El año 2021 ha estado lleno de sorpresas para el béisbol cubano, desde las actuaciones destacadas de Yuli Gurriel con su título de bateo, los MVP de Yordan Álvarez y Jorge Soler en postemporada, la exaltación de la leyenda cubana de los Twins Tony Oliva. Mucho orgullo cubano ha desbordado los premios que otorga Grandes Ligas-MLB en este 2021.
Para seguir sumando premios de los cubanos, el premio Tony Gwynn 2021 fue entregado a Mike Brito.
Pero se pudieran preguntar, ¿Quién es Mike Brito?, la respuesta es más larga y llena de tradición que solo mencionar su nombre. Es que Mike es uno de los mejor scouts de la historia en Grandes Ligas, y está ligado a los Dodgers de los Ángeles.
Si hablamos de Fernando Valenzuela y Julio Urías, la primera cosa que nos puede venir a la mente es, son zurdos, mexicanos, que lanzaron para los Dodgers, pero otra que nadie sabe es que tienen un pasado común con Mike Brito, para decirlo correctamente, con el cubano Mike Brito.
Fernando Valenzuela, ganó y cautivo a las Grandes Ligas, hasta valer un nombre de tendencia como la Fernandomanía, Urías vino 40 años después a crear una tendencia pues el culichi, lleva el talento de Fernando y lo hace donde mismo lo hiciera el legendario mexicano Novato del Año.
Mike, de 87 años, ha sido el mejor cazatalentos para los Dodgers en México desde 1987, dentro de sus contrataciones estrellas se encuentran nombres como Valenzuela, Urías, Ismael Valdez, Joakim Soria y el cubano Yasiel Puig. En 2020 cuando los Dodgers ganaron el último encuentro para ser campeones, la mano de Brito estaba presente ahí, pues Víctor González y Urías fueron firmados por el destacado scout.
Pero el impacto de Brito va mucho más allá del éxito en el campo de un solo equipo. Abrió a México como una importante fuente de talento para la MLB después de que los equipos lo habían ignorado en gran medida durante años. A través de sus continuos fichajes de estrellas de México y otros países latinoamericanos, jugó un papel directo en hacer de los Dodgers una marca internacional. Muchos de los jugadores que firmó, liderados por Valenzuela, crearon generaciones de fanáticos de los Dodgers en la comunidad mexicano-estadounidense, transformando la identidad cultural de la franquicia.
Por sus contribuciones al béisbol, a nivel nacional e internacional, Brito es el ganador del premio Tony Gwynn de Baseball América en 2021 por sus contribuciones al juego durante toda su vida.
«Puedes ser bueno, pero si no tienes suerte, no irás a ninguna parte», dijo Brito. «Me considero un tipo muy afortunado».
Lo que Brito habla de suerte, es más éxito en el trabajo duro y sacrificado de buscar sin parar, como cuando tienes sed y tomas hasta la saciedad, solo que la de Brito no ha llegado al final, y con cada talento que busca su sed y su apetito de búsqueda continua y aumenta, ahí está la clave de lo que él llama suerte.
Nació en 1934, en la barriada del Cerro en La Habana. Su familia, con tres hermanos y solo el padre laborando, no podía permitirse ni siquiera el lujo de camas para dormir. Pero todo queda en el recuerdo y prácticamente se borra ante la imagen de sus ocho años y la primera pelota de béisbol que tomó en sus manos. Se convirtió en uno de los principales receptores jóvenes del país. Jugó para los Elefantes de Cienfuegos y fue descubierto por Joe Cambria, el histórico cazatalentos de los Senadores de Washington que fichó a Tony Oliva, Camilo Pascual y Zoilo Versailles, entre docenas de otros futuros jugadores de Grandes Ligas de Cuba. Firmado por los Senadores de Washington con 16 abriles llegó en 1955 a los Estados Unidos. En su maleta todo lo que había era un sueño. Pero la vida, el destino y Dios le deparaban algo incluso mejor que su mayor anhelo.
Brito camina ahora con bastón y la pandemia le ha impedido viajar como lo hacía antes. Aún así, sigue siendo un miembro de pleno derecho del personal de exploración de los Dodgers como su supervisor de exploración de México.
“Me retiro el año que viene y dije, ‘Mike, ¿cuándo te vas a retirar?’”, Dijo Jaime Jarrín, locutor en español del Salón de la Fama de los Dodgers y amigo cercano de Brito durante casi 50 años.
“Me dijo: ‘Jaime, voy a trabajar hasta el día de mi muerte porque amo lo que hago’. Ahora se mueve muy lentamente, pero no sé cómo lo hace, es muy activo. Es muy, muy activo, siempre tratando de averiguar si hay un torneo en México para poder ir y cubrirlo”.
Su nombre respetado lo fue labrando a base de trabajo duro, buscando donde nadie pensaba que existía alguien con talento para jugar al béisbol, y sus aciertos le fueron dando la reputación que hoy goza.
Cuando Brito encontró un jugador que le llenaba sus ojos, hizo más que recomendarlo. Se aseguró de que el jugador tuviera el apoyo para triunfar.
Innumerables anécdotas de quienes en su momento firmó Mike, desde Valenzuela hasta Julio Urías solo se le tienen cariño y agradecimiento al gran Mike Brito.
Inmediatamente, Brito asumió un lugar especial en la jerarquía de cazatalentos de los Dodgers. En 2012, Brito llevó a un grupo de cazatalentos y oficiales de los Dodgers a México para fichar a Yasiel Puig, a quien Brito vio por primera vez cuatro años antes jugando para la selección cubana en Canadá.
Sin duda el legado de Brito ha sido seguro durante mucho tiempo. Es uno de los cazatalentos más impactantes en la historia del béisbol, uno que transformó tanto su franquicia como la posición del béisbol de toda una nación.
Con toda esta gloria nos queda hacer una reverencia a este ORGULLO CUBANO, que acaba de conquistar un premio en su brillante carrera, para alentarlo a seguir buscando en cada rincón un jugador para sus amados Dodgers de los Ángeles.
