Por Andy Lans / @DeportesAndy
La corpulencia del novel catcher matancero llamaba la atención. “¿De dónde salió ese chiquillo?” se preguntaban algunos al observar sus más de seis pies de altura. Richel López, Onel Vega, Ariel Martínez, Andrys Pérez, y después Danell Figueroa. Una ola de promesas de la recpetoría ha marcado el home plate de los Cocodrilos de Matanzas en las últimas temporadas. Apenas 12 comparecencias le vimos a Danell en la versión 61 de la Serie Nacional. No obstante, bastaron esas pocas incursiones para que el diestro toletero, de 18 años en este momento, demostrara su poder. Un doble y un jonrón, esos fueron sus imparables en clásicos del béisbol cubano. Logró, además, cinco impulsadas y acumuló 27.0 innings a la defensa. Meses más tarde, Figueroa plasmaría su firma con la organización de los Texas Rangers.
En exclusiva para Swing Completo lo contó todo:
“Cuando salí de Cuba, catchaba de forma clásica con las dos rodillas arriba. Ya en República Dominicana, me aconsejaron bajar una rodilla y alternarlas para ir descansando. Por lo general, en Cuba me decían que hiciera el swing para arriba, pero en la academia dominicana me insistieron en un swing plano para que la bola camine más. Empecé a trabajar más las conexiones al centro del terreno, y también hacia otras bandas” cuenta quien comenzó su recorrido en el béisbol a los cinco años de edad en la yumurina Cárdenas.
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“Dejar a mi familia y la vida que llevaba en mi país ha sido el sacrificio más grande desde que tomé el avión a República Dominicana. Dejas el alma en los tryouts, pero nadie te dice si hay oferta por ti. Esa es otra de las inseguridades que enfrentas” agrega Danell.
¿Cómo te atrapó la receptoría?
-Una vez llegué tarde a un juego entre niños. Solo quedaba disponible la posición de catcher. Nadie la quería. Sentí curiosidad y deseos de jugar. Me puse los arreos, y hasta el día de hoy solo me he dedicado a esa función.
¿Algún equipito Cuba?
-Integré el Cuba para menores de 12 años al ser el receptor Todos Estrellas del campeonato nacional, pero luego suspendieron el evento al que asistiría. En 2019, hice el grado para jugar con Cuba Sub 15 en un Panamericano desarrollado en México.
Háblame de tu llegada al plantel de los Cocodrilos de Matanzas en la Serie Nacional.
-Estaba en el equipo juvenil cuando me propusieron entrenar con Matanzas. Me dejaron claro que solo era una invitación, para coger experiencia. Sin embargo, como destaqué en los entrenamientos, la invitación se convirtió en una eliminación con el resto de los compañeros hasta que terminé entre los 40 jugadores que conformaron la nómina de los Cocodrilos.
»Mi primer turno al bate en Series Nacionales fue en una subserie ante los Gallos de Santi Spíritus en el Estadio “Victoria de Girón”. Como ganábamos por nocaut, la dirección empezó a darle oportunidad a los jóvenes. Me puse en cuenta de dos bolas sin strikes, y me dieron la seña de batear. Llevé la bola a zona de seguridad. Casi doy mi primer jonrón.
El paso por la Serie Nacional impregnó en Danell una mayor responsabilidad como atleta. Compartir con otros peloteros de mayor trayectoria resultó una aprendizaje total. Sin embargo, las pocas oportunidades de juego le hicieron replantearse su futuro. Figueroa pulió en República Dominicana el plano físico, así como el aspecto técnico del juego. Su rúbrica con los Rangers reaviva sus sueños en el deporte:
“Mis metas para 2023 son mejorar como profesional, integrarme a mi organización y aprender más en ella. Al principio no me creía esta firma, pero lo logré gracias al apoyo de mi familia y de todos los amigos que me aconsejaron en un momento determinado.”
