Por Yasel Porto
La nueva elección al Salón de la Fama de Cooperstown comenzó ya y tras recibirse el primer medio millar de votaciones son muchas las sorpresas positivas y negativas. El proceso todavía está en sus inicios, pero sin dudas desde ya comienzan a vislumbrarse ciertas tendencias de cara al resultado final.
Aquí los dejo con los candidatos y mi valoración de lo alcanzado hasta ahora en los que considero más significativos por su trayectoria.
Barry Bonds (79.7 %) y Roger Clemens (77.3 %). Los pongo juntos porque representan lo mismo en esencia. Desde hace años está la polémica si deben estar en Cooperstown por su supuesta relación con el dopaje, por lo que más del 25 % había desestimado siempre su exaltación pese a sus méritos impresionantes. Pero con el tiempo sus votos han mejorado mucho con la aparición de votantes más jóvenes y menos conservadores para los que entre otros factores, el no existir un código antidoping cuando Bonds y Clemens eran los mejores como jonronero y lanzador respectivamente. Los incorporados y otras personas fuera de concurso, entre los que me incluyo, seguimos pensando que es una hipocresía absoluta querer limpiar la imagen de MLB a costa de peloteros que seguían los pasos de muchos porque nadie se lo prohibía. Es muy temprano y si bien están cerca de bajarse del 75 % nunca habían tenido ese resultado en etapa similar en una década de sufragio.
David Ortiz (74.6 %). No entiendo como “Big Papi” no está al frente de esta votación. No puedo creer que el haber sido bateador designado casi toda su carrera entre Minnesota y sobre todo Boston haya hecho que un cuarto de los escritores no lo haya considerado. También huelo un poco de nacionalismo como muchas veces pasa. Carisma, números, trascendencia socio-deportiva en extremo, actitud personal bastante positiva y lo que representó para una franquicia histórica como los Medias Rojas, ganadora de cuatro Series Mundiales con él como su líder indiscutible, valen muchísimo más que un 74.6 %. Ojalá los que voten a partir de mañana piensen más en lo que verdaderamente vale para ser “inmortal” porque de lo contrario sería una de las injusticias más significativas en la historia de este proceso de selección.
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Alex Rodríguez (64.6 %). No voy a ser contradictorio con respecto a lo que dije sobre Bonds y Clemens. Simplemente no es la misma situación porque ARod fue sancionado y nada menos que dos veces por consumo de sustancias prohibidas después de establecerse el código disciplinario en 2005. Si bien la ausencia de una ley exonera de culpa total a Bonds, Clemens, Sosa, McGwire o Palmeiro, el controversial infielder nacido en el Bronx es otra cosa. Lógicamente que es lo único por lo que lo considero inelegible porque si de números e impacto social hablamos no cabe dudas que ha sido uno de los grandes peloteros de todos los tiempos. Y quizá eso mismo, junto a que su vida extradeportiva y su carácter que le dejó unos cuantos detractores, no lo tiene tan cercano al porciento establecido como sí pasa con los tres primeros del listado y probablemente se quede corto al final. Pero ojo, que la mejoría de sus papeletas pueden inducirlo en un futuro no tan lejano. Cómo se entiende que con castigos oficiales en su contra no solo consiga tantos sufragios, sino que hoy resulte más digno que grandes bateadores que ya se salieron de la boleta como Mark McGwire y Rafael Palmeiro.
Scott Rolen (64.2 %). Que alguien me explique cómo un pelotero con 2077 hits, 316 jonrones, 281 de average, 364 de OBP y 480 de slugging puede tener tantos votos, con un margen sumamente considerable con peloteros con mucha más historia ofensiva. Si usted cree que los dos primeros tienen su nebulosa por otros motivos no obstante discutible, hablemos entonces solo del último. Lo mejor que tiene Rolen, sus impulsadas, quedan también por debajo de las 1298 del primera base Mark Texeira, quien lo supera además en prácticamente todos los renglones ofensivos y que sin embargo apenas tiene un 3.4 % de votos. Este tercera base ganó ocho guantes de oro (jugó una posición ofensiva) y un bate de plate, fue Novato del Año y asistió a 7 Juegos de Estrellas, pero no me cabe en un listado por encima de los que dije y de otros que lo superaron con el bate como Gary Sheffield, Bobby Abreu, Todd Helton, Ryan Howard, Prince Fielder y Andruw Jones. Incluso el impacto defensivo de Jimmy Rollins y Omar Vizquel en una posición donde ahí sí resalta el guante por encima de todo como lo es el campo corto, hace que la diferencia enorme con respecto a Rolen sea algo increíble.
