La historia de horror del pelotero cubano baleado en México

Por Ernesto Amaya

Hace algún tiempo conocimos que el pelotero pinareño radicado en México Julio Alberto León Martí fue víctima de un disparo por el cual casi pierde la vida.

El proyectil quedó alojado en un lugar cercano a la garganta y los médicos decidieron no operarlo previendo males mayores.

En este momento el atleta se encuentra en Cuba junto a su familia disfrutando de unas merecidas vacaciones.

¿Cómo fue el incidente?

“Yo salí a comprar unos pañales para la niña y unas cervezas, ya que al otro día tenía que viajar porque jugaba lejos. Al regresar parqueamos las camionetas al frente de la casa y cuando entré mi esposa me dijo que afuera se había armado una balacera porque había gente con pistolas.

Ella trancó la puerta y de repente se sintieron golpes, yo me puse detrás y empezaron a disparar, la bala me impactó y caí al suelo. Ellos entraron y robaron todo. Fue algo que me sorprendió porque en Cuba no se ve eso, ni armas y mucho menos esa violencia. Desde que llegué a México solo me dedico al béisbol a la casa y a mi familia”.

¿Qué te dijeron los médicos cubanos?

“Los médicos me dijeron lo mismo que en México, que la bala no me afectó al entrar y no hay motivos para sacarla. Así puedo seguir jugando pelota y llevar mi vida normal. Eso no me molesta para comer, ni para el habla, por momentos me duele y es debido a que fue algo reciente”.

Todo eso llega en tu mejor momento

“Estaba de préstamo en otro club para los playoffs, pues mi equipo no clasificó, otros conjuntos habían contactado conmigo solicitando mis servicios. También tenía ofertas de Venezuela, Colombia, Puerto Rico, Panamá”.

Fueron muchos los que se preocuparon por ti

“Me llamaron de varias partes, Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania y de Cuba por supuesto. Muchos fanáticos fueron al hospital a rezar al lado de la cama. También el gerente del club Piñeros de Huimanguillo fue como un padre para mí. Estoy en deuda con todos.

“En Cuba muchas personas han venido a mi casa a verme. Cuando ando por la calle algunos me paran y se preocupan por mí, me preguntan si voy a seguir jugando. De verdad no esperaba tanto cariño de los seguidores”.

En Cuba eras un bateador normal y en México empiezas a conectar cuadrangulares. ¿A qué se debe esto?

“Cuando llegué a México el entrenador que me recibió me corrigió muchos problemas a la hora de batear.

Abría muy rápido los hombros, bateaba con las manos separadas y perdía fuerza, hacía el swing con los brazos nada más y no usaba la cadera.

Aquí nunca me dijeron nada y allá sí, quizás eso influyó. También aumenté de 80 a 105 kilos y eso me ayudó”.

En México no estás solo, tienes una familia

“Ellos han sido un gran apoyo. Tengo una mujer que es maravillosa, sin ella no hubiese logrado nada.

También soy papá de una linda bebé que se llama Paola Isabela y junto a ellas me va bien gracias a Dios”.

¿En cuánto regreses seguirás jugando?

“Pienso seguir jugando pelota allá, todavía tengo contrato por un año. Quizás la liga invernal no porque todavía me estoy recuperando del disparo, pero pienso prepararme aquí en Pinar hasta que vuelva a México”.

Estando lejos siempre escuchas los juegos de Pinar

“Puedo estar donde quiera que siempre voy a llevar la sangre pinareña. En cualquier conjunto que milite siempre llevo una camiseta verde conmigo y ojalá en un futuro se me dé la oportunidad de volver a jugar con los vueltabajeros”.

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