Las mentiras de los enemigos que muchos no quieren ver

Por Enrique Rey

   El tema del acuerdo Cuba-MLB vuelve a hacerse sentir tras la publicación del polémico libro de John Bolton y la reacción pública de la Federación Cubana de Béisbol (FCB), después de lo escrito por el exasesor del Presidente de Estados Unidos en lo que concierne a la ruptura del lazo oficial entre las dos entidades beisboleras.

   Todos sabemos que la FCB no es una organización no gubernamental (ONG) en la práctica, aunque lo sea por inscripción jurídica. También son múltiples las polémicas sobre muchas de sus decisiones, que un gran porciento han sido consideradas como errores con mayor o menos envergadura. Y para un grupo, entre los que me incluyo, fue negativa su labor mientras el acuerdo tuvo existencia.

   Además de la demora en el proceso, cerraron puertas a agencias pretendiendo ser agentes ellos mismos a sabiendas o sin documentarse que MLB no es Japón, Corea o Italia, y confundieron otros conceptos como el hacer una lista en la que dejaban fuera a peloteros que solo tendrían derecho a firmar cuando lo quisiera la propia FCB. Pero de Higinio y compañía se ha hablado mucho casi al punto de cansarnos porque además de llegar a ser una crítica extremadamente repetitiva tampoco ha traído resultados favorables.

   Sin embargo, a mi criterio es sumamente injusto y más que eso, absurdo, responsabilizar solo a las autoridades de la Isla por la ausencia de este pacto entre Cuba y la MLB. Y le hago las siguientes preguntas a esos que solo miran mal para la parte cubana, que aprueban la frase de Bolton que el aceptar el acuerdo era acostarse con el enemigo, o aquellos que justifican las acciones del otro bando por hacer valedero el refrán de que el fin justifica los medios.

   ¿Quién fue el que oficialmente rompió el acuerdo entre Cuba y Major League Baseball?

   ¿Por qué cuando MLB negoció con la Casa Blanca una segunda opción donde en vez de dinero la FCB recibiría implementos deportivos como pago equivalente esta propuesta también fue rechazada?

   Si bien se critica que la FCB pertenece al INDER y al gobierno cubano en general, ¿por qué no acentuamos también que la MLB no puede hacer pactos con entidades gubernamentales o no radicadas en Cuba sin que se interponga el Departamento de Estado y su gobierno? Por cierto, se me parece bastante a que los ciudadanos norteamericanos no pueden viajar libremente a Cuba si no cumplen unos requisitos cada vez menos probables.  

   Pero hay más preguntas…

   ¿Por qué la mayoría de esos peloteros, los reales afectados en todo esto, fueron los primeros en apoyar el acuerdo con MLB y los últimos en responsabilizar a los que siempre culpan los extremistas de derecha?

   Si Estados Unidos está en contra de la emigración ilícita, ¿por qué frenó un acuerdo que pararía un proceso enormemente ilegal donde intervenían hasta cárteles para sacar peloteros en un mecanismo que muchas veces ha terminado con juicios y condenas por tráfico de personas?

   ¿Por qué un residente en Cuba no puede firmar directamente y tiene que irse a un tercer país corriendo riesgos de todo tipo, incluido que los amenacen con armas de fuego o los secuestren hasta que paguen?

   Los que se negaron al acuerdo decían que la FCB iba a obtener un 15 % de la ganancia del pelotero, ¿y por qué no nos oponemos con total firmeza al 25, 30 o 40 % que han cobrado los encargados de sacar peloteros que se siguen aprovechando de todo, incluida la ingenuidad de los jugadores?

   ¿Cuántos beisbolistas ya perdieron su carrera por meterse en ese proceso al no existir un acuerdo legal y caer en manos de personas que en su mal proceder y excesiva ambición nunca lograron un contrato con ningún club de Grandes Ligas?

   Sobre este mecanismo migratorio les recomiendo el libro del colega Francys Romero en el que se narran historias extraordinarias en la que se puede comprender mejor este fenómeno.

   Realmente es un pensamiento insensato creer que Cuba es responsable absoluto de todo eso, como de una emigración en la que intervienen muchos aspectos que no son exclusivos de los errores de las autoridades cubanas. Pero la vista solo se dirige para el lado que conviene en dependencia de quien lo mire, o con el nivel de compromiso que se mire.

