Uno de los “dioses” matanceros SE RECUPERA en casa después que se trasplantó

Por Yasel Porto

El venerado exmanager matancero Gerardo “Sile” Junco preocupó bastante en días recientes después de trascender la noticia que había sido internado en el principal hospital de su provincia de origen y residencia.

El veterano de 83 años tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de manera urgente luego de sufrir una fuerte caída en su hogar que terminó en una fractura de cadera.

La situación acontecida desde el pasado 16 de febrero no era nada sencilla si tenemos en cuenta las consecuencias de las rupturas óseas en esa zona y sobre todo con una edad bastante avanzada.

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Sin embargo, en informaciones que me llegaron de algunos aficionados yumurinos y confirmada este jueves por el legendario slugger Lázaro Junco, su admirado entrenador se encuentra mucho mejor ya en su casa del municipio Limonar.

Según el hombre que rompió la barrera de 400 jonrones en Series Nacionales la evolución de “Sile” a la operación ha sido muy favorable. Al hombre que llevó a la gloria a la provincia Matanzas le fue necesario implantarle una prótesis de cadera.  

Los últimos años del colérico estratega han sido bastante tranquilos, aunque siempre ha buscado un espacio para el béisbol. Muchos recordarán su última aparición pública cuando los Cocodrilos de Armando Ferrer se impusieron en la Serie Nacional 2019-2020, con un encuentro con el equipo que no pocos lo señalaron como una especie de bendición para lo que llegaría después.

Muchos lo consideran el manager más importante que ha pasado por el territorio matancero dentro de las Series Nacionales. Aunque otros en su función lograron alzarse con el título en distintas etapas (Miguel Ángel Domínguez, Juan Bregio, Tomás Soto y Ferrer) la hegemonía que logró Junco con aquellos Henequeneros entre 1989 y 1992 fue impresionante.

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Dos títulos consecutivos y otras dos finales disputadas demuestran el gran nivel alcanzado por parte de un equipo que en lo individual contaba con varios jugadores que hoy figuras entre los más estelares que ha habido en Cuba.

El carácter de “Sile” fue fundamental a la hora de cohesionar a un grupo bastante complejo, como ha sido tradición en conjuntos de provincias como La Habana, Matanzas o Santiago de Cuba. Pero aún con la rigurosidad que nadie en pone en duda no solo consiguió grandes resultados sino que muchos que fueron dirigidos por él le agradecen por sacar de ellos lo mejor.

Después de su salida de la pelota cubana en su escalón principal en 1993 (guió a Cuba al título en la Copa Intercontinental de Barcelona 91) decidió asumir de nuevo las riendas aunque de forma efímera. Aunque no clasificó, la actuación de los rojiamarillos no fue superada en más de década y media hasta la llegada de Víctor Mesa.

Es por eso que cuando se menciona su nombre en Matanzas la reacción de la inmensa mayoría es de respeto y admiración como si se tratara de un Dios.

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Nuestro sentir y el de millones de personas es que esta fase post operatoria se mantenga por el mejor camino posible para que así el gran “Sile” pueda vivir por mucho tiempo y disfrutar quizá de nuevos triunfos de su amado equipo.

Ojalá y cuando su estado de salud mental y física lo permitan se pueda realizar un trabajo bien profundo con él pues son múltiples y valiosos los testimonios que no merecen perderse.

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