Michael Jordan: «Conmocionaré al mundo, lo dejaré para jugar béisbol»

Por Darien Medina

   A falta de nuevas emociones deportivas le ha tocado a la televisión y a Michael Jordan traer algunas desde el pasado, aunque ya las conozcas de memoria, por ser un fanático de la NBA o un simple curioso. Las necesitábamos y han venido por toneladas pero concentradas en 10 capítulos, dentro de la miniserie documental The Last Dance centrada en la vida del legendario jugador de baloncesto y con énfasis en la temporada de 1997-1998 la cuál sería la última de Jordan dentro del equipo, despidiéndose con su sexto anillo.

   Fuera de la cancha Jordan sigue destrozando récords: la producción de ESPN ha dejado números impresionantes. Fue estrenada el 19 de abril por el canal deportivo y un día después se situaba en Netflix y en esta plataforma 23.8 millones de hogares fuera de los Estados Unidos ya la han disfrutado, llegando a ser por varias semanas el documental más visto en todo el mundo. Dentro de ESPN alcanzó ese mérito con una media de espectadores de 5.6 millones.

   Este material estaba previsto para su estreno el 10 de junio justo cuando darían inicio las finales de la NBA, pero tras la suspensión de las acciones en este circuito el director de la serie Jason Hehir y su equipo de trabajo decidieron adelantarlo. Hehir declaró en una entrevista que antes del inicio de la cuarentena tan solo tenían finalizado cuatro de los 10 episodios.

   Durante casi 10 horas de confesiones, varias imágenes inéditas, los amantes del béisbol tenemos nuestro espacio. Sobre el controversial paso de Jordan por este deporte, muchas historias se han tejido a su alrededor, parte del capítulo siete y ocho nos esclarece sobre esa experiencia de su vida.

Jordan y la decisión de jugar béisbol

   Terminaba la temporada 1992-1993 con el tercer título consecutivo para los Chicago Bulls, Jordan era protagonista y nadie en el mundo podía imaginar la decisión que tomaría o al menos eso pensábamos, pero en realidad algunas personas bien cercanas ya tenían conocimiento de sus nuevos planes.

   Justo tras finalizar la gran final este tema había sido parte de la conversación con su padre James R. Jordan: «Después de ganar el campeonato me senté en el gimnasio con él, sabía que seguramente ese era mi último partido, nadie lo sabía, era mi sostén, estábamos muy unidos me aconsejaba con frecuencia».

   En el mismo capítulo Mark Vancil autor del libro Rare Air confirmaba que ya estaba enterado de esa decisión desde el verano de 1992 y cuenta que «se notaba que él estaba cansado, hecho polvo le pregunté: “¿Qué vas hacer?” Y dijo: “Conmocionaré al mundo, lo dejaré para jugar béisbol, lo haría ahora pero Bird y Magic no han ganado tres seguidos y quiero ir a la Olimpiada, pero de no ser por eso, jugaría este verano”».

   La idea comenzaba a tomar fuerza para practicar un deporte que no era desconocido para él, en su infancia lo había jugado junto a su hermano. En aquellos tiempos soñaban con ser jugadores profesionales, el señor James lo había hecho convertirse en seguidor del béisbol.

   Para muchos fue el asesinato de su padre un motivo que impulsó su decisión, recuerda una de sus últimas conversaciones. «Él y yo estábamos debatiendo de que jugara al béisbol, le digo papá quiero jugarlo, pienso retirarme y jugar al béisbol y él me decía: “hazlo”».

   Y así fue, luego de meses bien difíciles tras la muerte de su padre y acusaciones absurdas que lo señalaban como una influencia para el asesinato, anuncia  su retiro del baloncesto el 6 de octubre de 1993, en una conferencia de prensa a la que asistieron alrededor de 300 periodistas, además de los máximos dirigentes de los Bulls y el comisionado de la NBA David Stern.

