Wilber de Armas: «Me llamaron traidor cuando fui coach del equipo de Víctor Mesa»

Por Darien Medina

En la vida de Wilber de Armas el béisbol ha dejado de tener protagonismo, son demasiadas heridas abiertas sin garantías de sanación, todas lo han hecho más fuerte, pero también le han dejado frustraciones, la falta de gratitud hacia su trabajo le ha calado hondo. ¨Uno trabajó por amor, porque le gusta lo que hace, pero también me gustaría que reconozcan todo lo que hice bien ¨.

Su casa ya no es un terreno de béisbol ¨me encuentro trabajando en el gimnasio del círculo social Félix Elmuza, pero si tengo algunos alumnos que son de béisbol¨.

No solo ha sido la falta de agradecimiento la causante de tantos dolores  y decepciones, le llamaron traidor en el tiempo que trabajó junto a Víctor Mesa: ¨Fui muy maltratado e incluso me llamaron traidor cuando fui de coach en un equipo que dirigía Víctor Mesa, le decían que yo le daba información¨.

Mucho antes de recibir ese calificativo hiriente,  cuando era un niño de nueve años Wilber tuvo que imponerse a la decisión de su entrenador en Guanabacoa cuando le dijo que era muy pequeño para el béisbol, como si el tamaño fuera una condición en esto de luchar y soñar: ¨Tuve que irme para el municipio La Lisa porque el profesor de Marianao decía que era muy pequeñito, así mismo me pasó  para llegar a la Serie Nacional, para mí esto fue un impulso para cada día superarme más, además siempre fue importante el apoyo de mi familia¨.

¨En La Lisa tuve un entrenador que era buen  iniciador y continuador, era un equipo relativamente de pequeña estatura, pero siempre nos halagaban por la inteligencia que mostrábamos¨.

Toda la trayectoria de Wilber transcurrió en La Lisa, nunca pasó por EIDE ni ESPA: ¨Hubiese querido pasar por la pirámide, haber en estado en esas instituciones  hubiese sido mucho mejor para mi formación, en aquella época habían muy buenos jugadores, entonces era bien difícil pasar por la pirámide¨.

Solo formó parte de un equipo de La Habana en la categoría juvenil y fue en su último año en ese nivel. Una lamentable lesión, 11 días antes de comenzar la Serie Nacional pospuso su debut en ese torneo con Metropolitanos: ¨Llegué a los Metros después de haber pasado un año por la Liga de Desarrollo, ese fue el segundo año de este torneo, al año siguiente en la tercera subserie empiezo con el equipo ¨.

Así comenzaba su primera etapa en Metropolitanos que se extendió por dos temporadas consecutivas. ¨En ese primer año jugué a intervalos, en el segundo no comienzo a jugar, había otro jugador y determinaron que fuera el regular, ya en la segunda temporada durante el tercer juego de la primera subserie que fue contra los Industriales tuve una oportunidad al bate,  la aproveché y desde ahí siempre jugué de regular¨.

De esa rivalidad entre los dos equipos capitalinos Wilber le quita parte de ese mito de rivalidad extrema:¨Yo creo que los jugadores nos conocíamos muy bien y jugábamos con más confianza, pero nunca existió nada de rencor con los azules¨.

De azul se vistió dos temporadas consecutivas, fue algo de pura equivocación, en ese momento había decidido dejar el béisbol: ¨No quise jugar más y comencé a entrenar sóftbol, los entrenadores siempre quisieron que yo jugará con ellos, buscaba otros horizontes, tenía buena habilidad con el bate y una buena defensa.

Los mismos jugadores de los Metros, sobre todo Cervantes hablaron conmigo para que regresara, pero el director no quiso¨.

¨Carmona estaba en Italia y se enteró que no estaba en  el equipo  y preguntó que si había tenido algún problema de indisciplina y le dijeron que no, también habló con los directivos de la provincia y le confirmaron que no existía ninguna dificultad, si él me quería que me llevará para los Industriales¨.

Durante dos años jugó con el equipo azul, período en que tuvo que suplir a Juan Padilla tras la grave lesión, se siente conforme de su aporte, pero no de la forma en que terminó su estancia: ¨Después de haber jugado dos años en los azules, de sustituir a grandes jugadores,  de tener buena temporada y buen playoff contra los Metros, pienso que mejor no lo pude hacer, hubo un cambio de dirección, entró Anglada y sencillamente no me quiso, el motivo nunca lo supe¨.

¨Sé que se reunieron un grupo de entrenadores y entre muchas cosas se habló de mi caso y se planteó que yo era en ese entonces el mejor utility que tenía la capital. Yo pienso que si hubiese seguido en Industriales, podría haber jugado muchos años más¨.

Dicen que siempre se regresan a los lugares donde fuimos felices y a los Metros volvió Wilber para convertirse en capitán durante  5 años y símbolo de un equipo que temporada tras temporada  era desangrado. ¨Al segundo año de haber pasado a los Metros integró el equipo Cuba que jugaría en el torneo de Rotterdam que  ganamos, fui refuerzo con Santiago de Cuba a la primera Copa Revolución, en la que obtuvimos el primer lugar y jugué con grandes peloteros como Antonio Pacheco, Orestes Kindelán, Gabriel Pierre, Fausto Álvarez y muchos más¨.

Si en el inicio de su carrera tuvo que imponerse a los que subestimaron su físico, la despedida fue también un duro golpe, fue de esas decisiones que llegan de los que se sientan detrás de un buró incapaces de valorar el sacrifico y entrega de otros.

¨Entrené alrededor de 400 horas, bateando 370 en esa preselección y se reunieron conmigo para decirme que la Comisión Nacional decía  que ya estaba bueno de mí y me eliminaron¨.

¨Las caídas me han hecho más fuerte, ser mejor persona y para los que pensaron que me hicieron daño, me hicieron un gran favor¨.

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