Curt Schilling (49.9 %). Como varios que están en este grupo también tuvo relación con el proceso investigativo sobre el uso de esteroides y por ello cayó en el mismo saco de Bonds, McGwire, Clemens, Palmeiro y Sosa, obligados incluso a comparecer ante el Congreso de la nación. Los números de pitcheo de uno de los artífices de la ruptura de la racha de 86 años sin ganar de Boston en 2004 son lo suficientemente buenos para aspirar a una cifra de votos por encima del 60 %, aún cuando logró casi la mitad entre los primeros 500 que enviaron su selección. Y como quiera que Bonds y Clemens están ahora mismo en la cima de esta elección, al menos temporalmente, nadie puede señalarle el consumo de algo prohibido cuando no existía un reglamento para sancionar a los tramposos. En su caso me llama la atención que de haber tenido un 71 % el pasado año y comandar a todos los candidatos polémicos, en este inicio ha tenido un descenso apreciable.
Manny Ramírez (49.5 %). Idem a Alex Rodríguez e incluso en su caso se entiende menos que tenga a su favor casi a la mitad de los votantes con todos los problemas que lo rodearon dentro y fuera del terreno de juego. Quizá esté entre los peloteros más problemáticos y complicado de la era contemporánea del juego.
Sammy Sosa (33.8). Hay quienes no entienden por qué Bonds y Clemens le han sacado siempre tanta diferencia al controvertido jardinero dominicano. Quizá su origen latino pueda influir en aquellos escritores y periodistas estadounidenses que prefieren priorizar a los de casa. Hay quienes dicen que su comportamiento polémico extradeportivo y otros que aquel incidente con el bate de corcho pese a que solo le encontraron uno con esa alteración. A lo mejor es la mezcla de todo para la mayoría, incluyendo a los más progresistas que defienden el pasar la página de la era de los esteroides.
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Omar Vizquel (11.1 %). Me encantaría sentarme a conversar con el 89.9 % de los que han desestimado que el torpedero venezolano sea parte de Cooperstown. Quizá sean escritores norteamericanos a los que solo le interesa la ofensiva a pulso. Bueno, sería contradictorio si nos fijamos en el ya citado caso Rolen. Pero olvidémonos incluso de los 11 guantes de oro en la posición más defensiva del béisbol junto a la receptoría que lo sitúan en la vanguardia de los paracortos en la historia de MLB. Más de la mitad de los bateadores que hoy está en Cooperstown dieron menos hits que él, quien si sitúan en el puesto 44 con 2877, junto a buenas cifras en anotadas, triples y un 272 de promedio de ofensivo que aventaja a la mayoría de los torpederos que hoy son parte del Salón de la Fama. Sencillamente increíble y la tendencia es que cada vez se aleje más la posibilidad de sumarse al también shortstop Luis Aparicio como los únicos representantes de Venezuela en este sitio tan venerado y ansiado.
Del resto que alcanzó varios o pocos votos, figuras como Helton y Jones se ven en buena perspectiva para el futuro por ser bien jóvenes en el proceso y conseguir más de la mitad de los votos. Figuras como Jimmy Rollins, Ryan Howard, Bobby Abreu y Prince Fielder merecieron mejor suerte en esta fase inicial, mientras que el 43 % del extraclase cerrador zurdo Billy Wagner es una señal más que cada vez se convierte casi en una quimera la llegada a Cooperstown del holguinero Aroldis Chapman. Por último hay otro que estuvo rodeado de intrigas de doping en la era del no castigo, Gary Sheffield, quien dejó métricas y méritos lo suficientemente notables para tener más que un 41 % de votos.
