Por Alexander García Milián
Ahora mismo es el pelotero que más respeto y admiro en Cuba; sí, Yosvani Torres a sus casi 40 años es para muchos entendidos uno de los tipos más duros.
Algunos hablan… que si entrena todos los días, que si le da tantas vueltas a la pista en la Ciudad Deportiva y luego va una hora para el gimnasio; con Torres como con Yanes o Lázaro de la Torre, las cosas son así, rozan la leyenda.
Es Yosvani Torres que en el primer juego de esta segunda fase, con Matanzas, toma la bola para el primer partido y saca outs y outs, avanza el juego- ¡el viejo no está para bonche!- me digo y los santiagueros pasando más trabajo que un ratón comiendo clavos en una ferretería.
En este punto de la serie, el regreso de Urquiola es un hecho y la no clasificación de Pinar también; Yosvani Torres refuerza a los Cocodrilos y en un staff de primera- Yera, Freddy Asiel, Vladimir- en una rotación así, para mí la mejor; el pinareño será el hombre de ir al seguro y el tiempo dirá.
Ese Torres que nadie conocía, ganaba, ganaba juegos pero nadie conocía, luego empezó a conocerse un poco, siguió ganando pero igual, nadie lo llamaba al Cuba, hasta que… en la Serie de Oro se echó a Pinar encima durante los Play Off y en aquel sexto juego contra Ciego cuando saca el último out, la gloria se puso a sus pies, pero… Yosvani queda fuera del equipo Cuba.
Es una dinámica donde nacer y morir se funde en una razón de ser, ser profesional, ser consecuente y disciplinado con los entrenamientos, no creer en barreras ni rechazos, seguir adelante y confiar siempre; con Torres siempre es de este modo.
Hoy es Yosvani como matancero, ayer como villaclareño, siempre como pativerde aunque vive en La Habana y su hito crece y crece; hoy Yosvani está ahí, en la lomita del Victoria y si Matanzas por fin toca el cetro esta temporada, Torres será referente, quizás el talismán…¿ Quién sabe?
Nos vemos a la vuelta.
