Por Yasel Porto
Recientemente compartimos con nuestros seguidores la compleja situación que vivía el exlanzador de Industriales y Boston Red Sox (ligas menores) Rolando Viera Mezquía.
El hombre de 49 años de edad se encontraba ingresado en un centro médico de la ciudad floridana de Naples por secuelas importantes del COVID. Sin casa, sin carro y con problemas financieros.
Este viernes el subcampeón nacional de 1999 me contactó para darme tres excelentes noticias de golpe, las cuales han cambiado completamente el panorama. Afortunadamente para bien.
Primero el alta médica que recibió esta semana después de mejorar su condición respiratoria sin la necesidad de ser operado.
Y luego me comentó lo que tiene que ver con la parte económica, desde la casa a la que podrá mudarse este lunes tras ser aprobado para recibir un apartamento por parte del gobierno a través del llamado «plan 8».
El mismo permite a las personas de bajos ingresos o en condiciones físicas limitadas tener un techo para vivir a un precio muchísimo más cómodo.
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Por si fuera poco, el llamado de ayuda que se emitió en diferentes espacios de Swing Completo impulsó a que muchos enviaran dinero a la cuente de Viera tras sensibilizarse con su entorno. Más de 6 mil dólares en menos de 10 días no resolverán sus problemas de por vida, pero al menos sirven de impulso inicial.
También muchas llamadas de apoyo en medio del momento en que estaba siendo tratado en el hospital.
Viera se encuentra ahora mismo sin seres queridos a su lado. Él mismo habló del tema y dejó claro que ya no tiene contacto directo ni con su pareja ni con sus hijos.
Emigrado en 2001 a los Estados Unidos en el momento en que era uno de los lanzadores zurdos más efectivos de Cuba, hace unos meses se debatió entre la vida y la muerte por el COVID. El impacto fue tan fuerte que estuvo sin poder moverse por largo período de tiempo.
Cuando había recuperado casi todas sus funciones llegaron otros problemas personales, y una recaída por las secuelas del virus lo llevaron a un hosspital de Naples tras desmayarse en la casa de su exsuegro.
Por fortuna parece que esta dura etapa ha pasado ya, aún cuando tendrá que recomenzar su vida sin nadie al lado y con el suspenso sobre cuándo podrá estar disponible para trabajar.
