Uno de los mejores de la pelota cubana, José Manuel Cortina: «Me apagaron como una vela y todavía duele»

Por Ernesto Amaya

José Manuel Cortina es uno de los entrenadores de béisbol más destacados que ha dado Cuba en los últimos años.

Los logros en el área del picheo han sido notables y su nombre está estampado en la historia de muchos legendarios del box.

Los ligamayoristas Ariel Prieto, José Ariel Contreras, Liván Hernández, Yuslán Herrera, Alaín Soler y el mejor cerrador de toda la historia Mariano Rivera llevan algo de Cortina en sus resultados.

Por mucho tiempo ha tenido la consideración y el respeto de todos, pero su forma de ser, directa y sin medias tintas le han traído más de un problema y ha sido apartado en varias ocasiones al punto de que jamás ha integrado un equipo Cuba.

                                                             Cuestiones Técnicas

¿Pudieras comparar la época del bate de aluminio con la actual y argumentar por qué defiendes la postura de que el lanzador debe saber batear?

“El bate de aluminio es para los jugadores de poco poder, ya que les da la posibilidad de llevar la bola unos metros más atrás. Cuando se jugaba con aluminio no se bateaba tanto como se batea hoy.

“No se pueden comparar épocas, es imposible, pero los lanzadores que tiraban en aquel entonces eran jugadores de béisbol que luego se hicieron lanzadores, por tanto, dominaban el arte de batear. Hoy es al revés, nuestros pitchers no saben batear y al no saber no tienen sentido de cómo van a lanzar, por eso hay tantos promedios por encima de 400.

“Lázaro Valle pasó por todas las posiciones y después fue de los mejores de Cuba, Moinelo era primera base y hoy es tremendo lanzador, Jorge García fue tercera base al igual que José Ariel Contreras, Liván Hernández era cuarto bate y así pasó con Roberto Valdés, el Curro Pérez, Emilio Salgado, Manuel Hurtado y muchos más.

“Ese tipo de lanzadores los hemos perdido. Cuando topamos con los universitarios de Estados Unidos vemos que releva hoy un center field y luego juega designado. Al otro día te tira un primera base y así sucesivamente.

“Llevo años diciendo que hacemos lanzadores sin hacer jugadores de béisbol y es al revés, primero tenemos que ser jugadores para después poder lanzar.

“Hoy veo a algunos usar la curva para sacar out, la curva no es para eso, para sacar out se utiliza la recta, la curva es para enseñar y engañar”.

¿Crees que el béisbol cubano esté en crisis?

“No creo que esté en crisis, lo que sí se han ido muchos peloteros. Esos que hoy están en Grandes Ligas los enseñamos nosotros.

“Por otra parte, jugamos la serie con 16 equipos y se empieza en agosto. Bañarte en Varadero a las dos de la tarde es sofocante, imagínate jugar pelota.

“Tenemos que buscar la forma de reducir y crear un torneo con menos equipos, sé que muchos hablan de la representatividad de las provincias, pero Almendares, Cienfuegos, Marianao y La Habana a quién representaban.

Hoy los relevistas están en decadencia

“El pitcher relevo sale del abridor, Lazo ha sido el mejor relevista de Cuba en los últimos años y era abridor. Muchos están equivocados, cómo vas a poner a un muchacho que no tiene lanzados ni 10 minutos a relevar, el que haga eso no sabe de béisbol.

“El primer inning, el quinto y el noveno son los tres momentos más difíciles de un pitcher. El primero porque empieza el juego, el quinto porque tienes la posibilidad de ganar el partido y el noveno porque te agarra la ansiedad de terminar. Los más nuevos no saben lidiar con la presión y no puedes llevarlos más allá de sus posibilidades emocionales.

“A Pinar le sucedió con Industriales hace unos días, con el juego ganado pusieron a tres lanzadores inexpertos y se perdió el encuentro. A los jóvenes se les da oportunidad con el marcador adverso, no con el ganado, porque tiene que asumir responsabilidades y ahí vienen los problemas”.

¿Qué aspectos golpean a la pelota cubana?

“Es la primera vez que voy a opinar fuera del barco de la comisión nacional. A pesar de lo maltratado que he sido voy a ser ético y daré mi opinión sin herir a nadie.

 “Esto no es culpa de la actual dirección, esto es parte de un proceso de deterioro que hemos tenido.

“El sistema de evaluación de la serie es equivocado. Llegas a la EIDE y a los entrenadores le piden resultados nada más. A veces te encuentras un muchacho de 12 años que tira curva, es habilidoso y mide 1,20. Ese año resuelves y ganas el campeonato nacional 11-12 y después, qué queda para el futuro. A las escuelas van a evaluar lo que está en papeles nada más y el que lo hace no sabe de béisbol.

