EN PELIGRO uno de los récords más importantes de la pelota cubana

Por Yasel Porto

El ya retirado infielder habanero Enrique Díaz dejó múltiples récords para el béisbol cubano prácticamente irrompibles. Y señalo esto último por una serie de razones objetivas dentro de la actual Serie Nacional, en la que hay que combinar calidad, longevidad y hasta un poco de buena suerte para alcanzar a quien fuera conocido popularmente como “La Bala de Centro Habana”.

Enriquito es líder de por vida en departamentos positivos como hits, triples, carreras anotadas y bases robadas, además de juegos jugados, veces al bate, innings y total de doble plays a la defensa, con cifras bien elevadas como es lógico. A eso habría que sumar que nadie ha robado ni pisado más veces el home que él en una misma temporada.

El promedio de durabilidad de los peloteros en la Serie Nacional, sobre todo los más destacados, unido a la reducción de juegos en el calendario del torneo, son dos elementos de peso enorme a la hora de considerar prácticamente eternos a estos primados del ex segunda base de Industriales y Metropolitanos.

Sin embargo, uno de estos récords, quizá el más importante de todos, comienza a ser acechado cada vez más.

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Es real que el sello principal de Enriquito fue el de las bases robadas, pero todo el que sabe de pelota está claro que después de los jonrones, las impulsadas y el promedio de bate, los hits constituyen el aspecto ofensivo más significativo. De hecho, para entrar en el Salón de la Fama de Cooperstown sobrepasar la cifra de los tres mil hits es prácticamente un pasaje directo al recinto sin importar lo que acumule en esos otros acápites.

Y en el caso de Cuba, cada vez que un pelotero llega a números cerrados en este departamento tal resultado genera reacciones mediáticas de consideración.

El natural de Centro Habana se convirtió hace una década en el rey de los indiscutibles en la pelota cubana tras dejar atrás los dos mil 356 del legendario Antonio Pacheco. Al término de la temporada 2011-12 con la eliminación de Metropolitanos y el retiro automático de Enrique, éste dejó en dos mil 378 el total de conexiones imparables.

Con el paso del tiempo y el retiro prematuro de grandes figuras de nuestra pelota, especialmente por la salida a través de diferentes vías hacia otras ligas, pocos pensaban que habría un nuevo líder histórico en hits.

Pero ahora aparece una figura digna de resaltar por su obra de toda la vida a pesar de las enormes barreras que ha tenido que saltar. Entre ellas, como pasó Enriquito, la exclusión después del 2003 de los equipos nacionales.  

Con 45 años de edad y 28 Series Nacionales (nació en Manatí en 1976), el infielder y dessignado tunero Danel Castro Muñagorri acaba de convertirse en el tercer pelotero en arribar a 2300 incogibles en Series Nacionales.

Está claro que para él no será fácil disparar 79 más, y menos en esta temporada beisbolera. Pero con jugadores de la talla de Danel, cualquier cosa es posible.

El número uno de los elencos tuneros hizo se debut nada menos que en la campaña 1993-94 y con su presencia en la actual justa son 28 las que ha acumulado. Impresionante sin dudas, teniendo en cuenta además el nivel mostrado por él la mayor parte del tiempo.

Si el veterano y muy popular pelotero dentro de su provincia se decide a jugar un año más, no solo el récord estadístico más importante de Enriquito estará en riesgo mayor, sino que Castro podrá aspirar a romper la barrera de los 2400 y acercarse a la galáctica cifra de 2500 hits en el béisbol cubano. Un mérito más para considerarlo como un futuro miembro del Salón de la Fama el día que exista con todas las de la ley.

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