NO PUEDE SER: Cometieron una nueva injusticia contra Andy Vargas y la COCO

Por Yasel Porto

Lo primero que voy a decir es que no me une amistad alguna con el comentarista deportivo Andy Vargas. Mi crítica se sustenta en el respeto hacia lo que profesionalmente se ganó convirtiéndose no solo en el narrador más emblemático de los Industriales y la emisora COCO, sino en una de las voces más famosas y hasta admiradas por mucha gente más allá del entorno puramente habanero.

Con Andy trabajé por 15 años, ya sea en el programa Tribuna Deportiva o en transmisiones de la Serie Provincial y hasta de los mismísimos Leones, y una cosa les garantizo sin temor alguno a equivocarme: su pasión por Industriales difícilmente pueda ser superada. Eso además de su entrega a la profesión sin importar todo tipo de dificultades para llevarle a la afición lo mejor de sí durante más de 30 años de vida artística. Ahí se incluyen momentos extraordinarios como los títulos industrialistas de 1996, 2003, 2004, 2006 y 2010. Pero sobre el estar en muchos golpes y derrotas tan sentidas por él y por los fanáticos de los azules. Nunca es tan sencillo estar en las malas y responder hasta el final sin perder la fé y la esperanza del futuro. Y en eso pocos podían ganarle a Ángel Andrés Hernández Vargas.

Por eso y por muchísimo más tengo que volver a decir que él y la emisora COCO, la que me formó y me hizo profesional de los medios, no se merecen tantos maltratos y discriminaciones. Es hora ya de respetar a quienes un pueblo entero reconocen como parte inseparable de algo que en La Habana representa mucho más que un simple equipo de pelota.

Cuando empezó el entrenamiento de Industriales en el estadio Santiago «Changa» Mederos se supo que a Andy le fue negada la entrada a la instalación para hacer lo que ha venido haciendo desde hace tres décadas. No había un comienzo de preparación de la pre de los azules sin que ahí estuviera el experimentado cronista de Cojímar buscando detalles de primera mano para luego compartirlos en los diferentes espacios de la COCO. Fui testigo de eso la mitad de esas veces y en ello no había indicación alguna de nadie ni tampoco aumentaba su salario por aquello. Solo lo impulsaba la pasión de trabajar y de volver a la carga con el optimismo desde ese mismo momento de arrancada que en la nueva temporada podrían suceder grandes cosas.

La afrenta a Andy no tuvo justificación alguna. Hubo quienes hablaron de nuevos protocolos establecidos, no creo que por la pandemia pues hace rato la capital pasó a la nueva normalidad. Me imagino que se trataba sobre todo de controlar lo más posible a quien llegue al «Changa» o donde sea que esté Industriales para que así no se hagan entrevistas con temas complicados o que puedan comprometer vaya usted a saber qué cosa. Eso pudiera entenderse para los desconocidos o aquellos que no tienen una credencial como periodistas. Pero en eso no puede entrar Andy Vargas, bautizado por muchos como «La Voz Azul». Simplemente porque hasta el más despistado de los custodios o el más desconfiado de los jefes saben quién es él y que lo que va a hacer es lo mismo de año tras año sin excepción y sin daño para nadie.

Mas no bastó que ese acceso negado para TRABAJAR se repitiera por segunda vez, según el propio colega expresara en el programa Tribuna Deportiva que ha conducido por una década ininterrumpida. Y es que este viernes se produjo un nuevo hecho que traspasó el absurdo y entró en el campo de la discriminación absoluta. Sí, la discriminación.

Que el Canal Habana haya podido transmitir el tope Industriales-Matanzas en el estadio Latinoamericano mientras las COCO se quedaba con las ganas de hacerlo, sin la posibilidad de hacer algún tipo de labor para los millones que no pueden ver televisión o que prefieren seguir a los Leones por la radio, eso es simplemente inaudito. Y lo reitero, discriminatorio. ¿Ahora cuál es la justificación? ¿Inventarán algo en la «provincia» para tratar de calmar la molestia de la gente y no solo del colectivo de la emisora encabezado por Andy? No lo dudo. Pero ni la más extraordinaria movida al mejor estilo ilusionista podrá darle una salida lógica a tamaña injusticia. Por cierto que el destacado comentarista estuvo de cumpleaños antier. ¡Qué clase de regalito le dejaron!

¿Por qué rayos el Canal Habana tiene abiertas todas las puertas y con la COCO no pasa lo mismo? ¿Porque uno es televisión y el otro es radio y por ello merece menos atención? ¿O porque unos tienen mejores padrinos que otros? No soy suspicaz, sé perfectamente lo que digo porque sufrí mucho este tipo de situaciones mientras trabajé allí entre 1998 y 2013. Por tanto yo sí sé que no estoy hablando bobería.

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Estas palabras están escritas con el dolor que representa para mí cualquier cosa que se haga en contra de ese medio de prensa al que le guardo el mejor de mis afectos. Y con respecto a Andy, repito, sin amistad de por medio, pero con el respeto por lo que ha sido capaz de hacer por encima de los muchos que allí trabajamos y no conseguimos por las razones que sean. Eso ahora no es lo importante.

Conmigo hasta los enemigos, que tampoco es el caso de él, no merecen que me quede callado si contra ellos se actúa mal. A Andy y a la COCO no le pueden quitar lo que les pertenece por mérito propio, quien o quienes sean los responsables de esta campaña o decisiones, paren ya de una vez que al final es el pueblo y el béisbol los mayores perjudicados en todo esto.

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