ARCHIVOS SECRETOS: Exjugador de Industriales confesó la VERDAD del problema que marcó el fin de la carrera de Capiró

Por Swing Completo 

Desde que era un niño escuchaba muchas historias heroicas del jardinero capitalino Armando Capiró, en las cuales elementos como su brazo y poder alcanzaban preponderancia y le daban junto a su integralidad una posición de avanzada entre los peloteros que habían pasado por las Series Nacionales. Sin embargo, muchas de las personas que me contaban sobre el legendario número 9 terminaban hablándome de su triste final en el que por lo general se vinculada con el tema de la homosexualidad. 

Ha habido todo tipo de versiones del por qué se esparció algo que la mayoría considera un acusación falsa o «bola», y que por los prejuicios sexuales bien acentuados dentro de la sociedad cubana de aquel tiempo (finales de los setenta y principios de la década del ochenta) podía traer consecuencias negativas como en definitiva sucedió. 

Pero de esa ruptura de Capiró con las Series Nacionales también se ha especulado mucho, porque además de esta cuestión también acontecieron situaciones totalmente confirmadas y directas: las dos fundamentales fueron su operación en la rodilla y sus diferencias con el entonces presidente del gobierno de La Habana, Comandante Oscar Fernández Mel. 

En intercambio sostenido con el destacado exreceptor de los equipos de la capital, Lázaro Martínez, uno de los tópicos abordados tuvo que ver precisamente con Armando, uno de sus mejores compañeros de selección por tiempo de coincidencia y por la amistad que tuvieron. 

«De Capiró ha habido gente que ha dicho que le gustaban los hombres, pero eso es una mentira total porque a él no solo le gustaban las mujeres, sino que no tenía nada ver con la homosexualidad. Él era hombre y bien hombre. Había que verlo dentro y fuera del terreno para darse cuenta de que esa acusación no tiene ningún sentido», comenzó diciendo quien fuera considerado por varios años como uno de los mejores catchers cubanos. 

Al preguntarle el por qué entonces se regó aquella bola, Lázaro señaló que todo se debió al resentimiento de la mujer que tenía en esa etapa final de su carrera como pelotero en activo, quien con el objetivo de perjudicarlo hizo pública a través de una carta la supuesta inclinación sexual del estelar toletero. 

«El gran problema de él es que se metió con la persona equivocada, Fernández Mel, y entonces se le unió todo de momento, tanto la acusación de la mujer como lo de la rodilla», sentenció Lázaro, quien seguidamente hizo una anécdota que yo desconocía sobre el origen del diferendo entre Capiró y el funcionario capitalino. 

Según sus propias palabras, la semilla del abrupto y controversial desenlace del jugador más completo que había tenido el béisbol habanero en Series Nacionales se produjo tras el regreso de la selección nacional de los Juegos Panamericanos de Puerto Rico en 1979. Lázaro contó que tuvo que ir al gobierno provincial a pedirle a Fernández Mel que intercediera con los directivos del deporte en la ciudad y lo dejaran retirarse definitivamente, y fue en ese momento que coincidió con Pedro Medina, Agustín Marquetti y el propio Capiró. 

«Ellos estaban citados ahí porque en Puerto Rico habían hecho una especie de comercial para una marca deportiva en la que un primo de Medina era uno de los hombres más importantes y en vez de pagarles dinero lo que le dieron a cada uno fue un maletín lleno de ropa. Entonces se armó tremendo lío y los querían sancionar, pero tanto Marquetti como Medina le dieron una muela al comandante Fernández Mel y éste decidió no tomar ninguna medida. Lo que pasa es que Capiró no se callaba y tuvo una actitud diferente, diciendo varias cosas subidas de tono, como que los dirigentes también se equivocaban o hacían cosas y nadie los cuestionaba. Yo le dije que para qué dijo eso, que aunque fuera verdad al final eso no se debía decir porque podía traer consecuencias». 

El resultado de aquella controversia entre jugador y funcionario fue mucho más allá de la reunión, pues basándonos en el testimonio de Lázaro Martínez las últimas palabras de Fernández fueron que Capiró no jugaría más pelota mientras él estuviera al frente del gobierno en La Habana. 

Ciertamente después de 1979 el virtuoso jardinero oriundo del poblado de Santiago de las Vegas empezó a encontrar barreras en el plano deportivo, al punto de ser desestimado para integrar Industriales y Metropolitanos a partir de la temporada de 1980-81. Algunos señalaron el problema de su rodilla como la causa fundamental, pero para la mayoría hubo una nebulosa que todavía no se ha logrado disipar ni siquiera por el propio Capiró, en la que los fantasmas de sus contradicciones con el exdirectivo recientemente fallecido y la presunta difamación de su sexualidad evidentemente tuvieron un efecto tan notable como real. No solo vio cerradas las puertas de la Serie Nacional, sino que por varios años se marcó una diferencia entre él y otros jugadores destacados. Solo con el paso del tiempo esas mismas puertas cerradas comenzaron a abrirse. 

Por desgracia hay personas que todavía creen en esa historia de homosexualidad mientras otros la repiten sin un ápice de conocimiento real sobre el tema, lo típico cuando se trata de lo que en Cuba se conoce como “bola”. Y no es que ser gay sea malo, pero a nadie le gusta que le cuelguen cartelitos falsos y mucho menos cuando hacerlo traiga consigo burlas, rechazo y otro tipo de problemas por prejuicios sexuales que si bien en aquel tiempo golpeaban más duro social e institucionalmente, éstos todavía están vivos y siguen trayendo consecuencias diversas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll al inicio