Superestrella cubana ACUSÓ a MLB, Sindicato y su equipo de maltrato, negligencia y engaño

Por Yasel Porto

Este es un tema complicado en extremo, del que cada cual siempre ofrecerá su verdad o versión de la película, aunque son muchos los que consideran que es el pelotero el villano de la misma. Especialmente por tener en su contra una serie de elementos que lo hacen ver como mentiroso y tramposo ante la opinión pública sin que haya un esclarecimiento oficial de los hechos más allá de su propio testimonio.

Hace unos días mostramos un video en Swing Completo donde una de las estrellas mayores del béisbol cubano y latino que han jugado en Grandes Ligas se defendió de una acusación sumamente grave que todavía pese hoy sobre su figura.

Se trata del ex primera base habanero Rafael Palmeiro, el cubano con mejores números ofensivos de por vida en general, con especial destaque en renglones como jonrones, carreras impulsadas, anotadas e indiscutibles.

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En programa conducido por el exintermedista boricua Carlos Baerga, Palmeiro explicó con lujo de detalles el proceso que lo llevó a retirarse del béisbol de forma abrupta y dolorosa. Para él todo fue injusto con muchos engaños, maltratos morales y hasta negligencia.

Quizá todos conozcan que fue el cubano uno de los primeros a quien se aplicó sanción por consumo de sustancias prohibidas tras aprobarse el código antidoping en la MLB en 2005. Sin embargo, Palmeiro dijo que aquello no fue como ha trascendido hasta la actualidad y que, por cierto, lo tiene marginado en casi todo lo que tiene que ver con el béisbol incluido el Salón de la Fama.

“Después que tuve que comparecer ante el Congreso que el 17 de marzo fue que me hicieron la prueba. Fue la primera o segunda semana de comenzada la temporada que me hicieron el examen y luego me llamó la Asociación de Peloteros para decirme que el resultado había dado positivo a esteroides”, comenzó diciendo el entonces miembro de los Orioles de Baltimore.

Palmeiro dudó de la veracidad de aquello pues según él nunca consumió ningún tipo de medicamento ilegal para mejorar su rendimiento. “Le dije a ellos y a la prensa que nunca me había metido nada. Por eso hicimos otro examen y dio negativo, pero nadie se enteró del resultado. Solo el primero lo hicieron público. La Asociación de peloteros lo sabía y los dueños de los equipos también pero solo importó el primer resultado”, dijo.

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Al mismo tiempo el miembro de los selectos clubes de 500 cuadrangulares y tres mil hits aseguró que para ese primer examen hubo negligencia y por su forma de contar la historia también sugirió intencionalidad en las irregularidades con su muestra.

“Mi examen se perdió por siete días. Incluso cuando se mandó por el correo no se sabía bien dónde estaba. Mi representante para defender el tema de mi sanción fue la Asociación de Peloteros y no presentaron esa parte del caso. Eso fue algo grave, porque uno no sabe lo que pueda pasar con eso”, refirió Raffy .

Con respecto al tema de su hit tres mil también se mostró muy indispuesto con lo acontecido alrededor de un momento que de ser muy codiciado por todos los peloteros en Grandes Ligas para él fue algo para olvidar.

“Ese día yo sabía ya que me iban suspender. Me dijeron que me iban a dejar llegar a la marca y que luego llegaría la sanción. No me gusta ni acordarme de ese día porque fue malo para todos, incluida mi familia. Todos deberían celebrar ese momento, ya sea los 500 jonrones o los tres mil hits. Y es una celebración para el jugador, el equipo y la liga completa”, a lo que Palmeiro agregó que se sintió muy mal y que pensaba que su carrera se acabaría al término de aquel partido.

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“Yo pienso más en el jonrón 500 porque fue el Día de las Madres. Fue muy feo para mí y para mi familia. Prefiero ni acordarme de eso”.

A la pregunta del resultado de su apelación por todas las fallas que él consideró durante su proceso el jugador que trascendió sobre todo con Rangers y Orioles señaló que no pudieron hacer algo mejor su abogado, su agente y él mismo. “Fallamos y ahí mismo mi carrera se terminó. Cuando regresé al equipo (Orioles) jugué par de partidos, pero yo sabía que no me querían y entonces me botaron y me mandaron para mi casa”.

Palmeiro recalcó varias veces en el espacio que él no tenía necesidad de doparse y mucho menos en esa etapa final de su carrera. “¿Para qué tengo que usar yo nada cuando lo había logrado casi todo? Casi 570 jonrones y casi 3 mil hits. ¿Para qué tengo que meterme yo algo si ya estaba terminando mi carrera? Los jonrones míos eran cortos, no eran largos. Yo lo que era consistente como bateador”, concluyó sobre el tema el veterano nacido en 1964.

El ex jugador ya no forma parte de las boletas para acceder al Salón de la Fama de Cooperstown por ser parte del grupo que tuvo que prestar declaración en el Congreso de los Estados Unidos por lo expresado por José Canseco y el posterior “Informe Mitchell”. Pero lo que agravó más su situación fue la referida prueba positiva que según él carece de fuerza por los motivos que denunció.

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Al cabo de casi dos décadas de aquel problema difícilmente algún día se pueda esclarecer lo que pasó en verdad, sobre todo si hay verdad en el testimonio del estelar zurdo cubano.

Todo quedará en su versión contra la prueba que quedó oficializada para siempre, que al final es lo que más ha pesado en la gente y en el béisbol en general. Posiblemente su imagen quede en entredicho para muchos durante décadas, algo que sería lamentable si sus palabras son verdaderas. Pero de estar mintiendo nuevamente no solo estaría correcto todo lo que pasado contra él todo este tiempo, sino que pudiera merecer un ostracismo todavía peor.

De no haber sido por el fantasma de los esteroides Palmeiro hoy fuera parte del Salón de la Fama de Cooperstown con los ojos cerrados. Incluso en su primer año de selección hubiera entrada cómodo en función de sus estadísticas, en las que se incluye el ser parte de los dos clubes más importantes en el béisbol de Grandes Ligas (500 HRS-3000 H).

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