A CALLAR BOCAS: Yuli Gurriel 2do de por vida en categoría que la mayoría desconoce

Por SwingCompleto

Aunque muchos siguen confundiendo los términos, el hecho de que usted sea un gran bateador no significa que como pelotero tenga la misma categoría, o al menos sus resultados ofensivos lo lleven a superar integralmente a hombres que han sido capaces de explotar sus cinco herramientas con estelares resultados con el bate y el guante.

Es por eso que aún con sus críticos, Yuli Gurriel es sin discusión uno de los peloteros más completos que ha dado el béisbol cubano, demostrándolo dentro y fuera de su país, con parámetros bien elevados en la inmensa mayoría de los aspectos estadísticos y físicos.

Si bien las métricas de Gurriel alrededor de su fuerza, tacto y defensa mientras jugó en Cuba alcanzaron niveles de excelencia, la velocidad también ha sido una herramienta que contribuyó considerablemente a su formación como jugador cinco estrellas.

Y no se trata de correr por correr, sino de la habilidad cada vez más desaparecida del béisbol cubano y hasta internacional para robar bases, una estadística en la que el espirituano alcanzó un resultado formidable. Tan bueno fue, que su efectividad en tal sentido lo ubicó nada menos que segundo de todos los tiempos por encima de robadores legendarios como Enrique Díaz, Víctor Mesa y Eduardo Paret.

Según el análisis de uno de los estadísticos más profesionales del momento, el santiaguero Yasser Vázquez, el miembro de los Astros de Houston solamente es superado por el habanero Antonio “Ñico” Jiménez en frecuencia de robos entre todos los que acumulan 150 o más intentos en Series Nacionales.

Jiménez, un jardinero que integró los equipos de la capital cubana en la década del sesenta logró un 75.1 % de aciertos gracias a sus 325 estafas y 108 cogidos robando en sus 13 temporadas de actuación. Y automáticamente viene Yulieski, con un impresionante 74.6 % (153 BR-52 CR), dejando tercero al yumurino Ramón Gómez Pedroso con 73.7 % (115-41).

Vale acotar que aquí no solo interviene la velocidad en cuestión, sino otros factores como la picardía para cogerle el tiempo al lanzador debidamente. Incluso corredores mucho menos ágiles como Alexander Malleta han tenido este último aspecto bien dominado para sacarle provecho en determinamos momentos del juego.

El líder de por vida en total de bases robadas, el segunda base habanero Enriquito Díaz, se sitúa octavo con un 72.1 %, mientras Víctor Mesa, sublíder histórico en este aspecto, figura en undécimo en cuanto a la frecuencia (71.1 %).

Otro de los peloteros catalogado como fuera de serie por su integralidad ofensiva-defensiva ha sido el tercera base pinareño Omar Linares, quien logró incluirse en el top ten con un 72.1 % que lo coloca justo por detrás de Enrique.

A pesar de que la tendencia a robar bases ha seguido en decadencia dentro del béisbol, especialmente el cubano, el listado de los diez mejores en frecuencia de estafas incluye a dos que todavía se mantienen en activo como son el jardinero granmense Roel Santos y el antesalista matancero Yurisbel Gracial.

La única temporada con números negativos de Gurriel en la relación BR-CR fue en 2005-06 cuando solo llegó safe en una ocasión de las seis veces que salió al robo. Su récord personal en cuanto al total fue en 2011-2012 con 14, en un año que apenas lo sacaron out en cuatro ocasiones. Incluso en su adiós definitivo al béisbol cubano en 2016, en el mismo certamen que terminó con récord absoluto en promedio ofensivo con 500, si bien intentó menos veces adueñarse por sí solo de la siguiente almohadilla salió ileso en las tres ocasiones que lo buscó.

En Grandes Ligas tiene un global favorable de 15-9 desde su debut y hasta la fecha, y si no ha mantenido el ritmo de Cuba se debe a elementos como una edad que lo ha hecho disminuir un poco su rapidez, y sobre todo, las indicaciones propias de su club sobre sus objetivos dentro del juego de pelota. De igual manera solo en 2020 tuvo un balance negativo en cuanto a bases robadas por el total de intentos.

Sin dudas el polémico, pero no menos estelar jugador que este año experimenta una campaña excelente pese a sus 37 años vuelve a demostrar con estadísticas que cuando se dice que Yuli Gurriel ha sido un gran pelotero, no se hace mirando solamente average, jonrones e impulsadas. Si a esos parámetros en los que mostró brillantez dentro de la pelota cubana le adicionamos su éxito como robador de bases, entonces quedan menos argumentos para sus acérrimos detractores a la hora de restarle sus méritos como uno de los mejores jugadores que ha dado Cuba.

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