   Pero es que ese acuerdo con MLB no se podía salir del procedimiento de la actual administración con respecto a Cuba, con medidas que más que al gobierno, han terminado afectando sobre todo al pueblo cubano.

   ¿Cuántos cubanos de a pie, dueños de negocios o trabajadores de ellos se han afectado considerablemente con la disminución del turismo norteamericano bajo las últimas restricciones?

   ¿Cuántos cubanos han sufrido el cierre de una embajada en La Habana en la que todavía no existen pruebas creíbles sobre los supuestos atentados sónicos? Si el tema no es el pueblo, ¿por qué no se habilitó el proceso por internet como sucede con el permiso ESTA para los europeos residentes en Cuba y por qué se permite que los cubanos pasemos tanto trabajo para recibir una visa en otro país?

   ¿Por qué fue eliminada la visa múltiple para los cubanos que son parte del pueblo con una única entrada anual, limitándose mucho más que antes el acceso legal a Estados Unidos?

   ¿Por qué el proceso de reunificación familiar se ha estancado y se ha dificultado tanto la emigración legal hacia Estados Unidos en concordancia al pacto de hasta 20 mil visas anuales?

   ¿Cuántos cubanos que no son parte del gobierno se afectan de una u otra manera con todos los barcos de petróleo que se detienen para que no lleguen a Cuba?

   ¿Por qué limitar las remesas a mil dólares cada tres meses cuando se trata de un envío totalmente personal?

   Pero como dije antes, el fin justifica los medios para un grupo de personas que consideran que la única manera de una Cuba no socialista es ahogando a su gente para darle un valor que los poderosos de enfrente nunca han tenido. Es muy fácil hablar desde afuera, sin sacrificarse ni ver a su familia pasar trabajo. Todo es parte de un negocio, de acrecentar un poder político y económico sacando provecho hasta de la ruptura del acuerdo beisbolero.

   Y eso no lo digo yo, ni los que estamos entre los dos extremos en cuanto a pensamiento. Demócratas y hasta congresistas republicanos consideran errada la política de la actual administración por lo mucho que ha golpeado a millones de cubanos que son ajenos a un sistema político. Busquen y no se preocupen que rápidamente encontrarán lo que le acabo de decir.

   Donald Trump con sus discursos y decisiones cada vez más ilógicas e impopulares hasta en su propio país; Marcos Rubio como uno de los defensores del sentimiento de cubanía y amor al pueblo que solo se lo creen los que como él viven de nuestros problemas; o John Bolton con este libro trapero en el que demuestra una vez más un pensamiento totalmente retrógrado con Cuba y con lo que sea, bastante que un día sí le convino acostarse con otro tipo de enemigos.

   ¿Esos son nuestros amigos en realidad? ¿Realmente se puede sentir confianza en estos personajes que caen en todo tipo de bajezas entre sí, actuando habitualmente por intereses mutuos o personales? ¿Acaso a alguno de ellos y otros más del mismo linaje les interesa que el béisbol cubano se desarrolle por oponerse o eliminar un acuerdo que aún como estaba manejando la FCB iba a ser más positivo que lo que sigue existiendo hoy día?  Por eso, basta ya de mirar solo para Higinio, el INDER y el gobierno cubano. Fíjense también en lo malo que se hace del otro lado con una falsa bandera de deseos de bienestar social y popular.

   ¿Que en Cuba nos hemos equivocado y nos seguimos equivocando? Por supuesto, y no creo que sea poco. De la misma forma que hay prejuicios absurdos de muchos decisores, como el llamado bloqueo interno, el externo también existe. No será para comprar alimentos o medicamentos, pero sí para otros aspectos como lo dicho anteriormente con el tema del béisbol.

   Lamentablemente yo sé muchos tildarán mi posición de comunista, como otros pueden decirme gusano por criticar errores indiscutibles de las autoridades cubanas. Los radicales siempre van a ofender la opinión ajena porque no tienen cultura del debate y lo que no sea su pensamiento merece la peor condena.

   Para ellos siempre es y será más fácil distinguir solo el blanco o el negro sin ser objetivos ni consecuentes con la realidad para así darnos cuenta de que en esta historia además de existir muchos más colores, hay básicamente víctimas, en este caso un pueblo y junto a él, la mayoría de sus componentes no gubernamentales como lo es nuestra pelota.

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