Sí la solución es Borroto por Anglada, ¿Qué hace Higinio Vélez aún al mando?

Por Boris Luis Cabrera.

Mientras Higinio Vélez se tambalea al frente de la Federación Cubana de Béisbol, siguen detonando las bombas a su alrededor. La pelota cubana se convirtió en un campo minado después de la desastrosa actuación en los Juegos Panamericanos de Lima, y entre largos intervalos y una calma desesperante, continúan explotando, quemando la piel de inocentes y culpables con sus ondas expansivas.

Primero le tocó al Comisionado Nacional Yosvani Aragón, un sacrificio necesario para calmar las euforias colectivas, por estar este en el pelotón de vanguardia y ser la cara más visible de la pelota en Cuba. Otra de las bombas acaba de dinamitarle el piso a Rey Vicente Anglada, director del equipo nacional, sustituido hace solo unas horas por la nueva directiva que rige este deporte en Cuba.

¿Será que los problemas del béisbol cubano están en los hombres que lo dirigen? ¿Alguien puede tener la absurda idea que cambiando directivos podemos recuperar banderas caídas y rescatar supremacías? ¿Cuánto tiene que ver realmente Anglada con la debacle sufrida en esa cita continental?

Mucho tiempo llevamos desviando las atenciones en ese sentido, sentando a esos hombres en una silla caliente con la triste misión de aguantar hasta que arda para después desecharlos como trapo sucio. ¿No hay directores capacitados en Cuba o es que los problemas están como un cáncer esparcido dentro del mismo sistema deportivo cubano?

“El rey” es uno más que paga con su sacrificio las malas prácticas, los pensamientos retrógrados, los mimetismos, el desinterés y las malas políticas de otros.

Un chivo expiatorio que por más que quisiera, jamás iba poner a la pelota cubana en el lugar que le corresponde por derecho propio porque sencillamente un hombre solo es incapaz de eso.

Nuestro deporte nacional necesita oxígeno, reinserción, interés, autofinanciamiento, autonomía y cientos de cosas más. No necesita un desfile de directivos ni directores que van y vienen en detrimento de su prestigio, hablamos de cambios radicales en su estructura misma y en su pensamiento.

Si realmente esa fuera la solución milagrosa, ¿Qué hace Higinio Vélez aun al mando? ¿Por qué siguen rompiéndose las sogas por los lugares más débiles?

No tengo nada en contra de Miguel Borroto, lo considero un amigo y admiro mucho sus valores humanos, su experiencia y sus grandes conocimientos como admiro los de Anglada, pero estos no son los cambios que necesitamos.

“El jerarca” ha hecho un trabajo meritorio desde su regreso al mando de los Toros camagüeyanos y es digno de alabar, pero sufro al pensar que mañana será arrasado por estas mismas ondas expansivas.

Los aficionados y especialistas no pueden hacer otra cosa que seguir mirando “los toros desde la barrera” y aferrarse a su patriotismo, tratando de encontrar ese optimismo que ahora mismo está más perdido que el petróleo, para apoyar al equipo nacional en su busca del boleto olímpico. “El rey ha muerto, que viva el Rey”.

Nos vemos en el estadio.

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