Santiago de Cuba traiciona a Pacheco, el Capitán de Capitanes

Por Franco Miguel Alvariño

La lluvia se hizo presente en el estadio Guillermón Moncada e impidió la celebración de las pruebas de habilidades correspondiente al Juego de las Estrellas en Cuba. La noticia más “triste” del día y así lo cataloga el periodista de Cubadebate y Tribuna de la Habana, Boris Luis Cabrera Acosta, en su cuenta en Facebook, resultó la exclusión del número 6, perteneciente a Antonio Pacheco en una especie de homenaje que le hicieron a los jugadores ilustres de la provincia encima del banco de tercera.

Antonio Pacheco Masso, el Capitán de Capitanes, nació en Palma Soriano, Santiago de Cuba en 1964, no fue cualquier pelotero en Cuba, fue un atleta querido por la afición. Ostenta la condición de estar entre los mejores 100 atletas del siglo XX. Esto no se lo regaló nadie, se lo ganó con sus resultados en los campeonatos nacionales y en la arena internacional.

El segunda base santiaguero y de Cuba tuvo una prolífera carrera tanto a la ofensiva como a la defensa que lo ubican para muchos como el mejor en las 60 series nacionales que se han jugado. En 22 campeonatos Pacheco exhibe excelentes números ofensivos, 2356 imparables en 7045 veces al bate provoca un impresionante promedio de .344, con 284 jonrones y 1304 carreras impulsadas. Lo que hizo a la defensa también fue impresionante con 205 errores en 8889 lances para un increíble .977 que lo coloca también a la vanguardia de hombres como Anglada, Padilla o Urquiola, por solo citar algunos.

Con el equipo de las cuatro letras, al cual lideró por muchos años, también cosechó muchos éxitos. El Capitán de Capitanes participó en tres Juegos Olímpicos, siete campeonatos mundiales, cuatro Juegos Centroamericanos y siete copas internacionales y en todas se tituló en al menos una ocasión.

Su retiro del béisbol activo no le prohibió seguir alcanzando buenos resultados. Su provincia Santiago de Cuba, la misma que lo traiciona hoy y que antaño disfrutó de sus batazos y sus fildeos, logró coronarse en tres ocasiones con él como director en aquella generación dorada de indómitos.

Es increíble que este tipo de irrespeto y burla continúe con atletas que tomaron el mejor camino que creyeron para sus vida y por el futuro de sus familias.

En su salida del país ejerció su derecho de emigrar como cualquier ciudadano cubano. Su decisión de abandonar el país no debe ni puede ser pretexto para críticas infundadas, ni mucho menos para que sea olvidado. Pacheco fue un hombre que le dedicó su vida al béisbol, a Santiago y a Cuba. Hoy acontece otro de los pasajes grises del béisbol cubano. ¿Quiénes son los decisores capaces de obviar su propia historia?

Swing Completo se une al reclamo buscando culpables, alguien que de la cara y diga la razón de este absurdo, además que alentamos a que todo el que vaya al estadio vista un uniforme con el número de Pacheco, carteles con su nombre y fotos que demuestren que el Capitán de Capitanes es un ídolo que está presente en su pueblo, por mucho que quieran esconderlo.

Como dijeron varios colegas de la prensa cubana, NUMBER SIX MATTERS…

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