Yasiel Puig y su camino hacia el exorcismo

Por Alexander García Milián

Es una imagen estupenda, bien clara, en alta definición; en la pradera derecha del Jacobs Field ,Yasiel Puig tirado en el piso mira hacia el cuadro y como siempre saca la lengua, se la muerde y suelta esa risa burlona, burlona y atrapante que destroza a todos, a los que lo admiran, a los que lo odian.

Es Puig, siempre con sus gestos y manías de loco, pero mostrando su potencial; se ríe a carcajadas, se sienta, se vuelve a parar, abre sus brazos, suelta una sarta de guaperías que a todos pasma; da una línea sólida por el left field, la bola parece que da contra la cerca pero no, se va rosando… ¡Jonronazo de caballo loco!

Cuando todos pensamos que esta temporada de 2019 iba a ser la de su consagración con Cincinnati…no; a media campaña es canjeado a los Indios luego de un fuerte altercado con los Piratas.

Es Puig que va de los sublime a lo ridículo y los fanáticos pensamos que sí, que será de a todas el uno entre los cubanos en la MLB, chocamos entonces con la realidad y a pesar de una temporada algo mediocre, el cienfueguero pasea sobre los veinte jonrones; entonces respiramos profundo y creemos que aún todo es posible.

La juventud acompaña ahora a Yasiel y la suerte también; los dirigidos por Terry Francona son fuertes contendientes a dominar la división central en la Liga Americana y adentrarse como fuertes candidatos para los Play Off.

Cuando con los Rojos parecía que Puig quedaría relegado al ostracismo…! Pumm!, la vara mágica o su santo le dieron el toque agraciado- Eres un malcriado pero eres bueno- parecen haber dicho.

En Cleveland, la sabia de Francona puede hacerlo enderezar de una vez y por todas, hacer que se llene de la concentración necesaria para seguir adelante y dar el ansiado batacazo que lo encumbre de a todas.

El poder verlo ahora en una nueva postemporada es un lujo que todos agradecemos, quizás termine con treinta cuadrangulares o más o frise las 90 empujadas; puede incluso que haga de las suyas y forme una buena bronca contra los astros de Houston.

Más allá, tal vez sea el héroe en un juego de wild care o se tire mal para atrapar una bola en su desespero.

Con Puig es así, uno toca fondo, toma aire y luego vuelve a salir para respirar profundo y reír… ¡Es un personaje en verdad!

Nos vemos a la vuelta.

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