Mejores temporadas de lanzadores cubanos en la DÉCADA. Top 5 de lujo

Por Juan Páez

El pitcheo cubano en las Grandes Ligas tuvo pocos representantes de peso en la década que está por terminar. A su vez, en estas últimas 10 temporadas de la Gran Carpa se vivió una de las más grandes tragedias en la historia de la legión antillana: el fallecimiento de José Fernández, quien iba en vías de convertirse (si es que no lo era al momento de su muerte) en uno de los mejores lanzadores de las Mayores.

Pero pese a esto, hubo grandes actuaciones entre los años 2010 y 2019. En Swing Completo las rememoramos y las ordenamos ascendentemente:

5) Aroldis Chapman, 2012: El “Misil” cubanos simplemente brilló en su primera temporada como cerrador, con los Rojos de Cincinnati. Ese año fue por primera vez al Juego de Estrellas e incluso quedó octavo en la votación para el premio Cy Young de la Liga Nacional.

Chapman participó en 68 desafíos y salvó 38 compromisos, la mayor cantidad de su trayectoria en la Gran Carpa. En 71.2 episodios de labor, retiró a 122 contrarios por la vía del tercer strike, lo que es igual a decir que ponchó a 15.3 por cada 9.0 innings lanzados. Solo le dieron 35 indiscutibles, le fabricaron 12 carreras limpias, otorgó 23 bases por bolas y registró efectividad de 1.51. Su WHIP quedó en 0.81.

El zurdo, en ese torneo, se convirtió en uno de los ocho relevistas (pitchers sin ninguna apertura en la zafra) con al menos 122 abanicados en una temporada. Ese grupo lo incluyen, además de Aroldis: Dellin Betances, Josh Hader, Craig Kimbrel, Edwin Díaz, Corey Knebel, Andrew Miller y Carlos Mármol.

4) Liván Hernández, 2010: En una de sus últimas campañas en Grandes Ligas, y con 35 años de edad, Liván tuvo una de sus zafras más destacadas y llenas de durabilidad en su carrera.

Hernández ganó 10 juegos y perdió 12 con los Nacionales de Washington, pero dejó una buena efectividad para el momento de 3.66 en 211.2 entradas. Concedió 216 incogibles y 86 carreras limpias. Solo dio 64 pasaportes y repartió 114 chocolates. Apenas ponchó a 4.8 bateadores por cada 9.0 tramos, pero se las arregló para dominar.

El entonces veterano fue el único serpentinero isleño con una temporada de 210 o más capítulos trabajados. De hecho, no hay otro escopetero en la historia en lanzar, como mínimo, 210 innings con los Expos de Montreal y los Nacionales.

3) José Fernández, 2016: Sin saberlo, Fernández se despidió de las Mayores en grande. En 2016, el entonces as de los Marlins de Miami abrió 29 juegos, ganó 16 y perdió ocho, una campaña que no pudo terminar debido al accidente que acabó con su vida.

Ese año tiró 182.1 episodios de 149 inatrapables y 58 rayitas merecidas. Dio 55 transferencias y ponchó a 253 rivales, la mayor cantidad de abanicados para un cubano en la década y la segunda en la historia, solo por debajo de los 264 de Luis Tiant en 1968, con los Indios de Cleveland.

Fernández dejó efectividad minúscula de 2.86, fue al Juego de Estrellas y quedó séptimo en la votación para el premio Cy Young de la Liga Nacional, galardón que quizás hubiese ganado si el destino no le hubiese jugado una mala pasada aquel 25 de septiembre.

2) Aroldis Chapman, 2006: Chapman fue sencillamente uno de los relevistas o cerradores más valiosos del béisbol en la citada campaña. Luego de salvar 20 encuentros por los Yankees de Nueva York con números tremendos de puro dominio, los Cachorros de Chicago lo adquirieron y se convirtió en un lanzador más letal aun.

El histórico zurdo cubano permitió apenas tres carreras limpias con los oseznos en 26.2 entradas y se anotó 16 rescates más. En total, finalizó la zafra con 36 tapones y PCL de 1.55, además de 90 ponches en 58.0 actos.

Chapman lo consiguió todo. Acudió a la postemporada con Chicago y estuvo en 13 de los 17 juegos que necesitaron los Cachorros para ganar la Serie Mundial. Fue uno de los principales protagonistas en el primer título para el equipo desde 1908.

1) José Fernández, 2013: Fernández irrumpió en las Grandes Ligas con todo. Finalizó su primer torneo en el big show con récord de 12-6 y efectividad de 2.19 en 28 aperturas. Tiró 172.2 capítulos, le dieron 111 imparables, le fabricaron 42 limpias y abanicó a 187 bateadores. Su WHIP fue de 0.98 y tuvo la mejor relación de indiscutibles por cada 9.0 innings en su liga (5.8).

Con el paso de la ronda regular, el diestro se tornó más dominante. En las últimas 18 salidas de su primera temporada en las Mayores, registró efectividad minúscula de 1.50, pues concedió solo 67 hits y 20 carreras limpias en 120.1 innings. En ese lapso ponchó a 135 rivales y le sacaron la pelota del parque únicamente en tres ocasiones.

Su gran campaña la adornó con su primera asistencia al Juego de Estrellas. También estuvo cerca de ser apenas el segundo Cy Young isleño (Mike Cuéllar, en 1969), pues quedó tercero en la votación en la Liga Nacional. Por último, se convirtió en el primer cubano nombrado Novato del Año desde que José Canseco recibió la distinción en 1986.

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