Por Antonio Palma Enseñat
La ciudad de Miami es la urbe que se puede catalogar como la capital de Cuba en el mundo dada la alta cifra emigrados que la habitan; a ella la atan vínculos que van desde lo deportivo hasta lo cultural, por lo que en el ADN de esta gran ciudad hay mucho de la isla antillana.
Esta pudiera ser una razón de peso para que los dirigentes del béisbol se fijaran más en el talento antillano a sabiendas de la cantidad de seguidores que tendría la franquicia.
Nada más lejos de la realidad, pues en la franquicia de la Ciudad del Sol solo diez peloteros nacidos en la isla han podido pisar el terreno al más alto nivel en sus 29 años de historia.
Aun cuando relación de los Marlins con los jugadores cubanos es corta, ya se dieron casos que generaron un impacto muy favorable para la comunidad cubanoamericana como los lanzadores Liván Hernández y José Fernández.
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Del primero, nadie en el estado de la Florida podrá olvidar aquellos 15 ponches contra los Bravos de Atlanta ni su actuación en los play off de la temporada de 1997 que le valió los premios como Jugador Más Valioso de la Liga Nacional y la Serie Mundial. De José Fernández la promesa que truncó la muerte a una edad tan temprana de un pelotero que en muy poco tiempo supo ganarse las simpatías de los fans dentro y fuera del terreno.
En años recientes, el éxodo de peloteros cubanos ha generado un impacto mayor, al punto que en 2021 24 de las 30 franquicias que componen el sistema de la MLB incluyeron al menos un antillano en sus rosters al máximo nivel, lo que habla a las claras de la atención que genera el mercado cubano.
Sin embargo, los Marlins seguían sin parecer interesados. Hasta esta primavera que finalmente decidieron añadir al flamante MVP de la Serie Mundial, el slugger habanero Jorge Soler, quien se convertirá en el primer cubano en cinco años en pisar un terreno de Grandes Ligas con el uniforme de los peces.
Soler viene a añadir poder a un equipo que saboreó las mieles de los play off en la campaña de 2020, pero que el año pasado quedó bien lejos en la lucha por incluirse en la lucha por el título, pero ahora con el nuevo formato de ampliado tiene mayores posibilidades de clasificarse.
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Por si fuera poco los Marlins también se hicieron de los servicios de otros dos cubanos que quizás no comiencen el próximo 7 de abril en el roster de las Mayores, pero que deben tener grandes posibilidades de sumar tiempo en la Gran Carpa.
Se trata del receptor pinareño Lorenzo Quintana, que llegó a fines de la temporada pasada y el prospecto villaclareño Norel González, quien ya mostró su poder en las Menores de los Astros de Houston donde sumó 30 bambinazos.
Igualmente, el futuro luce promisorio para la representación caribeña en los Marlins, pues aparecen inscritos otros siete peloteros en diferentes niveles en sus granjas, lo que pone a soñar a todos los nacidos en la isla que de seguro asistirán al Loan Depot Park a mostrar todo su orgullo y apoyo.
¿Cambiará la estrategia de los Marlins con los peloteros cubanos? Pues parece que sí.
