Tragedia entre peloteros cubanos terminó con carrera de “Big leaguer” por un balazo

Por Yasel Porto

Hay situaciones en el deporte que definitivamente debieran quedar sepultadas en el mismo terreno. Cuando estas trascienden demasiado y el orgullo mutuo se extralimita, el desenlace puede ser muy desagradable.

Y eso es lo que precisamente pasó entre un pelotero y un entrenador, los dos de origen cubano, cuyo final fue la terminación de la carrera del primero como jugador activo. Es por ello que decidí incluir este hecho en un nuevo capítulo de mi nueva serie de trabajos que he decidido titular “Lanzamiento Fatal”. Es real que a diferencia de otros ejemplos cuya carrera se frenó de forma prematura, a este hombre de más de treinta años todavía le quedaba algún tiempo de vida deportiva útil.

El suceso lamentable en extremo se produjo en el béisbol mexicano de verano en su temporada de 1964. Los protagonistas, el jardinero santiaguero Juan “Cachano” Delís y el manager habanero Clemente “Sungo” Carrera. Ambos eran parte de la plantilla del club Águilas de Veracruz.

Todo comenzó con un fuerte debate en medio de un partido a causa de un mal proceder de Delís en lo deportivo. La discusión fue subiendo de tono al punto que el jugador terminó faltándole al respeto a su entrenador, que luego conllevaría a un encontronazo físico dentro del dugout. Pero lo peor todavía estaba por llegar.

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Aunque esta historia está certificada en la prensa mexicana y se pueden encontrar en internet algunas referencias, fue mi fallecido amigo y exlanzador estrella en México, Andrés Ayón, quien me contó los detalles de esa desgracia.

Las diferencias entre “Cachano” y “Sungo” venían desde la Liga Profesional de Cuba. Era la etapa en la que Delís había estado en Grandes Ligas con los Senadores y figuraba como uno de los estelares de los Tigres de Marianao. Entre tanto su oponente llegó a dirigir el Almendares en sus años finales con el título de la campaña 1958-59 como principal distinción.

Posteriormente las diferencias que tuvieron como rivales en el campo deportivo se agudizaron. La razón más importante de todas fueron las ideas políticas totalmente antagónicas entre uno y otro.

«Sungo» Carrera cuando dirigió al Almendares

“Sungo” era un anticomunista declarado. En 1961 dirigió el equipo Cuba en el Mundial de Costa Rica y al término del evento se quedó en ese país con buena parte de su cuerpo de dirección. Se convirtió así en el único manager que ha dado ese paso en un torneo de béisbol.

Delís, por su parte, fue uno de los que tuvo la posibilidad de viajar fuera de Cuba y regresar a la Isla al término de su temporada en el extranjero, luego de suprimirse el profesionalismo en 1961. Su postura revolucionaria no solo la evidenció al no quedarse en Estados Unidos en una época convulsa en extremo, sino también por defender todo lo que se vivía en la Cuba post 1959.

Incluso me comentaba Ayón que la presencia del jugador en la escuadra que dirigía “Sungo” fue cuestionada por éste desde su llegada misma. Y el paso del tiempo solo contribuyó a echarle más pólvora a su relación hasta que todo explotó en aquel juego de marras.

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Nadie pensó que después de la trifulca en el terreno se produjera una situación peor después de terminado el encuentro. Nada que no conociera los antecedentes del manager de las Águilas, quien siempre fue respetado y hasta temido cuando dirigía en Cuba. Se relacionó con muchos “hombres duros” de su época, que incluyó algunos mafiosos norteamericanos que hicieron vida en la Isla a finales de los cincuenta.

“Sungo” decidió llegar hasta el final con Delís, y como por edad y físico estaba en desventaja, acudió entonces a su arma personal para ajustar cuentas de una vez y por todas. Fue en un bar cercano al hotel donde un disparo del veterano moreno encontró una de las extremidades inferiores de su discípulo.

Aquello causó un lógico escándalo en la ciudad y el país en general según me decía Ayón, al extremo que Carrera se salvó milagrosamente de la cárcel con la condición de abandonar México indefinidamente. Se radicó en España hasta su muerte misma, aunque le fue admitido su reingreso en la pelota mexicana doce años después, en 1976.

“Cachano” regresó automáticamente a La Habana tras ser atendido en el hospital principal de la portuaria ciudad veracruzana. Aunque intentó jugar de nuevo con tres décadas y media de vida la recuperación se frustró para jugar en el nivel profesional.

Juan Delís cuando jugó con Washington en 1955

Se retiró al término de la década del sesenta y con los años se convirtió en un entrenador bastante reconocido en su país de origen. De hecho, a Delís la gente en Cuba lo recuerda mucho por haber sido el manager de las selecciones nacionales juveniles de los ochenta.

Si bien tuvo muchos aciertos como entrenador, entre sus puntos negativos está el haber subvalorado el talento nada menos que de Orlando “El Duque” Hernández, uno de los lanzadores más legendarios que ha tenido nuestra pelota.

Volviendo al problema entre Carrera y Delís, el mismo quedó registrado como el único entre dos peloteros cubanos cuyo uso de un arma de fuego trajo consecuencias físicas. En el trayecto del tiempo se han producido sucesos dramáticos que tal vez en otro momento compartamos, sobre todo por ser pasajes de los que casi nadie se acuerda y tratarse de una época ya distante.

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