Por Alexander García
El lugar de Yasiel Puig está en las Grandes Ligas, sin discusión es así; el tipo nació para eso, para lucir como en grande en los mejores terrenos y si se perdió la temporada 2020, por el Covid-19, porque es un malcriado o egocéntrico, si todo eso es verdad, también es cierto que a sus casi 30 años, el cienfueguero esta quizás en su mejor momento para quemar el Big Show de una vez.
Cuando hablemos de tipos mediáticos hay que mencionar sin dudas a Yasiel Puig, pues siempre se las arregla para dar que hablar. Desde su entrada a la Gran Carpa ha sido así, de hecho, muchos piensan que ha vivido más para eso, para llamar la atención con sus comportamientos que para jugar béisbol; así y todo, el cubano ha sabido mantener la actitud y el enfoque para ser considerado como una de las piezas más apetecibles del mercado beisbolero.
La noticia de su llegada a los Toros del Este, equipo de la Liga Dominicana de Béisbol, ha despertado grandes esperanzas en la afición beisbolera cubana, ya que Puig, amén de estar censurado en los medios oficiales de la Isla, es un ídolo para millones de compatriotas.
El 2020 no podía terminar de otra forma para Yasiel Puig que, generando noticias alentadoras para sus fanáticos, pues tras no jugar en la última temporada, el Caballo Loco buscó a toda costa volver al ruedo en la venidera campaña de 2021 y ya sus nuevos patrocinadores LUBA Sports, hablan de Red Sox, Tigres de Detroit y Orioles de Baltimore como algunos de los principales equipos interesados por los servicios del cubano.
Aunque parezca que no, este año sabático era necesario para Puig, vital para oxigenarse y poder reajustar su enfoque en pos de afianzarse como un estelar en los diamantes estadounidenses. De hecho en varias ocasiones, el mismo Yasiel ha comentado de reinicio, de un nuevo empezar y esas son palabras que ilusionan.
Tras su salida de los Dodgers, el mundo beisbolero puso su fe en que Yasiel se reivindicaría y en ese entonces muchos analistas veían su llegada a los Rojos de Cincinnati como el suceso perfecto para explotar su condición de pelotero cinco herramientas, es decir, todas sus dotes como la estrella que prometía ser.
Pero otra vez Puig volvió a hacer de las suyas, hizo y deshizo a su antojo hasta aquella bronca memorable con los Piratas que le costó su salida de la franquicia para recalar en los Indios de Cleveland.
Esa es su cruz, la falta de seriedad y de enfoque, la ausencia del profesionalismo necesario para asumir el papel; igual entre altas y bajas, Yasiel Puig promedio en su última campaña para casi 270 de average, conectó más de 20 jonrones así como más de 80 carreras impulsadas.
Con todos estos atributos sobre la mesa, está claro, Puig es indispensable para la MLB, es necesario, oxigena, le da vida, ahora mismo unos Red Sox necesitados de un referente se pintan solos para ser la próxima casa del antillano.
¡Imaginen señores!, ¡Puig en Fenway Park!, la imagen de Papi Ortiz, del gran Pedro Martínez, ¡Muy grande todo!, ¿Que más pedir? El hombre está de regreso.
Nos vemos a la vuelta.