“Otro de los aspectos que nos golpea es la falta de terrenos. Hace algún tiempo venía de Santiago para Pinar y prácticamente no se veían estadios por todo el trayecto. Es que tampoco hay pelotas ni bates y el béisbol es masivo”.

¿Por qué se dan tantos boletos luego de dos strikes sin bolas?

“Eso pasa porque no saben batear y empiezan a huir la bola, para pichear debes tener tres tipos de lanzamientos: uno para sacar out uno para enseñar y otro para engañar.  Liván Herández en Grandes Ligas tiraba 82 millas y parecía que tiraba 90 porque tenía muchos envíos rompientes y los alternaba bien”.

¿Crees que para ser buen entrenador de picheo hay que haber sido buen lanzador?

“Si fuiste pitcher y de los buenos pienso que puedes brindar tu experiencia a los jóvenes. Ahora, el concepto de pedagogía es corto pero la habilidad para impartirla lleva tiempo”.

La fuga de talentos nos ha golpeado

“Por supuesto, hacer un lanzador lleva tiempo y si cuando tienen 20 años se te van tienes que comenzar de nuevo. Un pitcher no se hace soplando botellas, el escape masivo nos ha afectado”.

                                                                         Frustraciones

No has tenido el reconocimiento que mereces y no eres bien visto por algunos

“Muchos dicen que soy incendiario. En nuestro país tú eres el jefe y yo soy el que está equivocado, jamás me he aceptado decir lo que piensa otro, porque tengo criterio propio.

“Por encima de todo está el amor que siento por el béisbol, llevo 50 años nadando al lado del barco de la pelota. Por momentos me han pescado y otras veces me han dado una patada para tirarme al mar.

“Hoy el barco se está hundiendo y lo más fácil para mí sería irme a nadar a la orilla y soy tan cabezón que sigo ahí, sacándole el agua para que no se hunda porque me gusta lo difícil.

 “Hubiese sido más fácil haberme ido para el turismo o del país. Sin embargo, estoy en Cuba porque soy una persona revolucionaria, para demostrarle a los mediocres que se equivocaron conmigo y para sentir el reconocimiento de todos esos muchachos jóvenes como Yosimar Cousín, Lázaro Blanco, Yariel Rodríguez, José Ramón Rodríguez y muchos más que han halagado mi trabajo”.

¿Estarías en disposición de ayudar a crear una academia de lanzadores?

“Esa idea de la academia se la propuse al antiguo presidente del INDER con el objetivo de adiestrar a los más nuevos, porque como dice Miguel Borroto hay que emplear el laboratorio ya que no tenemos tanta población para desarrollar peloteros.

“En la Isla saqué cuatro pitchers: Gervasio Miguel, Carlos Llanes, Liván Hernández y Ariel Prieto. En Matanzas bajé 100 bases por bolas en un año, de ahí me trasladé para Santiago y volví a llevar a Danny Betancourt al equipo Cuba, me pidió Camagüey y ya fui, en unos días regreso porque le estoy recuperando el brazo a José Ramón Rodríguez, lo mío es el béisbol”.

¿Si te llamaran al equipo Cuba?

“Si me llaman voy a ayudar y lo hago con todo el amor del mundo. Pero por un problema de dignidad personal llevo 50 años hablando de las injusticias que me han hecho y no aceptaría ir sin estar en la serie nacional. Eso es para los muchachos que están en el campeonato.

“Si me llevan a ayudar puedes estar seguro que lo haré con la honestidad y sinceridad del mundo como lo hice hace tres años.

“Para que sepas, por ese tiempo estaba asistiendo a las preselecciones del equipo nacional y un scout cubano-americano me regaló un cronómetro y un par de anteojos en gesto de admiración por mi trabajo. Eso me costó que me silenciaran y sacaran de todo. Me quitaron de comisario técnico y no me llamaron más, ahora volvieron a convocarme y voy con tremendo placer porque es lo que amo.

“Yo no soy malo, los malos son ellos. A mí por un par de anteojos y un cronómetro no me pueden medir mi dignidad y prestigio porque soy un hombre de patria.

“Son tan mediocres que ni juicio me hicieron, no me pude defender, me apagaron como una vela y eso todavía me duele.

“Quiero terminar con una frase que dijo el Che cuando era Ministro de Industrias: ‘Ustedes le hacen productos malos al pueblo, luego ellos protestan y ustedes dicen que son contrarrevolucionarios’”.

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