¿Por qué no le llaman Serie Selectiva, e intentan borrarla de nuestra memoria?

Por Daniel de Malas / swingcompleto@gmail.com
Se sigue jugando pelotica en Cuba, a pesar de los cantos apocalípticos de algunos, a pesar del embargo circunstancial (solo lo recordamos para lo que nos conviene), a pesar del abandono en masa, a pesar del futbito internacional en la televisión, a pesar de los asientos de concreto en los estadios vacios. A pesar de los pesares, se sigue jugando pelotica en Cuba. Hoy, no obstante, me entero que una vez más quieren burlarse de nuestra memoria y hacernos pasar por tontos.




El tema es la Serie Especial, como le han bautizado, o Serie Selectiva, como nos hemos empeñado en llamarle aquí en SwingCompleto.
Y es que el torneo, de pronto, no es un evento oficial y todo lo que genera estadísticamente será condenado al olvido, pues nada cuenta, ni los líderes, ni los records, ni los resultados.
Arranquemos entonces de mi primera duda: 
 




¿Cómo NO es un torneo oficial si?: 
1. Tiene página de seguimiento en la web oficial del béisbol cubano, con estadísticas actualizadas al momento, estado de los equipos, líderes, etcétera (Ningún torneo en Cuba, salvó la Serie Nacional cuenta con esta magnitud de seguimiento).
2. Los equipos representan determinadas regiones y están uniformados (no es rojos contra azules, sino Occidentales, Centrales y Orientales).
3. Se cobra la entrada en los estadios.
4. Se juega por todo el país y no tiene una base de entrenamiento fija.
5. Se rige por las reglas oficiales del béisbol en Cuba.
6. Cuenta con árbitros, anotadores, chequeadores y el resto del equipo tradicional.
7. Tiene calendario oficial (transformado, pero oficial).
8. Hora oficial de comienzo de juegos.
9. Transmisión televisiva.
Con esas bases, no entiendo que necesita el evento para ser oficial.



Segunda duda:
¿Si los numeritos son públicos y legales, por que esconderlos en el olvido? 
La Serie Selectiva de este 2018 tendrá un pelotero que dé más hits que el resto, más jonrones, más ponches y gane más juegos, en igualdad de condiciones con el resto de los que participan en el evento, ¿Por qué no reconocerlo? ¿Conspiración contra potenciales ‘eléctricos’? ¿O el típico caso de que el Equipo Cuba lleva a sus peloteros y no los que más rindan?
Tercera duda: 
¿Si la Serie Selectiva original se llamaba así, pues era un torneo para seleccionar a los integrantes del equipo Cuba (Selectiva=seleccionar, no sé si está claro o soy el único que recuerda la razón de su nombre), por qué esta Serie Especial no se tiene en consideración? 
Hay algo claro, la calidad de los 80 y los 90 comparada con la actual es como decir comparar las hamburguesas Zas del periodo especial con las que sirven las paladares actuales en Cuba.
Pero comparaciones aparte (NO ESTOY COMPARANDO LA CALIDAD DE LOS EVENTOS, PARA QUE NO SE VAYAN CON LA DE ‘TRAPO’), salvo la Serie de los X Millones, todos los eventos post Serie Nacional han tenido el mismo modus operandi que el actual, el mismo cansancio para los peloteros, el mismo esfuerzo, la representatividad desapareciendo, prepararse para los compromisos internacionales del año e igual, igualito, seguimiento por parte de la Comisión Nacional y el INDER.
Evento es evento, y debería sumar, no borrar.



Cuarta duda: 
Hablando de la Serie de los X Millones (que fue para entretener al país mientras perseguían un quimera azucarera) ¿Tendremos que esperar casi dos décadas para que estas estadísticas sean reconocidas como oficiales al igual que el campeonato de 1970? 
El tiempo responderá por mí.
Quinta duda: 
¿Qué premio, además de la palmadita en la espalda, le damos a Orlando Acebey (bateando 636), a Frederich Cepeda (con 6 jonrones, 16 empujadas y slugging de 1143) y a Yudier Rodríguez (con 14 ponches propinados), todos líderes de estos departamentos al momento de redactar esta nota? 
 
Pues ninguno, así pintan las cosas y no creo que cambien a estas alturas.
Pudiera ser, inclusive, que el propio Cepeda se embulle, gane la triple corona de bateo y entonces comision, prensa local y todos los involucrados, le digan: ‘muchas gracias, nos vemos en agosto’.



En fin, que la obra maquiavélica es tan similar a los engendros que le precedieron (Selectivas, Súper Ligas, Copas Revolución, etc.) que me parece absurdo, caprichoso y sobre todo surrealista obviarla, decir que no pasó y condenar a sus protagonistas (que ya tienen que sufrir los estadios vacíos y el agotamiento enorme de un año entero sin descanso) al olvido.
Somos testigos, nuevamente, del desconcierto que vive la pelota cubana. No nos queda otra cosa que protestar y tener fe, mucha fe.
Sin más por ahora,
Daniel de Malas Andreu

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