   En parte de la conferencia y reflejada en el capítulo siete Jordan expresó: «Soy una persona optimista, lo más positivo que puedo extraer de la ausencia de mi padre es que vio mi último partido de baloncesto, eso me consuela, retirarse significa poder hacer lo que uno quiera, ¿conque si deseo volver a jugar?, quizá deba hacerlo, quizás ese sea mi desafío más adelante no me cierro esa puerta».

   La noche anterior había lanzado la primera pelota en el partido entre Medias Blancas y Azulejos que marcaban el inicio de la Serie de Campeonato de la Liga Americana.

   Los rumores no pararon, los medios divulgaban todas las teorías posibles acerca de su decisión, una de las que más fuerza cobró fue la relacionada con una posible sanción de 18 meses impuestas por David Stern debido a la adicción de Jordan por el juego, aquí todas quedan descartadas.

El camino en el béisbol

   Finalmente el 7 de febrero de 1994 luego de varios días de entrenamiento es anunciado por Ron Schueler en conferencia de prensa que Jordan era invitado a participar a los entrenamientos de los Chicago White Sox, conservaría su contrato de jugador de baloncesto que consistía en 3 millones de dólares anuales.

   La última ocasión en que Jordan jugó béisbol contaba con 17 años y había sido como lanzador. Con 31 volvía a la práctica del deporte, lo haría con el equipo de Doble A Birmingham Barons, comenzaba en un nivel demasiado alto: ¿El motivo? en una categoría inferior las instalaciones no serían las más adecuadas para la prensa, solo allí tendrían sitio.

   Su arribo al béisbol desató una verdadera locura. Periodistas y fotógrafos de todo el mundo iban tras él. Nunca antes en la historia de este deporte ningún novato había levantado tantas expectativas.

   Inicia la temporada conectando hit durante 13 partidos consecutivos. Tras ese arranque todo comenzaría a serle difícil, las curvas salida de los pítchers, la crítica de la prensa comenzaban a cuestionar su decisión.

   Una portada de Sports Illustrated con una foto en la que le hacía swing a una pelota bien distante acompañada del texto: “Déjalo, Michael Jordan es una vergüenza para el béisbol”, llegaría a ser la mayor muestra de estos constantes cuestionamientos.

   «No me habían entrevistado, decidieron criticarme sin entender que era lo que me apasionaba, pregúntame lo que quieras y luego si quieres escribirlo, lo escribes, no pasa nada es tu opinión, pero da igual lo que digan. Es lo que quiero hacer, no voy hacer lo que ellos crean que debo hacer. Mi padre ya me dijo que hacía lo correcto, y eso hice». Así comenta sobre aquella situación Jordan en parte del documental.

   Terry Francona fue su manager en su estancia dentro de los Barons, sobre Jordan expresó que nunca había visto dedicación igual, su tiempo frente a la máquina haciendo swing en los entrenamientos habituales, antes y después de cada juego, la mejora era constante y ya en agosto eso era evidente. «Es increíble que lograra batear 202 y empujara 51 carreras, teníamos muy buenos jugadores que no lo lograron, en mi opinión con mil 500 veces al bate, habría llegado a las Grandes Ligas».

   En su año de experiencia dentro del béisbol tuvo participación en 127 juegos, pegó tres cuadrangulares, un triple, 17 dobles, 88 indiscutibles anotó 46 carreras y se tomó 114 ponches.

   Si algo queda claro es que no fue un año sabático, ni un mero intento promocional de su imagen, su decisión de jugar béisbol fue seria y respetuosa, puede que con una alta carga emotiva, pero no por eso carente de empeño para demostrar su talento.

   En 1995 vuelve al baloncesto, y mucho peso tuvo aquella imagen de Scottie Pippen señalando su zapatilla pidiéndole su regreso, el resto ya lo conocen todos, el histórico I´m back (he vuelto) en su carta donde anunciaba su retorno y muchas más historias.

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