan que el llamado de Barrero puede ser una movida táctica desde las oficinas, a partir de la llegada de nuevos prospectos en el infield del equipo que también buscan ganarse un puesto, por lo que es la oportunidad del cubano de probar su calidad.
El hijo del exjugador de Industriales José “El Fino” García, debutó en la MLB en 2020, pero apenas ha disputado 45 partidos en par de campañas y las lesiones no lo han dejado lucir todo su potencial en las paradas cortas.
Este año se perdió el entrenamiento primaveral por molestias y no hizo el grado al Día Inaugural de la temporada en abril, aunque desde mayo fue asignado a Triple A para su puesta a tope.
Sus números ofensivos hasta el momento no son nada del otro mundo, con una línea de .209/.262/.377, pero su fuerte siempre ha sido la defensa y los Reds aspiran a verlo como shortstop titular del plantel algún día. Ha llegado el momento de cumplir ese propósito.
